Aunque existen múltiples factores de riesgo cardiovascular a tener en cuenta hoy en día, los altos niveles de azúcar, tensión arterial y colesterol son tres de los más preocupantes entre la población de España y el resto de países occidentales. En Estados Unidos es un verdadero problema epidemiológico, por sus niveles prevalentes de sobrepeso y obesidad.
En este aspecto, es posible que centrarse solo en el colesterol a nivel analítico no sea la mejor opción. De hecho, recientemente un grupo de investigadores dirigidos por Scott Summers, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah (Estados Unidos) han llevado a cabo una revisión sobre otro parámetro que, sostienen, debería analizarse: las ceramidas, los "primos" del colesterol.
Según esta nueva revisión, publicada recientemente en Trends in Pharmacological Sciences, sería necesario llevar a cabo terapias dirigidas contra las ceramidas, otro tipo de lípido o grasa con una estrecha relación con el riesgio cardiovascular.
En este trabajo se ha intentado resumir la evidencia disponible sobre la conexión entre las ceramidas y enfermedad metabólica tanto en animales como humanos, y la comparativa entre esta molécula y los datos sobre productos farmacéuticos disponibles en la actualidad para reducir el colesterol por su parte.
Según Summers, queda mucho por estudiar respecto al potencial de los tratamientos reductores de ceramidas, y critican el hecho de que sí exista una gran variedad de tratamientos contra el colesterol y no contra este otro tipo de grasa más desconocido.
Actualmente las estatinas son los fármacos más conocidos, estudiados, usados y recetados contra el colesterol. Su función es inhibir la síntesis de colesterol en el organismo humano para prevenir la enfermedad de arterias coronarias, y por tanto los eventos cardíacos como los infartos.
Pero, según indican los autores del nuevo trabajo, las estatinas también serían capaces de reducir los niveles de otros lípidos como las ceramidas. Sin embargo, existe mucho menos conocimiento sobre la relación entre ceramidas y enfermedad metabólica, pero cada vez existen más trabajos que encuentran múltiples relaciones.
En los últimos veinte años se habrían llevado a cabo estudios en humanos que demostrarían que las ceramidas son biomarcadores de enfermedad cardiovascular, independientes del colesterol. Las ceramidas serían capaces de predecir la enfermedad cardiovascular y complicaciones importantes, como la muerte por enfermedad coronaria o por síndrome coronario agudo.
Además, los resultados se han podido replicar en múltiples países y etnias, confirmando esta asociación y el potencial como biomarcador de esta sustancia. Y, por su parte, a diferencia de lo que ocurre con el colesterol, las ceramidas también se relacionarían con otras enfermedades metabólicas como la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes en humanos.
En animales sí existe evidencia de una relación causal entre ceramidas y enfermedad: cuando se logra reducir el nivel de ceramidas circulante mediante intervenciones genéticas o mediante fármacos, se reduce de forma significativa el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes en roedores.
Otros estudios habrían sugerido que las ceramidas son capaces de dar lugar a un mayor almacenaje de grasa, un menor uso de la glucosa y una menor eficiencia mitocondrial. En conjunto, todos estos factores son característicos del conocido como síndrome metabólico. En última instancia, todas estas alteraciones metabólicas darían lugar a la muerte celular de las células B del páncreas, produciendo así la diabetes tipo 2.
Aún así, y con todo el conocimiento actual, los autores explican en su nueva revisión que existen multitud de preguntas sin respuesta. Existe una clara dalta de datos y de evidencia para recomendar algún tipo de intervención sobre las ceramidas en humanos, y tampoco existe un claro conocimiento sobre las anomalías genéticas que podrían dar lugar a niveles excesivos de estos lípidos en sangre, los cuales en última instancia dañarían células y tejidos.
Como bien puntualizan los mismos autores, será necesario continuar investigando al respecto, y tener en cuenta los posibles enfoques terapéuticos capaces de reducir las ceramidas de forma eficaz y segura con el objetivo de tratar la enfermedad cardiometabólica en su conjunto.