La tensión arterial sigue siendo una de las enfermedades más extendidas en España, afectando ya a más de 1 de cada 5 españoles según datos de la Fundación Española del Corazón. Buscar formas de reducir esta prevalencia y de mejorar el control de la enfermedad suponen siempre una gran ayuda.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Evan Pugh y la Universidad Tecnológica de Texas, dirigidos por las profesoras de Ciencias de la Nutrición Penny Kris-Etherton y Kristina Petersen, han corroborado que existen alternativas asequibles a la sal para mejorar la alimentación frente a la hipertensión arterial: las hierbas y especias.
Como comenta Kris-Etherton, el uso de hierbas y especias para condimentar la comida es un buena forma de dar sabor a los platos, eliminando el sodio, azúcar y grasas saturadas; por tanto, sin aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pero, indica, agregar las mencionadas especias también puede potenciar los beneficios de otros alimentos como frutas y verduras.
Las investigadoras recuerdan que tanto las enfermedades cardiometabólicas como las enfermedades cardio y cerebrovasculares, junto a la diabetes tipo 2, siguen siendo las principales causas de mortalidad en países occidentales, de Estados Unidos a España. Una de las formas de reducir este riesgo de mortalidad, entre muchas otras, sería mejorando la prevención y control de la tensión arterial.
Limitar el consumo del sodio, uno de los componentes de la sal de mesa, ha demostrado mejoras significativas en la tensión arterial de las personas ya diagnosticadas de hipertensión. Anteriormente se sabía que cambiar la sal por hierbas y especias era una buena forma de potenciar el sabor de las comidas y reducir a su vez el consumo de sal, pero no se sabía demasiado sobre los beneficios de las especias por sí mismas.
Ahora, en su nuevo estudio, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, las investigadoras reclutaron a 71 personas con diversos factores de riesgo cardiovascular. Cada uno de dichos participantes se alimentó en cada momento según uno de estos tres patrones: una dieta baja en especias, una dieta moderada en especias y una dieta alta en especias.
El consumo se produjo en un orden aleatorio durante cuatro semanas para cada una de las dietas, con descansos de dos semanas entre ellas. Se obtuvieron muestras de sangre de todos los participantes tanto al inicio del estudio como después de cada uno de los intervalos.
Todas las dietas eran similares a un patrón dietético 'occidental' promedio, con la excepción de las dosis de especias: 0,5 gramos, 3,2 gramos o hasta 6,5 gramos de especias al día. Cada dosis de especias incluía una mezcla de 24 hierbas y especias diferentes, entre las que había albahaca, tomillo, canela o cúrcuma entre otras.
Según los resultados del estudio, tras consumir la dieta con una alta dosis de especias (6,5 gramos al día), los participantes tenían menores niveles de tensión arterial sistólica o "tensión alta" en comparación con la dieta moderada en especias. Además, la tensión arterial diastólica o "tensión baja" también se redujo en comparación a la dieta con menor cantidad de especias.
Las investigadoras hacen hincapié en la solidez de sus resultados, dado que las dietas usadas eran de estilo occidental -ricas en aditivos y grasas- y no dietas saludables como tal. De hecho, ni siquiera se intentó reducir la cantidad de sodio de la dieta, ni se aumentó la cantidad de frutas y verduras. Simplemente se agregaron especias a las dietas basales previas.
En el futuro, explican, existe la opción de realizar estudios con dietas saludables especialmente diseñadas para incorporar dietas y especias, reduciendo a su vez sal, azúcar y grasas saturadas también, con el objetivo de buscar mejores resultados todavía en cuanto a factores de riesgo cardíaco se refiere.