El confinamiento por la pandemia de Covid-19 tuvo efectos contrapuestos en la dieta de los españoles, pero en general positivos: más tiempo en casa supuso más tiempo para cocinar, y para muchos, el descubrimiento de la panadería y repostería casera, más beneficiosa que la industrial. Con esa idea en mente, Mercadona ha decidido revalorizar un viejo conocido de los amantes del cacao, el 'Cacao puro' de marca 'La Chocolatera', cuyo productor no es otro que Chocolates Valor S.A. que lo elabora en su planta de Villajoyosa, Alicante.
Pese a sus muchas virtudes, el cacao puro tiene ciertas dificultades para conquistar a todos los paladares: resulta más amargo al gusto, especialmente cuando el consumidor está acostumbrado a chocolates y bebidas solubles con azúcares añadidos. La nueva propuesta de Mercadona para introducir este alimento saludable y cargado de antioxidantes en nuestra dieta es la de preparar algunos desayunos y meriendas con mejor perfil nutricional que los productos procesados.
Sin embargo, el cacao puro al natural, sin otros añadidos que la bebida en la que lo disolvamos, es el formato que triunfa realmente entre los nutricionistas. El 'mantra' nutricional en lo que se refiere a chocolates dicta que hay que buscar uno que contenga al menos un 70% de cacao: nada de 'chocolate negro' ni otras denominaciones que puedan enmascarar en realidad una enorme adición de azúcar.
Pero en realidad, todo edulcorante -aquí entran, lamentablemente, los 'naturales' como la miel o los dátiles triturados, que cuentan como azúcares- sobra: los dos únicos ingredientes que debe contener un preparado de cacao para considerarse saludable, según explicaba en su blog Beatriz Robles, consultora de seguridad alimentaria, son la manteca de cacao y la materia seca y desgrasada.
Eso es precisamente lo que encontraremos en el 'Cacao puro' de Mercadona, según el portal de información nutricional independiente Open Food Facts: Cacao puro desgrasado en polvo y un 16% de manteca de cacao. 100 gramos de este producto aportarían 375 kcal, por lo que se debería considerar uno de los componentes principales del desayuno, por ejemplo, y no un mero acompañamiento. Respalda esta afirmación el hecho de que esa cantidad aporta 26 gramos de proteína vegetal, un excelente aporte que podría suponer la mitad de lo que necesita diariamente un adulto, especialmente si no consume alimentos de origen animal.
A cambio, tanto la sal como el azúcar se dan en proporciones ínfimas, menos de un gramo respectivamente por cada 100. ¿Por qué, entonces, un producto tan bien valorado por los expertos no obtiene más que un 'D' -la antipenúltima peor nota- en el semáforo nutricional Nutriscore? Como le sucedió al aceite de oliva virgen extra, este barómetro penaliza estrictamente las grasas, y el cacao al natural aporta diez gramos de grasas saturadas por cada cien de producto. Sin embargo, por "demonizadas" que estén estas grasas, hay cada vez más evidencias de que su responsabilidad en los problemas cardiovasculares ha sido exagerada.
Así, más que su naturaleza de grasas saturadas, importaría su origen: no implican lo mismo para el organismo si vienen del cacao natural que de un chuletón. Y lo mismo se puede decir de las calorías, siempre es preferible que provengan de un alimento densamente nutricional. Y el cacao lo es: como ya explicamos en este artículo, una taza de cacao puro aporta más antioxidantes que el té, las bayas de goji e incluso los arándanos. Sus flavonoides elevan el colesterol bueno y sus efectos vasodilatadores reducen la presión arterial y mejoran la circulación.
A esto hay que sumar los polifenoles, teobromina y otros componentes con propiedades saludables. La revista de la Asociación Estadounidense del Corazón, Circulation, le dedicó una extensa revisión donde ponía de manifiesto que el cacao puro reduciría el riesgo de hipertensión, diabetes y colesterol, entre otros factores de riesgo cardiovascular.
Parafraseando el mismo artículo, "la teobromina estimula en sistema nervioso pero es más suave que la cafeína, así que ayuda a reducir los niveles de estrés; la anandamida funciona como un regulador del humor natural, y químicos como la feniletilamina y la serotonina son neurotransmisores responsables de estimular las endorfinas cerebrales encargadas del placer, la euforia y la excitación". ¡Casi nada!