Si hacemos una revisión etimológica, el término "vinagre" tiene su origen en la expresión latina vinum acre, es decir, "vino agrio". Esto es una muestra de que su uso se remonta a tiempos antiguos. De hecho, la historia del vinagre comienza hace más de 6.000 años, cuando los babilonios usaban el fruto de una palmera datilera para producirlo.
En aquel momento se usaba como alimento, pero también como un agente conservante. En la antigua Grecia, alrededor del año 400 a. C., Hipócrates, el padre de la medicina moderna, recetó vinagre de sidra de manzana mezclado con miel para una variedad de enfermedades, como tos y resfriados. Hoy, el vinagre se utiliza, sobre todo, en forma de aderezo para ensaladas o en salsas.
El vinagre se puede elaborar a partir de diferentes materias primas. Cualquier bebida alcohólica, ya sea a base de manzanas, uvas, dátiles, arroz o azúcar blanco puro, una vez expuesta al aire se convertirá naturalmente en vinagre. Son las bacterias del aire las que convierten el alcohol de la sidra, el vino y la cerveza en ácido acético, lo que les da ese característico sabor ácido. A algunas de esas variedades, como la de manzana, se les considera como una importante fuente de beneficios para la salud. Sin embargo, no todo lo que se le atribuye es cierto.
Mitos del vinagre de manzana
Uno de los mitos más populares es que se trata de un alimento natural que no genera ningún tipo de efecto secundario. Esto no es así. De hecho, son muy pocas las excepciones: en función de las cantidades, prácticamente todos los alimentos pueden generar algún problema para la salud. En este sentido, el vinagre de manzana tiene ciertos efectos secundarios relacionados con su acidez, como el daño para el esmalte dental si se consume con frecuencia directamente del frasco.
También, en determinadas cantidades, puede provocar niveles bajos de potasio en el cuerpo, hasta el punto de que existen informes que la relacionan con la debilidad de los huesos, como es el caso de una persona que desarrolló niveles de osteoporosis después de tomar 250 ml de vinagre de de manzana al día durante 6 años. Por eso, en caso de añadirlo a la dieta, lo mejor en pequeñas cantidades y mezclado con agua.
Tradicionalmente, al vinagre de manzana se le han atribuido beneficios varios para la piel. Entre ellos, uno de los más populares ha sido su capacidad para eliminar verrugas. Según sus defensores, aplicar vinagre diluido en con un poco de agua, con algodón sobre una verruga es una forma natural de acabar con ella. Pero las evidencias científicas no corroboran esta creencia.
Aunque algunos estudios en laboratorios han demostrado que el ácido acético tiene propiedades antifúngicas y puede eliminar determinados patógenos, no hay ninguna prueba que demuestre que puede eliminar estas lesiones cutáneas. Es más, lo que sí se sabe es que personas que han utilizado este método han sufrido algunas consecuencias no deseables por efecto del ácido.
Por ejemplo, el caso de una persona joven que sufrió quemaduras en la nariz después de aplicar vinagre de sidra de manzana a un lunar; o un niño que experimentó quemaduras químicas y dermatitis de contacto irritante en la pierna después de usar vinagre de sidra de manzana directamente sobre la piel.
Otro supuesto beneficio que no está respaldado por evidencias científicas es que se trata de un remedio efectivo contra el cáncer. Aunque hay varios estudios que han probado el vinagre de sidra de manzana en busca de rasgos potencialmente contra el cáncer, todos los resultados, incluida su capacidad para ralentizar el crecimiento de las células cancerosas, han resultado inconcluyentes.
Además, arrojan resultados bastante contradictorios. Algunos estudios han indicado que consumir vinagre de sidra de manzana podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer de esófago, pero otros han demostrado que podría conducir a un mayor riesgo de cáncer de vejiga.
Verdades (y medias verdades)
Una de estas creencias que no están corroboradas por la ciencia es que se trata de un alimento con un potente efecto adelgazante rápido. A pesar de ello, un estudio publicado en la revista Bioscience, Biotechnology, Biochemistry apunta a que no se trata de ese remedio milagroso que algunos creen. Los investigadores descubrieron que un grupo de participantes que recibieron vinagre de sidra de manzana durante un período de 12 semanas perdió más peso, grasa corporal y centímetros de su cintura en comparación con los que recibieron placebo.
Los participantes no se permitieron el ejercicio o una dieta en particular, lo que significaba que la pérdida de peso podría atribuirse al consumo de este vinagre. No obstante, la pérdida de peso fue mínima, alrededor de 200 gramos de media, de modo que no se podría entender como ese remedio milagroso que muchos creen que es, según confirman los mismos investigadores.
La diabetes es otra de las enfermedades que se cree que pueden ser atajadas gracias al vinagre de manzana. A este alimento se le atribuye la capacidad de regularlos niveles de azúcar en sangre en el cuerpo. Sin embargo, un estudio publicado en el Journal of Diabetes Research encontró que las personas con diabetes tipo 2 que consumieron al menos 29 mililitros de vinagre experimentaron niveles de glucosa en sangre, triglicéridos e insulina ligeramente más bajos hasta cinco horas en comparación con el grupo de placebo. Por tanto, si bien es cierto que sí tuvo algunos efectos positivos, también lo es que el vinagre de manzana no puede, por sí mismo, ser considerado como un verdadero remedio para luchar contra la diabetes tipo 2.
Sí se ha demostrado que en la otitis, el vinagre de manzana tiene algo que decir, aunque de forma limitada y puntual. Así lo señalaba, Carlos Casabona, pediatra y autor del libro Tú eliges lo que comes (Paidós, 2016) en este artículo. "Ante un problema de este tipo, el ácido acético ejerce una acción secante. De hecho los otorrinos lo recetan como solución hidroalcohólica en una concentración del 2%", explicaba el pediatra.
Una de las propiedades demostradas es que los diferentes tipos de vinagre, también el de manzana, pueden ser útiles para evitar determinados gérmenes en platos como la ensalada. En 2005, un estudio evaluó las propiedades antimicrobianas del vinagre al inocular rúcula con salmonella. Los investigadores trataron la rúcula contaminada con vinagre, jugo de limón o una combinación de ambos, con el resultado de que ambos productos disminuían la proliferación de esta bacteria.