Este cítrico cuenta con multitud de propiedades que lo hacen un compañero de desayunos ideal. Alrededor de un 90% de esta fruta es agua, lo que le otorga propiedades saciantes. Además, tiene menos calorías que otros cítricos como la mandarina o la naranja y es compatible para personas diabéticas ya que tiene un índice glucémico bajo, es decir, no tiene un impacto negativo significativo en los niveles de azúcar en sangre.
El pomelo, gracias a su escaso aporte calórico y la gran cantidad de agua la que está compuesto, es un gran aliado para un mantenimiento saludable de peso. Sin ser un alimento milagroso, es un complemento adicional ideal de una dieta saludable y una vida activa. Por ejemplo, un estudio del Centro de Investigación Scripps, EE.UU, durante 12 semanas, analizó e hizo un seguimiento del peso y las características metabólicas de 91 participantes de ambos sexos.
Tres veces al día antes de cada comida, un grupo de control recibió cápsulas de placebo junto con un zumo de naranja, otro un zumo de pomelo y un placebo, mientras que los siguientes grupos recibieron medio pomelo y un placebo y cápsulas de pomelo con zumo de manzana. Los resultados revelaron que los participantes que consumieron pomelo fresco presentaron una reducción reseñable de los niveles de glucosa, relacionada con la acumulación de grasa corporal, y una mayor pérdida de peso en comparación al resto de grupos.
No es quemagrasa
El pomelo no es un alimento mágico quemagrasa, no contiene ningún elemento que queme grasa de por sí. Varios estudios han tratado de esclarecer este falso mito, concluyendo que efectivamente esta fruta no proporciona ningún beneficio especial relacionado con la pérdida de peso de forma directa.
Vitamina C
En este cítrico abundan los ácidos oxálico, tartárico, málico y cítrico, que además de darle su característico sabor, interviene en la formación de colágeno, dientes y huesos, glóbulos rojos. También favorece la absorción del hierro y fomenta la resistencia a las infecciones. Entre las vitaminas con las que cuenta, aparte de la C, tiene vitamina B1, B2 y vitamina A.
En cuanto a su valor nutricional, por cada 100 gramos tiene 35 calorías, 23 miligramos de calcio, 0,1 de hierro, 9 de magnesio, 200 de potasio y 20 de fósforo, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)
Bueno para los ojos
El betacaroteno del Pomelo se transforma en vitamina A según el organismo lo va necesitando. Estos pigmentos pertenecientes al grupo de los carotenoides, además de ser excelentes antioxidantes, protegen la vista de enfermedades como las cataratas y degeneración macular.
Contra la diabetes
Además del mencionado betacaroteno, el pomelo es rico en naringenina. Una sustancia antioxidante relacionada con el sabor amargo de esta fruta, que resultaría beneficiosa para los pacientes con diabetes. Esta favorece que el hígado descomponga grasas y aumente así la sensibilidad a la insulina, según un informe del Hospital General de Massachusetts, EE.UU y la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel.
En concreto, la naringenina activa una familia de proteínas que provocan la descomposición de ácidos grasos por parte del hígado, imitando así la acción de fármacos como el reductor de lípidos fenofibrato y el antidiabético rosiglitazone.
Bueno para el corazón
Otros de los flavonoides, como la naringenina, que contiene el pomelo son la naringina y la quercetina, nutrientes que tienen efectos positivos sobre el corazón, mejorando la circulación. También se les relaciona con la regulación de los niveles de colesterol y triglicéridos.
Protege de sufrir un ictus
Según la Asociación Americana del Corazón, consumir cítricos como la naranja o el pomelo, puede disminuir el riesgo de sufrir un ictus isquémico en las mujeres, es decir, la obstrucción de una arteria cerebral como consecuencia de la formación de un coágulo. En concreto, el estudio, realizado durante siete años de seguimiento a hombres y mujeres, señala que el riesgo desciende en un 19%.
Contraindicaciones
El pomelo puede interferir con algunas medicaciones ya que este cítrico tiene la capacidad de unirse a enzimas, provocando que el fármaco no actúe como debería e incluso potenciando los niveles de la medicación en sangre. Algo que en el caso de las personas que tomen ciclosporina para evitar el rechazo de un órgano trasplantado sería positivo, como expone un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Fiji. Los resultados demuestran que, con el consumo de pomelo, los pacientes podrían reducir la dosis de ciclosporina que toman.
Esta fruta cítrica tampoco es recomendable para personas que padezcan patologías estomacales como úlceras o gastritis, puesto que el pomelo estimula la producción de los jugos gástricos.