España es un país de quesos: se producen más de 150 variedades distintas de este lácteo tan amado y querido por muchos. Sin embargo, en numerosas ocasiones, tiramos de formatos más sencillos o más rápidos como son los quesos envasados en lonchas para preparar más fáciles nuestras cenas, especialmente, cuando no tenemos mucho tiempo o muchas ganas. Pero hay que tener en cuenta que no todos son saludables.. por lo que es importante elegir bien.
Existen un sin fin de variedades de quesos que se presentan también en formato lonchas como el queso mozzarela, havarti, cheddar, elemental, gouda, tiernos, curados o semicurados… La variedad es inmensa y para gustos, como siempre, los colores. Si queremos comprarlos ya cortados debemos, como siempre, mirar la etiqueta del producto y observar los ingredientes que contiene. Solo de este modo, podremos saber cuáles son realmente buenos procesados y saludables. En ocasiones, no son ni queso…
Observa bien los ingredientes
Así, y aunque pueda parecer evidente, "lo primero que debemos tener en cuenta es que sea realmente queso. Es decir, que en el paquete aparezca la palabra 'queso' ya que de no ser así probablemente se trate de un ultraprocesado con malos ingredientes", afirma a EL ESPAÑOL Carmen Lanza Gil, farmacéutica y dietista-nutricionista de Alimentación 3S, centro de nutrición, psicología y entrenamiento. En la mayoría de packagings pone, por ejemplo, "mozzarella" pero casi nunca aparece la palabra queso.
Por eso, añade esta experta, "debemos aprender a mirar los ingredientes y poder discernir entre buenos y malos procesados. Desconfiad, si en un paquete aparecen simplemente las palabras 'para gratinar' o 'en lonchas' y no veis escrita la palabra 'queso'".
Una vez dicho esto, hay que mirar los ingredientes. Para que un queso se considere saludable o buen procesado, debe tener solo los siguientes ingredientes: leche pasteurizada (ya sea de oveja, de vaca, de cabra o mezcladas); cuajo, fermentos lácticos y sal. "Puede también contener cloruro cálcico que actúa como coadyudante y lisozima que actuará como conservante natural", añade la experta. Si lleva únicamente estos ingredientes, se considera un queso saludable, ya sea en cuña, en lonchas o rallado. Lo importante son los ingredientes.
Mejor siempre, los quesos frescos
Por otro lado, es importante recordar que el queso, por sus nutrientes, es un gran alimento para incluir dentro de una dieta sana. "Contiene per se macronutrientes, proteínas y grasas saturadas, y micronutrientes: calcio, vitamina D y sal. Y dependiendo de su origen (oveja, vaca…) y del nivel de maduración, la cantidad de grasa variará", señala Lanza.
Así, y como contamos en este artículo sobre el queso según su origen, los de oveja suelen tener más grasas. Según su maduración, los que más grasas tienen son los curados, y los que menos, los quesos frescos como el queso de Burgos o la mozzarella.
De hecho, este tipo de quesos, los quesos frescos, son los más recomendados. Como afirmaba Ramón Estruch, investigador principal del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, "mejor comer diferentes tipos de queso, pero preferentemente los frescos sobre los curados, porque éstos últimos tienen mayor contenido en grasa saturada y sal".
Así, según explica Lanza, "los quesos más blancos y más 'húmedos' tendrán más agua, y menor cantidad de grasa. Por ejemplo, un queso mozzarella tendrá aproximadamente la mitad de grasa que un queso curado y mantendrá una cantidad de proteínas similar". Por eso, "dentro de que tenga buenos ingredientes, ya no será un queso mejor o peor… sino será una cuestión de gustos y de saber qué nos va a aportar nutricionalmente cada tipo".
Cuánto tomar al día
En general, sean o no quesos en loncha, hay quesos que si queremos, podemos tomar a diario, mientras que otros deberían ser de consumo ocasional. "El consumo recomendado va a depender bastante del tipo de queso (origen de la leche y nivel de maduración) y de la persona que lo vaya a consumir y su situación particular", expone Lanza.
Así, en cuanto a los quesos curados, "la ración no debería superar los 30-40 gramos al día, unos 3 ó 4 veces por semana, debido al mayor aporte energético del que hemos hablado anteriormente (contiene más grasas saturadas y más sal, lo que hace más difícil incluirlo a diario en una dieta equilibrada). Mientras que los quesos frescos sí se pueden tomar a diario, siendo la porción de unos 80-100 gramos al día", finaliza. En el caso por ejemplo,de tener problemas de tensión, es importante escogerlos siempre bajos en sal.