La piel es lo primero que vemos de una persona. Por eso, para muchas personas es importante mantenerla en buen estado de salud. En el mercado existen multitud de productos, muchos de ellos muy caros, cuyo objetivo es, precisamente, ayudarnos a cuidarla. Sin embargo, hay muchas formas de hacerlo y no necesariamente utilizando estos productos cuya efectividad, en muchos casos, no se ajusta a lo que se espera.

La alimentación es uno de los factores que influyen en la salud de la piel. El consumo de ciertos tipos de alimentos puede ayudar a mantener la piel limpia, clara y brillante gracias a las propiedades de sus componentes. Pero hay que tener en cuenta que puede ocurrir lo contrario. Del mismo modo que unos sientan bien a la piel, otros alimentos le sientan especialmente mal y pueden favorecer el envejecimiento, el acné, la piel seca o la psoriasis. A continuación, vamos a ver algunos de ellos.

Leche y productos lácteos

Algunos estudios sugieren que los lácteos y la leche están relacionados con determinadas afecciones de la piel como el acné. Por un lado, contiene la hormona IGF-1, que interactúa con las glándulas suprarrenales. Por otro lado, el aminoácido leucina promueve la producción de sebo en las células de la piel. En ambos casos, esto facilita la aparición del acné

Soja

Este alimento es uno de los más populares entre quienes siguen alguna dieta vegana. En especial, como alternativa a la leche, pero no únicamente. Es cierto que en otros aspectos tiene beneficios pero, en lo que a la piel respecta, no es así.

La soja contiene fitoestrógenos, que imitan a la hormona estrógeno cuando se absorbe en el cuerpo. Al igual que las hormonas de crecimiento que se encuentran en los productos lácteos, los fitoestrógenos también pueden alterar el equilibrio hormonal y provocar un exceso de estrógeno en el cuerpo. Esto puede acabar generando la aparición de acné quístico hormonal.

Gluten

Se trata de uno de los grandes protagonistas en el mundo de la alimentación. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo y otros cereales como el centeno y la cebada. El gluten también se cuela en muchos alimentos como salsas, condimentos y carnes procesadas.

La forma en la que el gluten afecta a la piel tiene que ver con el el intestino. La zonulina, una proteína producida en el tracto digestivo, cumple la función de moderar las uniones estrechas entre las células, lo que evita que las partículas de alimentos no digeridas y los patógenos pasen. Si bien esto es bueno, la exposición al gluten puede generar un exceso de producción de zonulina. El resultado es que las respuestas inmunitarias pueden causar o empeorar afecciones inflamatorias de la piel.

La bollería es un objetivo clásico de las dietas. Pixabay

Alcohol

Se trata de uno de los grandes señalados como enemigo de una dieta sana. Pero también para la piel. Consumir alcohol aumenta el riesgo de acné y los síntomas de envejecimiento. El alcohol aumenta los niveles de azúcar en sangre y puede contribuir a agotar el colágeno, que es uno de los factores fundamentales para gozar de una piel sana. También es deshidratante, lo que evita que la piel retenga la humedad. Además, por sus efectos disruptivos en las diversas vías del sistema inmunológico, puede ser un factor desencadenante de psoriasis.

Alimentos con alto índice glucémico

Son muchos los estudios que señalan que los alimentos con un índice glucémico alto pueden afectar mucho y de formas muy diferentes a la salud de la piel. Bajo esta etiqueta, podemos señalar, por ejemplo, granos refinados, cereales azucarados, snacks fritos, galletas, pan blanco (y harinas refinadas), alimentos con azúcares añadidos y, otra vez, alcohol.

El acné es una de sus consecuencias. Estos alimentos aumentan el azúcar en sangre, y por lo tanto los niveles de insulina. Cuando el cuerpo tiene exceso de insulina, estimula la producción de hormonas andrógenas y sebo en la piel, de las que el acné es una de sus principales consecuencias.

Carnes procesadas

Las carnes procesadas y las curadas se relacionan con episodios de piel hinchada. La causa es el exceso de sal de estos alimentos, lo que, a su vez, significa una cantidad considerable de sodio. Esto puede provocar retención de agua y causar hinchazón e inflamación tanto en la cara como en otras partes del cuerpo.

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