El consumo de café goza de buena salud en España. Se calcula que, de media, se consumen alrededor de 14.000 millones al año en nuestro país, y una media de casi 4 cafés diarios por cada consumidor. Podría parecer excesivo, pero cada vez son más los estudios que sugieren que tomar café alarga la vida.
Un reciente trabajo publicado en Nutrients se ha centrado en el consumo de café y la mortalidad por todas las causas de forma específica en España. Y, de nuevo, el café obtendría buenos resultados. La evidencia en la población mediterránea aún era escasa hasta el momento.
Los mecanismos mediante los cuales el café reduce el riesgo de muerte aún no se conocen completamente, pero se especula que su riqueza en antioxidantes y sustancias antiinflamatorias podrían tener mucho que ver.
En este trabajo, llevado a cabo por un grupo de científicos españoles del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante, junto a investigadoresde la Universidad Miguel Hernández y del Instituto de Salud Carlos III, se han usado datos de la Encuesta de Nutrición de Valencia (ENV) realizada en 1994.
En total, se han analizado datos de 1.567 adultos de 20 años o más (718 hombres y 849 mujeres) durante un periodo de seguimiento de 18 años en total. El consumo total de café, con o sin cafeína, se evaluó mediante una encuesta de frecuencia de comidas.
Según los resultados del estudio, existiría una asociación inversa entre el consumo de café y la mortalidad por cualquier causa. El consumo de una o menos tazas de café al día se asociaba con una reducción del 27% de mortalidad, mientras que el consumo de más de una taza diaria (en un rango de 2 a 6,5 tazas diarias de media) se asociaría con una reducción del 44% de la mortalidad por cualquier causa.
De forma específica, consumir más de una taza de café al día también se asociaría con una reducción del 59% de la mortalidad por cáncer tras 18 años de seguimiento, aunque no se observó ese efecto protector en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Por su parte, teniendo en cuenta el tipo de café consumido, el efecto protector y de reducción de la mortalidad solo se observó en el café con cafeína, pero no en el caso del café descafeínado.
Beneficios conocidos del café
Como recuerdan los investigadores, este efecto protector del café, o de reducción del riesgo de la mortalidad, ya se habría observado en anteriores investigaciones en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, no se había estudiado dichos efectos tan a fondo en la población mediterránea, donde el patrón dietético mediterráneo por sí mismo ya ha demostrado reducir la mortalidad por cualquier causa.
Respecto al tipo de café, los investigadores también recuerdan que anteriores estudios habrían sugerido que la cafeína del café tendría algunos efectos adversos a nivel de sistema nervioso y sistema cardiovascular, pero otras investigaciones habrían suerido que el consumo moderado de cafeína se habría asociado con menor mortalidad.
Así mismo, si bien es cierto que en anteriores trabajos también se ha llegado a relacionar el consumo de café descafeinado con una menor mortalidad, no ha sido ese el caso del presente estudio. Aún así, los autores admiten que en esta encuesta el café descafeinado se consumía con una menor frecuencia, por lo que podría haberse producido cierto sesgo.
En cuanto a los mecanismos mediante los cuales el café reduciría la mortalidad, los investigadores recuerdan su riqueza en sustancias antioxidantes: cafeína, ácido clorogénico, melanoidinas, cafestol, kahweol y trigonelina; adenás de compuestos polifenólicos. Algunos de estos componentes tendrían efectos sobre el metabolismo del colesterol, sobre la sensibilidad de la insulina e incluso potencial para producir efectos anticancerígenos.
Finalmente, el estudio no carece de limitaciones: no fue posible controlar los posibles cambios en el consumo de café durante los 18 años de seguimiento (aunque es un hábito que rara vez cambia con el tiempo, según los autores). Así mismo, también se especula con que pudiesen existir enfermedades crónicas previas al estudio que se relacionasen con un menor consumo de café o no.
Tampoco se tuvo en cuenta el método de preparación del café, y el tamaño de la muestra de estudio es pequeño, pudiendo dar lugar a algunas asociaciones erróneas. Aún así, el periodo de seguimiento pudo haber compensado dicha limitación, según los investigadores.
Así pues, como conclusión final, este estudio sugeriría que un consumo moderado de café, en un rango de 1 a 6,5 tazas diarias, se asociaría con una menor mortalidad por cualquier causa, coincidiendo con los hallazgos de estudios previos. Y, dado que el estudio se realizó en una población mediterránea, los autores sugieren que el consumo de café podría promoverse como parte de un estilo de vida mediterráneo saludable.