Típico de la Semana Santa, al igual que las torrijas, la leche frita o el panquemao, son los buñuelos de viento, buñuelos de Pascua o buñuelos de Cuaresma. En cada región de España se llamarán de una manera, y la receta variará seguro en algún o algunos ingredientes, incluso dentro de cada casa ("mi abuela lo hacía así", que diríamos muchos).
Sea como fuere, la tradición manda y con la receta familiar en mano y aún en tiempos de pandemia, ¿a quién se le resiste preparar unos deliciosos buñuelos? Si queremos, además podemos elaborarlos algo más sanos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, nutricionalmente hablando, este tipo de dulces deberíamos tomarlo únicamente de forma ocasional. Lo explica mejor Laura Arranz (@lauragananutricion), doctora en Alimentación y Nutrición, y profesora asociada en el departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona.
"Desde un punto de vista de la salud, los buñuelos son un preparado, un dulce que está indicado para tomar solo de forma ocasional, una o dos veces al año. Esto es, son dulces que, por épocas del año (en este caso, en la Semana Santa) se suelen tomar de forma puntual, por lo que no tiene que representar un impacto negativo ni en la salud ni en el peso", asegura la experta.
Dicho de otro modo, por tomar un día un par de buñuelos no va a pasar nada, no vamos a engordar de golpe. La clave está, como siempre, en lo que hagamos en nuestro día a día, en la dieta y alimentación que llevemos de forma regular. Eso sí, según aclara la experta, sería importante en todo caso, moderar la cantidad y no pasarnos ni atiborrarnos.
No obstante, si queremos, por estar a dieta, por no pasar luego una mala noche (hay personas a quien el dulce no les sienta bien) o simplemente para probar nuevas recetas, podemos hacer versiones algo más saludables.
Aún así, y según apunta Arranz, "poco podemos hacer, porque la receta es la receta, es decir, tampoco es cuestión de desvirtuar la receta de un dulce, teniendo en cuenta que, es algo que vamos a consumir de forma puntual”, insiste la experta. Pero "sí podemos hacer algunas mejoras, con respecto a los ingredientes".
Harinas integrales
Los ingredientes típicos y principales para hacer los buñuelos son la harina, leche, huevos, mantequilla y azúcar. Y la clave para hacerlos algo más sanos estarían en tres: la harina, la mantequilla y el azúcar. Aquí podemos ver el paso a paso de una receta de buñuelos tradicionales. Luego, iría el relleno que sería a gusto del consumidor (como podemos ver también en la receta); incluso hay personas que se lo saltan y consumen el dulce tal cual.
Con respecto a la harina, "en vez de usar la harina típica que se usa en repostería podemos sustituirla por una harina integral", señala Arranz. La razón es simple: las harinas integrales son mucho más saludables que las harinas refinadas y tienen una mayor calidad nutricional. Al igual que pasa con los bizcochos o con otro tipo de dulces, sería más recomendable -aunque no sepa igual, es cuestión de ir acostumbrando el paladar- usar harinas integrales en vez de refinadas.
Como explicamos en este artículo, unas de las mejores harinas para usar en repostería es la harina de avena integral porque tiene mucha fibra, lo que va a ayudarnos a procesar mejor los azúcares.
Azúcar, lo mínimo posible
El azúcar sería uno de los ingredientes menos sanos sin duda de este preparado -se suele usar azúcar glas para espolvorear, por encima del buñuelo- por lo que si queremos hacer una receta más sana, sería aconsejable "usar lo mínimo posible de azúcar", sostiene Arranz. De hecho, podemos mezclar una pequeña cantidad de azúcar con canela o con vainilla en polvo, como podemos encontrar en algunas de las muchas recetas que circulan por internet.
Es importante recordar que existen otras variantes del azúcar como la panela, el sirope de agave, el sirope de arce o la miel, que serían igualmente azúcar aunque algunos contengan un poco menos de cantidad. Como ya explicamos, "no existen sustitutos saludables del azúcar".
Mantequilla y no margarina
Siempre y en cualquier caso, incluso en nuestros desayunos es mejor usar mantequilla que margarina, porque la primera es más sana, aunque en cualquier caso, siempre es preferirle optar y priorizar el aceite de oliva “aunque en este caso a lo mejor estaríamos desvirtuando demasiado la receta y quizá no sería igual”, indica Arranz.