En buena parte de los hogares de España hay un microondas, uno de los electrodomésticos que ha hecho la vida actual un poco más sencilla. Desde el primer café de la mañana hasta las sobras recalentadas para cenar, este aparato básico en la cocina se enciende de manera frecuente. Eso sí, no siempre sabemos tratarlo como es debido y es posible que más de uno haya roto el suyo metiendo en él algo que no debía.
Después de varios años de convivencia con esta máquina, ya sabemos que no debemos ponerla en funcionamiento con un objeto metálico en su interior. En este sentido, olvidarnos de quitar la cuchara con la que removemos el café puede tener terribles consecuencias para este electrodoméstico. De todas formas, existen otros objetos y alimentos que, aunque no lo creamos, pueden poner en peligro el microondas o, incluso, nuestra propia salud.
Por ejemplo, es posible que muchos de nosotros hayamos calentado un vaso de agua en el microondas para, posteriormente, preparar una infusión. ¡Error! Debemos hacerlo siempre utilizando un cazo colocado sobre la vitrocerámica o un fogón. El microondas puede hacer que el agua supere los 100 grados, pero no entre en ebullición. Al introducir después algo en el vaso la energía puede liberarse violentamente y derramar agua hirviendo sobre nuestro cuerpo, tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL.
Huevo con 'sorpresa'
El vaso de agua no es el único alimento aparentemente inofensivo que se vuelve peligroso tras introducirlo en el microondas. Un simple huevo cocido también puede convertirse en un pequeño artefacto explosivo que, como poco, nos dé un buen susto. Por esta razón, los huevos duros —con cáscara o sin ella— no deben calentarse nunca dentro del microondas. Pero, ¿por qué ocurre esto?
Cuando se cuece un huevo, suceden dos cosas en su yema: por un lado, las proteínas se agrupan y, por otro, se forman bolsas de agua. Esto es lo que se conoce como un huevo duro y no tiene ningún riesgo. Se puede quitar la cáscara y partir por la mitad sin ningún tipo de riesgo. Sin embargo, los problemas comienzan cuando estos huevos duros se introducen en el microondas.
Tras este tratamiento térmico, el huevo se calienta en su totalidad y esto incluye a esas bolsas de agua que se han formado durante la cocción. Ese líquido se convierte en vapor rápidamente y la presión dentro del huevo aumenta. Cuando el vapor consigue abrirse paso hacia el exterior por una fisura lo hace con violencia y explota. Una parte de los huevos duros que se calientan en el microondas explotan dentro de él, pero otros resisten hasta que quien los manipula lo parte con un cubierto. Las redes están llenas de ejemplos de lo que pasa a continuación.
A pesar de que son las cuentas de humor las que suelen hacerse eco de este fenómeno por ser un experimento curioso —y, por supuesto, peligroso— existe un caso registrado de un hombre al que uno de estos huevos le causó daños en la audición. Según este artículo de EL ESPAÑOL, la Acoustical Society of America publicó en el año 2017 un estudio sobre el impacto del ruido de la explosión de los huevos duros en el sentido del oído, tras conocerse el caso de este hombre.
El sujeto en cuestión fue un estadounidense que pidió en un restaurante un huevo duro que fue calentado en el microondas. La sorpresa aconteció cuando el cliente dio un mordisco al huevo, que estalló en su boca. El estudio posterior de los científicos concluyó que estos huevos pueden producir un ruido tan intenso como el de un avión a reacción que se encuentra a 30 metros de distancia. A pesar de ello, las posibilidades de perder audición eran bajas. Una forma de calentar huevos duros sin que exploten es cortarlos previamente.
Un alimento beneficioso
Los huevos son un alimento muy saludable que durante años han sufrido una fama terrible. Este alimento contiene una proporción considerable de colesterol, pero, al contrario de lo que se pensaba, no se ha observado que aumente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, consumir un huevo al día no supone problemas de salud. El principal beneficio que contiene este producto es la cantidad y la calidad de las proteínas que contiene. En este artículo de EL ESPAÑOL puede consultar todas sus propiedades.
A pesar de que el huevo es un alimento que conocemos sobradamente, todavía guarda algunos secretos. Por ejemplo, aunque en el supermercado se encuentren en estanterías a temperatura ambiente en casa debemos guardarlos en la nevera. Eso sí, no debemos ponerlos en la huevera de la puerta, aunque esté hecha para tal fin. Los huevos deben conservarse en las estanterías del medio y en su envase.
Además, no debemos nunca lavar la cáscara de los huevos antes de manipularlos. Es posible que pensemos que, de esta manera, reducimos el riesgo de que se contamine la receta. Sin embargo, la cáscara del huevo, aunque protege, también es porosa y, por eso, el agua puede hacer que los gérmenes la penetren. Por esta razón, es más higiénico evitar este paso.