Los espárragos en conserva son una opción ideal para las cenas de verano. Están listos para comer, resultan fresquitos, saciantes por su alto contenido en agua y además son nutritivos y bajos en calorías. ¿Se puede pedir más a un producto? Pues bien, lo cierto que sí, aún se puede sumar otro elemento a favor de estas hortalizas, y es que, en España, se produce una variedad reconocida por su alta calidad: los espárragos de Navarra. Para potenciar este producto nacional, Mercadona informa en su web que ha comprado en los últimos meses 13.600 kilos de este producto navarro reconocido con la Indicación geográfica protegida (IGP), una denominación de calidad.
Pero, ¿cómo diferenciarlos del resto de espárragos? Según la página web oficial de turismo de Navarra, los reconocidos con la IGP Navarra son de color blanco, su textura es suave, con escasa o nula fibrosidad y se producen en Aragón, La Rioja y Navarra. El terreno para su cosecha se prepara en otoño, la plantación se hace entre febrero y marzo y la recolección entre finales de marzo y primeros de abril. Así, se pueden consumir frescos desde finales de marzo hasta mediados de mayo. El resto del año se pueden adquirir en conserva. La IGP, regulada por la Unión Europea, identifica un producto cuyas características y calidad se atribuyen esencialmente a su origen geográfico.
Según apuntan desde Mercadona, durante los pasados meses de abril y mayo, los más de 13.000 kilos de espárragos con denominación de calidad IGP se han vendido en supermercados de la compañía en la comunidad foral, en Euskadi y en La Rioja, en lo que supone una apuesta, según apuntan la empresa en su página, por los productos locales y de cercanía. Algo que, además de ser positivo para la dieta, ayuda a cuidar del medio ambiente, ya que se reduce la huella de carbono del producto. En los últimos cinco años, Mercadona asegura que ha adquirido 54.000 kilos de este espárrago navarro de gran calidad.
Dicho esto, ¿qué dicen los nutricionistas sobre este emblemático alimento del valle medio del río Ebro? Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el espárrago es un alimento con bajo contenido energético, 18 kcal por cada 100 gramos, y con un alto contenido en agua (cerca de un 95%), por lo que no engorda, resulta saciante y ayuda a estar bien hidratado en verano.
Fuente de flavonoides y ácido fólico
Pero además de todo esto, los espárragos también son fuente de proteínas, vitaminas C y E. No obstante, según señalan desde la FEN, los espárragos verdes son más ricos en minerales que los blancos. Además, el tratamiento al que se someten estos últimos para la preparación de conservas, conlleva una pérdida de vitaminas.
El color de los espárragos varía en función de la forma en que fueron producidos: si se cubren de tierra y quedan a oscuras, serán blancos. Si se dejan al aire y les da luz del sol, se pondrán verdes. En su composición, los espárragos verdes presentan betacarotenos (provitamina A) y luteína, compuestos con actividad antioxidante.
Además, según la FEN, los espárragos aportan al organismo folatos o ácido fólico, una vitamina de vital importancia, ya que es fundamental para que el cuerpo pueda producir glóbulos rojos saludables o la correcta reproducción de las células. También contienen lignanos y una sustancia de gran interés para el cuerpo: los flavonoides.
Éstos últimos se relacionan con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o cáncer, según la evidencia científica reciente, sobre todo entre aquellas personas con hábitos poco saludables, como fumar o beber alcohol con frecuencia.
Por último, hay que recordar que una dieta rica en frutas y verduras es esencial para alimentarse de forma saludable. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumentar el consumo de estos alimentos disminuye el riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles y contribuye a prevenir el aumento de peso y a reducir el riesgo de obesidad. Tanto es así, que desde la Universidad de Harvard consideran que las frutas y verduras debe ocupar el 50% de cada comida.