¿Es posible desayunar los garbanzos o las lentejas que sobraron el día anterior? En realidad, la pregunta que debemos hacernos es: ¿y por qué no? La dietista y nutricionista María Merino, concienciada con alimentación infantil saludable, puso del revés a media España cuando en 2018 compartió en sus redes sociales una foto de su hijo de dos años desayunando un puñado de garbanzos. Tras dos años de ese episodio, en el que recibió un aluvión de críticas, intenta destruir mitos en torno a esa primera comida del día: el desayuno.
Y lo hace en último libro recién publicado -no podía llamarse de otro modo- Desayuno con garbanzos. Comer sano es fácil (La Esfera de Los Libros). Dice esta experta en nutrición y directora de ComiendoconMaria.com, que ni el desayuno es la comida más importante del día, ni debe contener obligatoriamente fruta, cereal y lácteos. Que no tenemos siquiera que desayunar antes de ir al colegio o de ir a trabajar si no se tiene hambre, que no pasa nada por ir con el estómago vacío, si así nos lo pide el cuerpo. Que podemos desayunar cualquier cosa siempre y cuando sean alimentos sanos.
-¿No pasa nada, de verdad, si los niños y niñas no desayunan antes de ir al cole? ¿No rinden menos los escolares si no desayunan, como nos han dicho toda la vida?
Es un mito, como tantos otros que hay en torno al desayuno. Eso de que si no desayunas no rindes, o no tiene energía, o que los niños que no desayunan están condenados al fracaso escolar... Son mitos. No es necesario desayunar antes de ir al colegio, pero tanto los niños como los adultos. Hay que desayunar cuando tengamos apetito. Si no te levantas con hambre, no tienes que forzar al cuerpo, porque incluso puede que nos siente mal. Ya llegará el momento del recreo en el que te comerás tu bocadillo. O lo que sea.
-Hace dos años, muchos padres no entendieron que dieras de desayunar garbanzos a tus hijo, ¿crees que se seguirían sorprendiendo hoy en día o las cosas han cambiado?
Es cierto que poco a poco hay más conciencia, que se busca más información y se intenta estar un poco más al día con respecto a la alimentación en general. Aunque creo que si volviera a poner ese tuit, seguiría habiendo críticas igualmente. Aunque algunas cosas hayan cambiado, también hay quien prefiere mirar hacia otro lado y seguir dando a su hijo galletas o donuts para desayunar. Y miran para otro lado porque es un desayuno rápido (pero nada sano) en el que además de ser cómodo, el niño está contento, no protesta… y así estamos todos felices. Porque al final, todo esto (la alimentación sana) implica trabajo, tiempo, dedicación y constancia.
-Es cierto que muchas veces se recurre a lo fácil porque no hay tiempo para desayunar o porque no da pereza preparar un desayuno tan temprano antes de ir al colegio o a trabajar ¿Qué hacemos entonces, cómo es posible desayunar sano?
Todo son excusas. Si crees que no tienes tiempo, acuéstate antes y levante antes. O si prefieres dormir más, existen recursos para hacer desayunos rápidos y sanos. Por ejemplo, deja el desayuno medio preparado la noche. Por ejemplo, deja una fruta ya pelada y cortada dentro de la nevera. O cómete un plátano, que tardas medio segundo en pelarlo, con un vaso de leche y añade después unas tostadas, si te has quedado con hambre. Incluso un día puedes dejar preparado dos o tres bocadillos y congelarlos. Porque no existe ni el desayuno completo, ni el desayuno ideal ni nada por el estilo. Cada uno tiene que desayunar en función de su apetito, preferencias, elecciones, tolerancias y tiempo.
-Entonces, ¿los niños (y también los adultos) pueden desayunar lo que quieran, lo que les apetezca?
Siempre que sean alimentos sanos, sí. Podemos desayunar perfectamente unos garbanzos si queremos. Siempre que sea comida sana, podemos desayunar lo que sea, da igual.
Un ejemplo. La noche anterior has cenado revuelto de espárragos y te levantas a la mañana siguiente y no tienes ganas de preparar nada para desayunar, pero abres la nevera y ves las sobras de la noche anterior. ¡Pues cómete las sobras, si te apetece! ¡Cómete ese revuelto de espárragos! Hombre, si me dices que vas a desayunar un filete de carne roja de 500 gramos pues te diré que no, no porque no sea un buen desayuno sino porque no es una opción saludable. Pero por ejemplo, siempre será mejor desayunar una dorada al horno que una leche con cacao y galletas; es más, es preferible no desayunar a desayunar eso.
Es importante además, adaptar el desayuno a cada niño/a (también los adultos) y darle en función de lo que necesite. Si por ejemplo, le das a tu hijo un plátano y un vaso de leche y te dice "mamá tengo hambre", está claro que no es el desayuno correcto porque se queda con hambre. O bien si ese mismo desayuno no se lo termina, tampoco sería bueno porque le estás dando de más.
¿Cómo convencer a los padres y madres de que les intenten inculcar buenos hábitos de alimentación desde la infancia, de que es bueno invertir tiempo y esfuerzo en ello, de que es bueno para su salud?
Antes de convencerles de que intenten que sus hijos coman sano, que les den mucha fruta y mucha verdura y demás, les intentaría explicar que es mejor que dejasen de dar a sus hijos cosas insanas para comer. Es más importante dejar de comer ciertas cosas que comer ciertas cosas. Es más, si tu hijo come fatal y consigues meterle dos piezas de frutas al día y dos raciones de verdura al día, para mí no estás haciendo un buen trabajo, porque ese niño sigue comiendo eso que le perjudica. El hecho de comerse la fruta no anula el efecto negativo que tiene la bollería. Lo importante es que le quiten (y le desacostumbren) de tomar ese tipo de productos constantemente. Y a su vez, luego, si se puede, se le añade el comer sano. Pero solamente con quitar toda esa basura que comen a diario sería suficiente para mejorar tanto su salud, su calidad de vida y su futuro.
Vemos las altas cifras que hay de obesidad y sobrepeso infantil en España, en torno a un 30%. ¿Qué podemos hacer ante eso?
Al final no son sólo los efectos negativos del sobrepeso que puedan tener esos alimentos insanos (o esa alimentación no sana) que les damos a nuestros hijos sino que se trata de algo que va más allá. Se trata de la relación con la comida que adquieren desde pequeños, de las asociaciones que hacen que pueden mantenerse después de adulto. Y cuando tienen un problema recurren a la comida o que cuando van a hacer la compra, tienen unos hábitos tan interiorizados que para desayunar, por ejemplo, compran cereales, galletas y cacao. Todo eso se queda. Todo lo que nosotros (padres y madres) hagamos en cuestión de hábitos y de conducta alimentaria en el entorno de nuestros hijos es lo que aprenderán. Es muy importante porque estamos condicionando su salud adulta, no solo la infantil.
Hay que dedicar tiempo y esfuerzo en esto y hay gente que, por desgracia, no está dispuesta a invertir ese tiempo. Aunque también digo que hay personas que no creen en esto, y no lo creen porque su hijo está sano. En ocasiones me han dicho, "pues mi hijo come todos los días galletas y está sano y es feliz". Y yo no te digo que no, pero le estás condicionando, le estás acostumbrando a ese tipo de productos, le estás alterando su paladar… Claro, inmediatamente, una alimentación así no tiene consecuencias, pero en unos años, a ver qué pasa… Por eso digo que hay que ser constantes y dedicar tiempo a que nuestros hijos aprendan a comer bien, a que tengan una buena relación con la comida.