La crisis del coronavirus que España sufre estos días ha provocado un cambio en nuestros hábitos de vida, de alimentación y también de consumo. Tras una primera semana en la que la mayoría se dedicó a hacer acopio de productos no perecederos, papel higiénico y otros víveres, la cosa parece haber cambiado. La adquisición de alimentos preparados o aceite se ha rebajado considerablemente y, en cambio, se ha disparado la venta de cerveza. Hasta un 74% más en la última semana según un análisis de Gelt. El vino también se cuela en la lista de los productos de alimentación más vendidos en Amazon.
Resulta una terrible paradoja que en un momento como éste, en el que deberíamos cuidarnos sobremanera, se dispare la venta de alcohol, una de las sustancias que más daño hacen a nuestro sistema inmunológico. Lo contaba hace unos días el dietista-nutricionista Aitor Sánchez en su cuenta de Twitter. "No hay alimentos que 'mejoren' notablemente las defensas. ¿Sabéis cuál es la mejor recomendación? Evitar sustancias que impactan en el sistema inmunológico. El alcohol empeora la respuesta, adaptación y susceptibilidad. Específicamente en infecciones respiratorias", escribe el especialista.
Sánchez cita en su tuit un estudio publicado en 2017 en la revista Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry cuyas principales conclusiones no pueden ser más claras: "El consumo excesivo de alcohol crónico se asocia con una menor frecuencia de linfocitos y un mayor riesgo de infecciones bacterianas y virales". O dicho de otra forma: el consumo de alcohol aumenta el riesgo de infecciones y disminuye la capacidad de nuestro organismo a responder a las agresiones externas.
No es ni mucho menos el único estudio que ha ahondado en los efectos negativos que tiene el vino, la cerveza, la ginebra o el vodka, por ejemplo, en nuestro sistema inmunitario. Otro trabajo publicado en 2015 por investigadores del departamento de Medicina de la Universidad de Massachussetts (Estados Unidos) iba un paso más allá y llegaba a advertir sobre el daño que provoca el tan cacareado consumo moderado de alcohol. "El alcohol afecta a muchos órganos, incluido el sistema inmunitario, e incluso cantidades moderadas de alcohol influyen en las respuestas inmunitarias", dicen los investigadores.
Por si fuera, poco la OMS también se ha mostrado tajante sobre los efectos del consumo de alcohol. "El alcohol puede interferir con el normal funcionamiento del sistema inmunológico y hace a la persona más propensa a contraer enfermedades infecciosas, incluyendo neumonía, tuberculosis y VIH", dice el organismo internacional, que también alerta de que esta sustancia incrementa el riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neuropsiquiátricas o enfermedades gastrointestinales.
En realidad, el alcohol no es ni mucho menos la única sustancia que puede afectar a nuestro sistema inmunitario. Un reciente estudio realizado por investigadores del Hospital Universitario de Bonn (Alemania) alerta de que las dietas con demasiada sal no son sólo malas para la tensión, sino que además debilitan nuestras defensas frente a las bacterias. El trabajo descubrió que aquellas personas que consumen al día seis gramos adicionales de sal al día tienen más probabilidades de sufrir deficiencias inmunológicas frente a las bacterias.
Del mismo modo, el sobrepeso, vinculado con el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, está también relacionado directamente con un deterioro del sistema inmunológico. "El aporte excesivo de energía puede puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones, por lo que la obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas", dice una revisión publicada en la revista Farmacia Profesional. "Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares que, a su vez, están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica", añade.
Entonces, ¿qué alimentos benefician nuestro sistema inmunitario? La realidad, tal y como explicaba Sánchez es que no existen alimentos que mejoren notablemente nuestras defensas. Tal y como explicamos en EL ESPAÑOL bastaría con llevar una dieta saludable, basada en frutas, verduras y hortalizas, para que nuestras defensas pudieran mantenerse a raya.