Aunque actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja sobrepasar los 25 gramos de azúcar libre o añadido al día dentro del marco de una alimentación equilibrada, la realidad es que buena parte de la sociedad sobrepasa dicho límite. De hecho, un claro ejemplo es España, donde la media de consumo de azúcar diario supera los 110 gramos habitualmente: más del cuádruple de la cantidad recomendada.
Un nuevo trabajo publicado recientemente en el Journal of Nutrition Educacion and Behavior sugiere que los niños sobrepasan dicho limite saludable gracias, en gran parte, al consumo de cereales para el desayuno. Estos productos suelen estar saturados de azúcar añadido y es difícil medir las raciones porque faltan porciones uniformes y métricas estandarizadas. Este problema confunde a los padres sobre qué cantidad de azúcar están consumiendo realmente los más pequeños.
Habitualmente en los etiquetados de los productos procesados es posible encontrar una ración recomendada, o "porción", en la cual los valores nutricionales suelen ser aceptables. Sin embargo, estas recomendaciones no aparecen en algunos cereales, lo que provoca que muchos padres no lleven un control eficaz del azúcar libre que están tomando sus hijos al día. Por eso, muchos niños terminan la jornada sobrepasando la ingesta recomendada.
Confusión en las porciones
Así lo afirma el estudio llevado a cabo por Matthew B. Ritter y sus colegas, de la High Point University de Carolina del Norte (Estados Unidos). Según él, los consumidores habitualmente confunden "una porción" con la cantidad recomendada que sugiere el producto en cuestión y, por ello, acaban consumiendo más de lo que deberían para llevar una dieta saludable.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores se centraron en la Iniciativa de Publicidad de Alimentos y Bebidas para Niños (CFBAI), un programa de autorregulación de la industria alimentaria que empezó en 2007, y el cual guía parcialmente a las empresas en la promoción de alimentos y bebidas a niños menores de 12 años. El CFBAI incluye a 18 empresas que, en su conjunto, son responsables del 70-80% de la publicidad televisiva dirigida a niños en los Estados Unidos.
En este caso, la CFBAI requiere que los cereales para niños que se anuncian en televisión cumplan ciertos requisitos como, por ejemplo, tener menos de 200 kilocalorías y menos de 13 gramos de azúcar por porción. Además, los paquetes de cereales deben contener menos características atractivas para los pequeños, como dibujos, mascotas o juegos asociados.
Sin embargo, según este nuevo estudio, los cereales que teóricamente cumplían con los requisitos de la CFBAI fueron, precisamente, los que contenían más azúcar por onza o 30 gramos de producto. De hecho, más de la mitad de los cereales con un porcentaje de azúcar "moderado" por porción (9-12 gramos), tenían azúcar alto por cada onza o 30 gramos (más de 9 gramos de azúcar). Además, las mismas compañías que comercializan estos cereales, a pesar de haber mejorado la calidad nutricional de los mismos, siguen siendo una alternativa poco saludable.
Además, precisamente aquellos cereales menos saludables con mayor contenido de azúcar son a su vez los que más trucos de marketing efectivos utilizan para atraer a los niños. Es decir, los cereales elegidos por los niños solían ser los peores del supermercado.
Así pues, con todos estos resultados, Ritter y sus colegas sugieren que se deberían llevar a cabo dos avances en la industria: usar la misma métrica de porciones y nivel de azúcar en todos los cereales y aumentar la promoción de opciones más bajas en azúcar. Hoy en día, los cereales para el desayuno son el producto que se dirige de forma más especifica a los niños y, por ello, deberían cumplir con los mejores estándares nutricionales.