Los hay de fresa, de piña, de plátano, de limón, de vainilla y hasta de maracuyá. La industria láctea ha conseguido crear yogures que parece que están elaborados con fruta, pero no es así ni muchísimo menos. De hecho, de fruta, tal y como puede verse en la etiqueta de estos yogures de sabores, por ejemplo, ni rastro. Así, tal y como contamos en EL ESPAÑOL, los yogures de sabores utilizan una amplia gama de aromas y saborizantes que se agregan al producto durante el proceso de fabricación.
En realidad, los yogures de sabores son, según la legislación vigente, "yogures aromatizados" a los que se les exige que en la etiqueta pongan "sabor a…", pese a que en la fotografía puede aparecer una fruta bien grande. Además, este tipo de yogures suelen tener una cantidad elevada de azúcar nada beneficiosa.