La vitamina E es un nutriente liposoluble presente en muchos alimentos. En nuestro cuerpo actúa como antioxidante y contribuye así a retrasar el envejecimiento. Por otra parte, el organismo necesita esta vitamina para estimular el sistema inmunitario a fin de que éste pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden. Ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos de sangre en su interior. Además, las células emplean la vitamina E para interactuar entre sí y para cumplir numerosas funciones importantes. La podemos encontrar en aceites vegetales, carne, aves de corral, huevos, frutas, verduras y aceites de germen de trigo.
Hasta ahora se pensaba que se debía consumir vitamina E y grasas al mismo tiempo, pero un científico de la Universidad Estatal de Obregón ha descubierto que no es necesario. El estudio, publicado en American Journal of Crinical Nutrition, ha estado liderado por la investigadora Matet Traber, una autoridad reconocida en el campo de las ciencias nutricionales, que ha dedicado tres décadas al estudio de este micronutriente.
La propia investigadora explica en pocas palabras el resultado de la investigación: "Pensábamos que debíamos comer vitamina E y grasas al mismo tiempo. Lo que nuestro estudio muestra es que puedes esperar hasta 12 horas sin comer nada, por lo que se absorbe una comida que contiene grasa y Vitamina E”. Esto abre nuevos enfoques a las pautas dietéticas relacionadas con esta importante vitamina.
En este estudio, Traber y sus colaboradores utilizaron una técnica novedosa que utilizaba vitamina E etiquetada con deuterio y luego la administraron tanto por vía oral como intravenosa. De esta manera, pudieron estudiar la absorción de una manera mucho más detallada en un grupo compuesto por mujeres que no eran ni obesas, ni diabéticas de entre 18 y 40 años.
Los pacientes tuvieron que tomar una comida líquida que contenía un 40% de grasas o nada de grasa. Se utilizaron varias combinaciones de administraciones, entonces los investigadores descubrieron que la vitamina E se absorbía en las células intestinales y permanecía allí esperando la próxima comida, esperando a los quilomicrones, las lipoproteínas que trasportan los lípidos a la sangre.
Por lo tanto, la vitamina puede permanecer esperando, después de ser absorbida por el intestino, y no hay necesidad de tomar grasas al mismo tiempo o inmediatamente después de tomar la vitamina.