La revista Scientific Reports ha publicado esta semana uno de los primeros estudios para encontrar componentes con un efecto directo sobre las funciones de la grasa parda en humanos. Este tipo de grasa tiene un papel fundamental en la velocidad a la que se transforman las calorías en energía. El tejido adiposo marrón, también conocido como grasa parda, es uno de los dos tipos de grasa que encontramos en el ser humano y otros mamíferos.
Aunque en un principio se pensaba que esta grasa sólo existía en los bebés y en los mamíferos que hibernan, en los últimos años se ha descubierto que los adultos humanos también pueden tenerla. Mientras que la función de la grasa blanca es almacenar el exceso de calorías, la de la grasa parda es generar calor corporal quemando calorías. Las personas con un menor índice de masa corporal (IMC) tendrían una cantidad mayor de grasa parda.
"La grasa parda funciona de manera diferente al resto de grasas del cuerpo y produce calor quemando azúcar y grasa, normalmente, en respuesta al frío. Aumentando su actividad, se puede mejorar el control del azúcar y de grasas en sangre, además de perder peso al quemar el exceso de grasa". explica Michael Symonds, del Colegio de Medicina de la Universidad de Nottingham y codirector del estudio. Hasta ahora, sin embargo, nadie había descubierto una manera de estimular la actividad de esta grasa en humanos.
Café: el gran estimulante
"Este estudio muestra que algo como una taza de café puede tener un efecto directo sobre las funciones de la grasa parda. Las aplicaciones potenciales de nuestros resultados son bastante grandes, ya que la obesidad es un asunto de salud relevante en la sociedad y ha aumentado la diabetes epidémica. En este sentido, la grasa parda puede ser una parte fundamental en el abordaje de ambos problemas".
El equipo experimentó primero con una serie de estudios en células madre. Una vez dieron con la dosis correcta, trasladaron el experimento a humanos, con el fin de observar si la cafeína estimulaba la grasa parda. Los investigadores utilizaron una técnica de imagen térmica, que habían empleado de manera pionera poco antes, para rastrear las reservas de grasa parda. Esta técnica no invasiva ayudó al equipo a localizar la grasa parda y a estimular su capacidad de producir calor.
"De nuestros anteriores estudios aprendimos que la grasa parda está, fundamentalmente, localizada en la zona del cuello. Así que fuimos capaces de tomar imágenes de personas justo después de beber café y observar si la grasa parda se volvía más caliente", dijo Symonds. "Los resultados fueron positivos y ahora necesitamos cerciorarnos de que la cafeína es uno de los ingredientes en el café que está actuando como estímulo o si hay algún otro componente que ayudaba a activar la grasa parda. Ahora mismo estamos estudiando los suplementos de cafeína para observar si producen resultados similares".
"Una vez hayamos confirmado cuál es el componente responsable se podría utilizar como parte de una dieta que regule el peso o como parte de un programa de control de la glucosa para ayudar a pacientes en la prevención de diabetes".
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