Tres deposiciones diarias como máximo; tres semanales como mínimo. En una sociedad occidental al uso, esta es la cantidad de veces que un ser humano debería ir al baño para comprobar que lleva una salud intestinal adecuada. Son datos de la Asociación Española de Gastroenterología, quien advierte de que es un síntoma que afecta a un 28% de la población española –según las estadísticas más pesimistas- y que incide especialmente entre los sectores de renta más baja y mayores de 65 años. Además, cerca de tres mujeres por cada hombre experimentan esta circunstancia.
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo, otras personas susceptibles a sufrir estos síntomas son aquellas que comen fuera de casa y con prisas, aquellas que beben menos de cuatro vasos de agua diarios y aquellas con rutinas sedentarias o que no realizan suficiente ejercicio físico. Reprimir ir al baño tampoco ayuda a mantener un tránsito intestinal adecuado.
Por supuesto, la dieta es otro de los aspectos que influyen de manera significativa en el tratamiento del estreñimiento. Hay una serie de recomendaciones que los expertos conviene seguir, entre las que destaca introducir dos tipos de fibra en el consumo diario. Se trata de la fibra soluble, la cual absorbe agua para facilitar el tránsito y aumenta la sensación de saciedad, y la insoluble, que proporciona consistencia a las deposiciones al llegar intacta al intestino grueso. La primera está presente en alimentos como las legumbres o en frutos como los aguacates, mientras que la segunda puede encontrarse en semillas y en tallos vegetales.