Los aperitivos son, normalmente, algunos de los alimentos más peligrosos a la hora de intentar mantener en el tiempo una dieta saludable. Cuando te comes uno, es muy difícil parar y acabas consumiendo una gran cantidad de grasas, sales y azúcares que no suelen ser de la mejor calidad. El aperitivo estrella en todos los picoteos es, sin duda, las patatas fritas tipo chip, es decir, las típicas de bolsa.
De las patatas fritas se sabe que tienen muchas calorías, además de un alto contenido en grasa a causa del aceite en el que se fríen. Ahora que las personas están más concienciadas que nunca con tener una alimentación saludable, el mercado ha lanzado una serie de productos para que picoteemos a gusto: los chips realizados con verduras en vez de con patatas.
Sin embargo, la Organización de Consumidores y de Usuarios (OCU) advierte que cuando se venden como un producto saludable, en realidad te están metiendo un gol por la escuadra. Y esto no lo dicen de boquilla. El organismo ha realizado un estudio en el que han comparado la clásica bolsa de patata con otras más vanguardistas que contienen rodajas fritas de verduras: remolacha, zanahoria, calabaza y brócoli.
Los primeros datos
Si alguna vez las has comprado pensando que engordaban menos que unas patatas fritas la OCU ya te adelanta que estabas equivocado. La organización ha realizado por nosotros el trabajo sucio: se ha leído todos los etiquetados y ha investigado la procedencia de los ingredientes. El resultado ha sido, cuanto menos, sorprendente.
Los expertos compraron varias marcas y las compararon. La cosa empezó mal: encontraron dos marcas de hortalizas fritas con etiquetados incorrectos. Greenday Broccoli chips mostraba la información de ingredientes en inglés y con un sistema diferente al europeo. Marinas Veggie experience flor de sal d’Es Trenc, por su parte, no indicaba en su etiquetado los porcentajes de hortalizas utilizadas.
También observaron que, por lo general, los niveles de pesticidas, de acrilamidas y de aflatoxinas eran normales. Sin embargo, Crousti Sud Chips y Garijo Baigorri Crujiente presentaban niveles legales de nitritos, pero que no eran recomendables.
Calorías, grasas y azúcares
En cuanto al número de calorías, la diferencia era tan escasa que los especialistas aseguran que son prácticamente iguales. En 100 gramos de vegetales fritos había 506 calorías de media y en la misma cantidad de patatas fritas había 522. Sin embargo, destacan los chips de brócoli con 647 calorías en una bolsa del mismo peso.
El contenido graso también es similar al de las patatas fritas. Las hortalizas cuentan un 30% y las patatas un 31,8%. Las rodajas de brócoli fritas vuelven a destacar con un considerable 47% de contenido graso.
La gran diferencia se ubica en los azúcares. Los chips de remolacha, de zanahoria y de calabaza tenían un 45% de azúcares, mientras que los de brócoli esta vez tenían mejores resultados: un 6% de azúcar. Hay que destacar que las patatas fritas, que son el referente, tienen un 1% de azúcares, por lo que, la diferencia con los primeros chips es abrumadora.
A modo de conclusión la OCU señala que los chips de hortalizas deben de ser considerados como productos de consumo ocasional, al igual que las patatas fritas. Recomiendan que, si alguien busca un picoteo alternativo que pueda consumir con más asiduidad, elija los frutos secos crudos, las verduras crudas, el queso fresco o conservas como berberechos o sardinas. También proponen que un buen aperitivo pueden ser los encurtidos, siempre y cuando, el consumidor no tenga restringida la ingesta de sal.
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