La planta de la marihuana está recuperando el prestigio que había perdido. Se decía del Aloe Vera que se parecía a nuestros políticos porque cada vez que se la investigaba se le descubrían más propiedades. Sin embargo, bien podría decirse lo mismo del cannabis. La planta tiene muchas aplicaciones dentro del mundo de la salud, del textil y, ahora, de la alimentación. La mayor parte de la población sólo recuerda de ella sus efectos psicotrópicos que son únicamente producidos por el tetrahidrocannabinol, más conocido como THC.
Hay que destacar que el nombre científico de la planta es cannabis y, a partir de ella, se pueden encontrar dos subespecies: la marihuana, que es la que tiene más THC y se utiliza como medicina o como psicotrópico; y el cáñamo, que tiene bajos niveles de THC y muchas aplicaciones industriales.
Aunque muchos pensarán que el cannabis apareció en España en un concierto de Rosendo, su cultivo y su utilización son, en realidad, muy antiguos. De hecho, las carabelas con las que Cristóbal Colón se hizo a la mar tenían las cuerdas y las velas fabricadas con fibras de esta planta. Ahora, los expertos animan a volver a utilizar productos a base de este tipo de textil. El cáñamo sería perfecto para producir bolsas reutilizables y, de esta manera, fomentar la desaparición del plástico.
El cáñamo que se come
Esta planta, además, encaja perfectamente en las tendencias alimenticias más populares en la actualidad. Los vegetarianos y los veganos han puesto de moda una serie de semillas que, si bien al principio se tomaban para mejorar el déficit de proteínas entre estas personas, ahora se han ganado la fama de superalimentos. Es el caso de las semillas de chia, de lino, de amapola y, ahora, de cáñamo.
"La semilla de cáñamo es un alimento muy completo y tiene un alto valor biológico por contener casi todos los aminoácidos esenciales. Es rica en proteínas, en ácidos grasos omega 3 y 6, en calcio y en hierro", explica Olga López-Cediel, una nutricionista muy activa en Instagram (@nutretedefelicidad). Sin embargo, advierte: "Estos productos acaban siendo considerados superalimentos, su precio crece y algunas personas los toman pensando que con ellos compensan una dieta nefasta. Es importante saber que en ningún caso son indispensables".
Estas semillas pueden añadirse a algunos platos, como ensaladas y purés, con el objetivo de hacerlos más completos en nutrientes. Su alto contenido en proteínas es especialmente interesante para las personas con dietas vegetarianas o veganas. Al no comer alimentos de origen animal, las opciones de proteínas de estas personas son más limitadas. Deberían combinar el máximo número posible de alimentos ricos en proteínas vegetales: soja, legumbres, semillas...
El cáñamo que te pone 'cachas'
Este alimento derivado del cannabis se utiliza también para producir suplementos proteicos en polvo. De las semillas se extraen los aceites y, con lo que queda, se elabora este polvo que tiene un alto contenido en proteínas. "Estos suplementos son muy interesantes para las personas que siguen dietas veganas y que, además, realizan una gran cantidad de ejercicio físico. Pueden tomarse a cualquier hora del día y son muy puras, es decir, están compuestas únicamente de cáñamo", asegura la nutricionista.
Si se observa el etiquetado de estas proteínas en polvo se puede observar que el 100% de ellas son pura semilla de cáñamo. Por cada 100 gramos de este polvo, el consumidor adquiere 50 gramos de proteína, es decir, este tipo de moléculas constituyen la mitad de su contenido. Destacan, además, el contenido en fibra, estimado en 26 gramos; y su contenido en grasas que, cifrado en 11 gramos y, de los cuales, sólo 1,3 gramos son del tipo saturadas. ¿Su precio? 13,50 euros por 300 gramos.
Obviamente, las proteínas de cáñamo son aptas para deportistas con cualquier tipo de dietas. Sin embargo, es frecuente que los deportistas omnívoros elijan otras que tengan más contenido en proteínas. Estos suplementos suelen contener huevo, leche o soja. Estos alimentos, además de que los dos primeros son de origen animal, suelen causar alergias e intolerancias. Por esta razón, el principal valor de la proteína de cáñamo es que se tratan de una opción 100% vegana y natural. "Además, son más digestivas y causan menos gases que otras, por ejemplo, las derivadas de la leche".
Cómo comprar proteínas
De todas formas, López-Cediel confiesa que nunca recomendaría suplementos de proteínas a personas que no hacen deporte de alta intensidad. "La primera razón para ello es que no son necesarios: incluso los veganos pueden adquirir todo tipo de proteínas con una dieta variada. La segunda razón es que las proteínas son caras y, muchas veces, se toman sin conocimiento y se compran sin cabeza. Hay gente que no consigue con ellas sus objetivos deseados".
El objetivo principal de los suplementos de proteínas es regenerar el tejido muscular que se ha resentido durante el ejercicio físico. Por esta razón, las dietas de los deportistas tienen muchas más demandas nutricionales. Quienes quieran empezar a tomarlas deberían de acudir a un nutricionista que ajuste el consumo a las necesidades de cada persona.
"Comprar los suplementos de proteínas a lo loco no es muy recomendable. Los más baratos normalmente suelen ser los de suero lácteo o whey y que se han desarrollado por procesos térmicos. Estos polvos suelen tener bastante azúcar para que sepan mejor y, además, la obtención térmica hace que la proteína se desnaturalice", comenta la nutricionista. Esta circunstancia significa que su composición química se altera y, por lo tanto, son menos efectivas.
A la hora de comprar un suplemento de proteínas es importante observar sus valores nutricionales: cuanta más proteína y menos carbohidratos y menos grasas, mejor. Además, hay que buscar la pureza en su composición, es decir, elegir la que menos ingredientes tenga. Por último, el método de obtención más recomendable es el mecánico. Esta característica mantendrá la estabilidad química de las proteínas.
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