Hay dulces típicos que no suelen faltar en prácticamente ninguna comida o cena en época de navidades. Entre ellos, destacan los mazapanes, los polvorones y los turrones con y sin azúcar. Precisamente estos últimos, los turrones "sin azúcar", han ido ganando protagonismo gracias a la guerra que libra estos días contra este producto blanquecino y calórico, nuevo culpable de todos los males nutricionales.
Sin embargo, los términos "light", "sin azúcar" o "sin grasa" suelen ser engañosos en prácticamente cualquier alimento procesado, y los turrones no se libran de este engaño sobreañadido. Pero a nivel de marketing las palabras "sin azúcar" son un gran filón, como siempre ha esgrimido la iniciativa SinAzucar.org.
El problema, en el caso de los turrones, es que en la mayoría de las ocasiones "sin azúcar" no se corresponde claramente con la realidad, ni tampoco supone que el producto menos calórico, como veremos a continuación.
Cómo se elabora el turrón
Como ya explicó la experta en seguridad alimentaria Beatriz Robles en su blog personal en 2017, legalmente un turrón "es la masa obtenida por cocción de miel y azúcares con o sin clara de huevo o albúmina, con incorporación posterior de almendras tostadas, peladas o con piel. La miel podrá ser sustituida total o parcialmente por azúcares de distintas clases, o sus derivados".
En resumen, un turrón se compone de almendras y miel o azúcar, pero el ingrediente mayoritario son las almendras, al menos en el caso del turrón tradicional tanto duro como blando. En el caso de las otras variedades, el ingrediente principal puede ser otro fruto seco (avellanas, nueces, anacardos) u otros ingredientes (manteca de cacao, café, leche, nata) junto a los mencionados azúcares en sus diversas clases.
En el caso del turrón tradicional duro, se tuestan las almendras por un lado y posteriormente se mezclan con azúcar y miel que han sido sometidas al calor hasta llegar a la densidad del caramelo, añadiéndose o no clara de huevo. Si es turrón blando, la masa se enfría, y posteriormente se añade más almendra molida y batida a dicha masa.
Cómo es el turrón "sin azúcar"
Como Robles adelanta en su blog, y como también confirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en su web, el reclamo "sin azúcar" no es más que una táctica de marketing, dado que olvida específicar que se trata de "sin azúcares añadidos".
Para que el turrón o cualquier alimento procesado realmente fuese "sin azúcar", debería contener menos de 0.5 g de azúcares libres por cada 100 g de producto. En el caso del turrón, dado que se basa en almendraso en otros frutos secos, esta cantidad es imposible de lograr.
En el caso de las almendras, por cada 100 g de producto existen más de 5 g de azúcares. Si nos fijamos en las nueces o los anacardos, estos contienen 2,6 g y 6 g de azúcares, respectivamente. Solo teniendo en cuenta estos ingredientes principales, el reclamo "sin azúcar" cae por su propio peso.
Si bien es cierto que este tipo de azúcar no sería catalogado como "azúcar libre" o "azúcar añadido", como también sucede en el caso de las frutas. Se trata de "azúcar intrínseco", el cual no ha demostrado provocar problemas de salud como sí lo hace el azúcar libre (como el que se consume en los zumos naturales, o el que está presente en los refrescos).
Por tanto, un turrón "sin azúcar añadido" sería aquel que, en su composición, tan solo debería contener el fruto seco (almendras, en el turrón tradicional) junto a edulcorantes, dado que ni la miel ni otros tipos de azúcares estarían permitidos en la definición. Los azúcares, que deberían aparecer en la etiqueta, serían los "naturalmente presentes en el producto", y no añadidos de forma externa.
En el caso de los edulcorantes, se suelen usar maltitol o sorbitol, aunque el primero es más típico dado su parecido con la sacarosa (azúcar) a nivel fisico-químico, y su potencial para otorgar sabor dulce al turrón. Pero, aunque se trata de productos muy bajos en calorías, no son totalmente acalóricos: por cada gramo de azúcar se consumen 4 kcal, pero por cada gramo de maltitol se consumen 2,7 kcal, por lo que la diferencia calórica es escasa.
Una bomba calórica en cualquier caso
Para terminar, dado que "sin azúcar añadido" no significa totalmente libre de azúcar, la definición implica que un turrón de unos 200 g puede contener hasta 1 g de azúcar libre añadido, junto a los mismos azúcares presentes en los frutos secos. A esto cabe añadir que, de forma habitual, a estos turrones se les suele añadir más carga grasa (más porcentaje de frutos secos o de mantecas) para potenciar su sabor.
Según la OCU, un turrón tradicional típico tendría alrededor de 490 kcal por cada 100 gramos (casi 1.000 calorías por la tableta entera). En comparación, un turrón "sin azúcar" tendría unas 436 kcal, poco más de 50 kcal de diferencia. En cuanto a los azúcares libres, según la OCU, el turrón tradicional podría aportar hasta 159 kcal de los mismos, mientras que el turrón sin azúcar apenas aportaría 14 kcal de dichos azúcares libres.
Si bien es cierto que la diferencia de azúcar añadido es significativa, pudiéndose ver hasta un 91% de reducción del mismo respecto al turrón habitual, la OCU avisa de que la reducción calórica apenas sería de un 11% dados los otros productos sustitutivos de dicho azúcar. Por tanto, ni un turrón "sin azúcar" es "light", ni "bajo en calorías". Puede ser incluso igual o peor, dependiendo de la variedad de turrón.
[Más información: Seis productos de dieta cargados de azúcar que pasan por buenos]
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