Aunque no ha llegado a compararse en intensidad y duración con el episodio de calor anómalo que vivimos hace un año por estas mismas fechas, el 'veranillo' del pasado fin de semana ha alcanzado récords de norte a sur en toda España. Las estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registraron valores históricos en Ourense con 33,9ºC, en Tenerife Sur Aeropuerto con 37ºC o en Barcelona con 29,1ºC, una temperatura máxima inédita para los últimos diez años.
Sin embargo, en un claro vaivén meteorológico que caracteriza a la primavera como estación de transición por excelencia, los próximos días presentarán un panorama muy diferente. El desplome de temperaturas ya comenzó el lunes por el norte y a partir de hoy miércoles tenderá a generalizarse. El principal fenómeno adverso se presentará a última hora del viernes con la formación por el sur de la Península Ibérica de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
La configuración atmosférica propiciará esta entrada de lluvia y frío, con altas presiones y tiempo despejado en el norte y centro de Europa mientras la inestabilidad desciende desde el Atlántico Norte hacia las Azores. "El bloqueo anticiclónico se reforzará en los alrededores de las islas británicas, con presiones en superficie que pasarán de los 1030 hPa", explica Samuel Biener, experto de Meteored. Eso permitirá a "una pequeña DANA deslizarse por el flanco meridional del anticiclón, colándose por el golfo de Cádiz".
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Ya desde este miércoles se esperan lluvias en el norte de Galicia, Cantábrico y especialmente en Pirineos, donde también se prevén nevadas por encima de unos 900 a 1200 metros. Aemet también pronostica chubascos en el este de Cataluña y Baleares, con un desplome de temperaturas que ya alcanzará el centro y el sur de la Península, y que será particularmente acusado en el Mediterráneo. Valencia, Alicante o Palma quedarán por debajo de los 20ºC, y solo Sevilla y Córdoba superarán los 30ºC.
A partir del jueves podemos esperar cielos nubosos que irán transformándose en chubascos dispersos más probables en el interior de la mitad sur, extendiéndose el viernes a puntos de Galicia, la meseta norte y Pirineos. "Las heladas en el interior afectarán a más zonas, no solo a las montañas", advierte por su parte José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored. "Esta jornada esperamos una mínima de -3 ºC en Soria, -2 ºC en Burgos y Teruel, y 0 ºC en Vitoria".
De cara al fin de semana, las temperaturas bajarán en la mitad sur y subirán en la mitad norte, con un ambiente "en general suave" según Aemet. La DANA, no obstante, dejaría lluvias acompañadas de tormenta en los tercios sur y oeste del territorio. "Esperamos chubascos con tormenta en el entorno de Alborán, Estrecho y las provincias occidentales de Andalucía", precisa Viñas. La inestabilidad dejaría incluso lluvias débiles en el norte de las islas de mayor relieve en Canarias.
Optimismo frente a la sequía
Aunque las lluvias durante este episodio no van a ser tan abundantes como las de la pasada Semana Santa, la más húmeda en 50 años, las perspectivas son optimistas de cara a la recarga de los pantanos y la recuperación del año hidrológico. Los embalses de España se encuentran en estos momentos al 66,61% de su capacidad, logrando pasar en el último mes de una situación de déficit a superar la media de los últimos diez años en agua almacenada para esta época del año. Y las lluvias que traiga la DANA contribuirán a recuperar el sistema del Mediterráneo Andaluz.
La situación, evidentemente, cambia en función de la geografía. Pero la situación está mejorando en lo que concierne a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que valora cambiar la situación de 'sequía extraordinaria' a 'sequía ordinaria' si las circunstancias siguen siendo propicias. Aunque el sureste peninsular no se ha beneficiado tanto de las precipitaciones como las vertientes Atlántica y Cantábrica, la cabecera de la cuenca sí ha recuperado 3 hectómetros cúbicos, pasando del 24,3% al 24,5%. Además, la situación del Tajo hace posible el trasvase en mayo.
No obstante, la situación en los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastecen a Barcelona y su área metropolitana y Girona y su entorno, mejoran mucho más lentamente. Desde comienzo de mes han logrado remontar de menos del 17% a rozar el 19%. Las nuevas nevadas en el Pirineo y la contención de las temperaturas, que retrasarán la evaporación y la fusión nívea, pueden ayudar a que la situación de cara a los meses cálidos sea menos desesperada. Pero lo normal sería que estuvieran al 50%, recordaba Javier Martín Vide, climatólogo de la Universidad de Barcelona.