La hormiga de fuego (Solenopsis invicta) está catalogada como una de las especies más invasoras del planeta por la virulencia con la que desplaza a las especies nativas cuando llega a sus territorios. Pero también por el impacto que tiene sobre la población humana. Este insecto, originario de Sudamérica, posee un veneno en sus picaduras que es extremadamente doloroso y que causa reacciones alérgicas que pueden provocar la muerte. Ahora, un estudio publicado en Current Biology confirma que ya han anidado en Europa, concretamente en la zona del Mediterráneo.
Los autores, entre los que se cuentan investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), del CSIC y la UPF, han localizado hasta 88 nidos repartidos por cinco hectáreas cerca de Siracusa, en Sicilia (Italia). Aunque ya se habían detectado hormigas de fuego introducidas por mercancías importadas en España, Finlandia y Países Bajos, esta es la primera evidencia de que este insecto ha empezado a colonizar Europa como ya lo ha hecho con Estados Unidos y China. La hipótesis es que las reinas llegaron desde el puerto de Siracusa a una zona relativamente aislada para asentarse.
Esta especie invasora "supone una amenaza de orden mundial", explica Joaquín L. Reyes-López, profesor titular del área de Ecología de la Universidad de Córdoba en declaraciones a Science Media Centre. "En las zonas favorables para su asentamiento, costas o lugares húmedos, puede ocasionar graves daños a los ecosistemas locales. Además, constituyen un grave problema de salud para los seres humanos debido a sus picaduras".
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"La hormiga de fuego es una de las peores especies invasoras", confirma Elena Angulo, investigadora en la Estación Biológica de Doñana (CSIC). "Tiene una picadura muy fuerte, que puede causar reacciones alérgicas importantes en las personas e incluso producir la muerte. En los lugares donde está establecida como especie exótica invasora, como en China, Estados Unidos o Australia, tiene un alto impacto en la salud y en el bienestar, así como en sectores económicos como la agricultura. Su control en esos países supone un gasto de miles de millones de euros".
"La hormiga roja de fuego es la especie de hormiga más dominante desde el punto de vista ecológico y de comportamiento en su tierra natal", apunta el experto Luis Calcaterra, Investigador Principal de la Fundación para el Estudio de Especies Invasivas (FuEDEI) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina. "Pueden alcanzar densidades hasta diez veces superiores a las de las especies de hormigas autóctonas y dominar así la mayoría de las fuentes potenciales de alimento".
El estudio plantea que, a medida que el calentamiento global progrese, las hormigas de fuego podrían llegar a colonizar el 7% de Europa y serían frecuentes en ciudades como "Barcelona, Londres, Roma o París". El efecto de "isla de calor" que producen las grandes urbes, subraya Calcaterra, ayudaría a la propagación de esta especie. Por su parte, Gema Trigos Peral, investigadora en el departamento de insectos sociales y mirmecófilos del Museo e Instituto de Zoología de Varsovia (Polonia), pone en duda la hipótesis de que puedan llegar al norte de Europa, al entrar múltiples variables más allá de la climática.
Sin embargo, el salto a nuestro país parece mucho más verosímil. "España sería uno de los países más afectados", confirma Trigos. "Existe un clima perfecto y una gran variedad de hábitats (aunque a estas hormigas les gustan mayormente las zonas modificadas por el ser humano, como las zonas urbanas y las agrícolas)". Así, la especialista recordaba que en 2007 se atendió en Málaga a una persona con síntomas de picadura de S. invicta. Estas hormigas, advierte, han llegado a "estar a la venta" entre grupos de aficionados a los hormigueros.