La Fundación BBVA ha otorgado el XV Premio Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático a los paleoclimatólogos James Zachos y Ellen Thomas por su "trascendental contribución al descubrimiento de un importante evento natural en el registro fósil que ofrece una poderosa analogía del cambio climático antropogénico".
Zachos, científico de la Universidad de California en Santa Cruz (Estados Unidos) y Thomas, de la Universidad de Yale y Universidad de Wesleyan (EEUU) descubrieron en los años 90 del siglo XX un episodio anómalo en la historia del planeta en el que se produjeron emisiones masivas de CO2 y metano a la atmósfera y la temperatura global ascendió entre 5 y 6ºC.
El episodio, posiblemente provocado por actividad volcánica, volvió más ácidos los océanos y desencadenó una de las mayores extinciones conocidas de organismos de aguas profundas en la historia del planeta.
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El efecto invernadero generado por el llamado Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM, por sus siglas en inglés), que ocurrió hace 56 millones de años, es comparable al actual cambio climático provocado por la quema de combustibles fósiles. Por ello, este episodio ha sido un referente clave para dar solidez a los modelos numéricos que se utilizan hoy en día para predecir la evolución futura del clima.
"La investigación de Zachos y Thomas ha sentado las bases para los modelos de predicción del cambio climático que se están utilizando en la actualidad", explica Laia Alegret, catedrática de Paleontología en la Universidad de Zaragoza y académica de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Alegret, quien nominó a los investigadores al Premio Fronteras del Conocimiento, destaca que el PETM está considerada como "la mejor analogía geológica del cambio climático actual".
Así, las similitudes de ambos en cuanto a emisiones de carbono, subida de las temperaturas y acidificación de los océanos, unidas al nivel de detalle con el que se conoce aquel episodio, permiten poner a prueba las predicciones que se deducen de los modelos numéricos para comprobar si funcionan.
Zachos ha explicado que este hallazgo constituye un "experimento natural" clave para validar y acotar los modelos que se utilizan hoy en día para predecir la evolución futura del clima. Precisamente, estos hallazgos sirvieron para verificar los modelos teóricos sobre el calentamiento global y demostrar "las potenciales implicaciones de una grave perturbación" en el clima del planeta, como la que se está produciendo en la actualidad debido a la actividad humana.
Ambos galardonados consideran que el impacto destructivo de aquel evento debe servir como advertencia para reducir las actuales emisiones de gases de efecto invernadero en el futuro y evitar así los peores escenarios del calentamiento global, como el aumento del nivel del mar, inundaciones, sequías, episodios climáticos extremos y pérdida de biodiversidad.
Thomas ha destacado que el PETM demuestra que en cuencas como la mediterránea, el nivel de oxígeno descendió tanto que muchos organismos no podían vivir, y esto llevó a una pérdida de biodiversidad. Las investigaciones más recientes apuntan a que la actividad volcánica del Atlántico norte pudo desencadenar una reacción en cadena. Los gases que se liberaron habrían provocado un efecto invernadero y cambiado las corrientes oceánicas, lo que a su vez habría provocado cierto calentamiento de los océanos y desestabilizado el permafrost (suelo helado) y los hidratos de metano existentes en el subsuelo marino.
El derretimiento de estos reservorios de gas habría liberado aún más carbono a la atmósfera, acentuando así el efecto invernadero y alterando todavía más las corrientes oceánicas. Las estimaciones apuntan a que se emitieron entre 2.000 y 7.000 gigatoneladas (mil millones de toneladas) de carbono. Pero el ritmo de emisiones actual debido a la actividad industrial humana a lo largo de los últimos dos siglos, destaca Zachos, es unas diez veces mayor que el de entonces.
Tras conocerse el fallo, preguntado si el efecto invernadero actual provocado por el ser humano podría llegar a desencadenar un calentamiento global tan masivo como el que atravesó la Tierra en el PETM, Zachos asegura que "desde luego podría ocurrir" si se sigue quemando combustibles fósiles. El científico está "convencido" de que todavía hay tiempo de remediar la situación o, al menos esquivar sus peores consecuencias.
"Podríamos evitarlo reduciendo emisiones de carbono, realizando una transición hacia el uso de energías renovables, tal y como se está intentando ahora mismo para minimizar el calentamiento global. Pero cuanto más tardemos, más difícil será mantener los niveles de CO2 por debajo de aquellos que provocarían hasta 4-5º de calentamiento", advierte el científico co-galardonado que alerta de que en todo caso, algunos impactos "seguramente ya son inevitables".
De hecho, afirma que no se podrá evitar un aumento de 1-2 metros del nivel del mar, incluso reduciendo las emisiones "de manera inmediata" pero todavía se pueden evitar "los peores escenarios" que apuntan a un crecimiento del nivel del mar de 10 a 15 metros.