El periodista Marlowe Hood, corresponsal ambiental y coordinador para el cambio climático de la Agencia France-Presse (AFP), ha sido galardonado con el III Premio Biophilia de Comunicación Medioambiental de la Fundación BBVA. El jurado ha resaltado “su capacidad para sintetizar y explicar de forma sencilla modelos y estudios científicos complejos”, así como “su visión amplia en la comunicación del cambio climático, profundizando en las múltiples interacciones de este enorme desafío ambiental, ya sean las económicas como las que afectan directamente a la biodiversidad”.
Hood (Estados Unidos, 1956) “es uno de los periodistas y comunicadores ambientales más destacados de su generación”, añade el jurado. “A su larga trayectoria en periodismo, Hood suma su experiencia en comunicación internacional para abordar cuestiones que tienen ramificaciones e impactos por todo el planeta, como muestra su habilidad para hablar y escribir mandarín”.
Hood es además profesor en varias facultades de periodismo francesas. “Su labor docente en el Institut Français de Presse, o su serie de vídeos de capacitación para periodistas sobre cambio climático, son grandes ejemplos de un enfoque innovador en la comunicación climática y de su compromiso con las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores”, ha destacado también el acta del jurado.
El Premio Biophilia, dotado con 100.000 euros, fue creado en 2019 por la Fundación BBVA para reconocer la labor de profesionales y organizaciones de cualquier lugar del planeta que contribuyen de manera excepcional a mejorar la comprensión y sensibilización pública de los retos ambientales. En sus dos ediciones precedentes el jurado ha reconocido a Matt McGrath, corresponsal ambiental de la BBC, y al diario británico The Guardian.
De la ciencia política al periodismo científico
Marlowe Hood es corresponsal de ciencia, medio ambiente y salud de la agencia internacional AFP (Agence France-Presse) desde 2007, y desde 2015 es además coordinador global de la cobertura de cambio climático de esta agencia. Ha escrito cientos de piezas sobre la crisis climática y de biodiversidad, que han sido distribuidas a miles de clientes de AFP, en numerosos idiomas, y republicadas en innumerables artículos y reportajes en medios de todo el mundo. Hood complementa además esta labor con un blog, en el que emplea un abordaje más personal y analítico para hacer llegar su mensaje sobre los grandes desafíos ambientales del mundo actual.
En una entrevista realizada tras conocer el fallo, Hood ha explicado que valora especialmente que el Premio Biophilia “reconozca la comunicación de uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos”, y pone en valor la importancia del periodismo de agencia, cuya influencia “no es muy conocida”.
Los comienzos de Marlowe en el periodismo son casuales. A mediados de los años ochenta, tras estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Princeton (EEUU), se trasladó a Beijing a completar su formación como especialista en China. Empezó a trabajar en las oficinas de The Wall Street Journal como traductor “solo para pagarme el alquiler”, pero cuando un editor del periódico le ofreció la oportunidad de escribir un artículo firmado por él mismo, la satisfacción de ver publicado su primer texto le impulsó a dedicarse al periodismo. Durante 15 años trabajó en China como freelance y posteriormente, por motivos familiares, se trasladó a París y comenzó su carrera en AFP.
Ya en la agencia, solo la insistencia de uno de sus jefes le llevó a dedicarse al periodismo científico, algo a lo que en principio era reticente “Me alegro de que insistiera porque descubrí mi pasión”, asevera. Hood considera que conocer las bases de la ciencia del cambio climático es uno de los requisitos fundamentales del buen periodismo ambiental.
En la última década, el corresponsal ambiental de France-Presse ha sido testigo de cómo la crisis ambiental se ha infiltrado en todos los ámbitos de la sociedad, la política y la economía: “Hace 15 años cubrir el cambio climático era básicamente hablar de las cumbres de Naciones Unidas, pero por supuesto ahora no hay dominio que no se vea afectado por el problema; se ha metastatizado, lo influencia todo”.
En su candidatura al Premio Biophilia, Hood narra con precisión el momento en que tomó plena conciencia del reto monumental que plantea el cambio climático para la sociedad global. Fue en 2009. Se encontraba en Oxford, en un congreso sobre cómo sería el mundo con 4º centígrados más, y sintió como “un golpe en las entrañas que te deja sin aire la realidad del cambio climático y su rastro de miseria humana”.
Su vida profesional se ha centrado desde entonces en abordar esta cuestión: “¿Cómo puedo ayudar a la gente a entender que alterar el maravilloso equilibrio bioquímico de la Tierra tendrá consecuencias directas y posiblemente irreversibles? Como periodista, ¿cómo puedo destacar las soluciones sin dar respaldo a un falso optimismo y afirmaciones espúreas? ¿Cómo lograr el máximo impacto?”.
El periodista galardonado afirma sentir “urgencia acerca de las amenazas y desafíos” a los que nos enfrentamos: “El Antropoceno podría ser una era en la que proliferara la vida en la Tierra. O podría impulsar la sexta extinción de masas. La humanidad está ante una encrucijada y no le queda mucho tiempo para decidir qué camino tomar”.
Hood afirma haber llegado a la conclusión de que “la percepción de neutralidad está en los fundamentos de nuestra credibilidad como empresa informativa. Más que nunca el mundo necesita periodismo basado en hechos que no puedan ser discutidos. Y aunque no hago piezas de opinión sí uso mi criterio periodístico a la hora de seleccionar los temas que trato o a mis entrevistados”.
En la práctica, su deseo de influir le ha conducido a logros tan importantes en su profesión como publicar en exclusiva, y ya en varias ocasiones, informes científicos de Naciones Unidas sobre los grandes desafíos ambientales. “También me siento, en cierto modo, un activista”, admite, “porque siento una profunda preocupación por encontrar la mejor manera de abordar este problema. Es una preocupación que está también en los científicos, y si he conseguido tantas exclusivas en estos años es por eso”.
En definitiva, Hood considera que la influencia de su trabajo “se extiende más allá del número de clics. Estas noticias no solo llegan a decenas de millones de personas a través de los medios suscritos a AFP, sino que son leídas por otros periodistas que siguen el enfoque de una agencia líder”.
El galardonado reivindica por ello la importancia del periodismo de agencia, a menudo desconocido y casi siempre anónimo, pese a que es esencial no solo por su impacto numérico, sino porque define el enfoque informativo de muchos medios, y en definitiva perfila el marco de los grandes debates a escala internacional: “El papel primordial de agencias como Reuters, Bloomberg y AFP en el ecosistema informativo global se entiende poco. No se trata solo de ser el primero en dar la noticia, las agencias también somos árbitros imparciales que marcan el tono y guían la narrativa global”.