Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford ha publicado recientemente en Scientific Reports un estudio en el que analizan qué condiciones serían necesarias para dejar la Tierra totalmente exenta de cualquier tipo de vida.
Para ello el primer paso ha sido decidir cuál sería la especie animal más difícil de exterminar, pero la respuesta no ha sido nada complicada. Está claro que serían los tardígrados.
Los tardígrados, duros de matar
Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son una especie de invertebrados microscópicos ampliamente conocidos por su capacidad para sobrevivir a todo tipo de condiciones extremas.
Estudios anteriores han demostrado que pueden vivir durante 30 años sin beber ni comer ningún tipo de alimento, o aguantar temperaturas por encima de los 150 ºC. También resisten la desecación, la congelación, el vacío del espacio e incluso las condiciones extremas de presión del fondo de la fosa de las Marianas.
Todo ello lo consiguen gracias a un material genético excepcional, compuesto por genes codificantes de proteínas esenciales para sobrevivir a situaciones extremas. Pero, ¿hasta qué punto pueden sobrevivir? ¿Cuál sería la única forma de matarlos? Este nuevo estudio parece tener la solución al misterio.
Hasta que hiervan los océanos
Teniendo en cuenta que las condiciones más peligrosas que actualmente existen en la Tierra no son nada para los súper tardígrados, estos científicos han decidido adentrarse en el mundo de las catástrofes astrofísicas, en busca de un arma capaz de terminar con ellos.
Para empezar, la única condición susceptible de exterminar los tardígrados sería que el agua de los océanos hirviera hasta dejar el planeta completamente seco.
Lógicamente, ésta no es una posibilidad cercana, pues los únicos candidatos conocidos que podrían propiciarla serían un ataque de asteroides, supernovas o rayos gamma.
Para el primer caso, sólo se conocen unos 12 asteroides y planetas enanos cuyo impacto podría generar suficiente calor para dejar secos los océanos. Sin embargo, no se encuentran cerca de cruzar la órbita terrestre.
Similar es el caso de las supernovas, que deberían estar a 0’14 años luz para generar este tipo de desastre, mientras que la que actualmente se encuentra más cerca se ubica a una distancia de 4 años luz de la Tierra.
Por último, en lo referente a los rayos gamma, sí que generan explosiones energéticas capaces de esterilizar el planeta totalmente, pero la probabilidad de que lo hagan es similar a la de los casos anteriores.
En conclusión, hay una posibilidad entre un millón de que un evento astrofísico fulmine toda la vida sobre la Tierra, incluyendo los tardígrados, por lo que el golpe final tendría lugar cuando el Sol crezca los suficiente como para provocar la ebullición de los océanos. Sea como sea, para esto faltarían unos 7.000 millones de años, por lo que los tardígrados tienen aún mucho recorrido por delante. Lo de los seres humanos ya es otro cantar; especialmente si nosotros mismos nos empeñamos en acelerar el proceso.