Una nueva serie de terremotos en el centro de Italia ha vuelto a causar una tragedia. Este jueves nos despertábamos con la noticia de que una avalancha de nieve provocada por los seísmos que se registraron anteriormente en el país ha dejado previsiblemente "muchos muertos" en el hotel Rigopiano de la localidad de Farindola.
La palabras "Italia" y "terremoto" vienen de la mano con relativa frecuencia, algo que podría llamar la atención dada la cercanía del país alpino a otras naciones donde la actividad sísmica es mucho menor, como España.
Los datos lo demuestran. El 75% de las muertes por terremoto en la Unión Europea se producen precisamente en Italia, donde han perdido la vida más de 6.500 personas en los últimos 60 años. En el resto del continente, la cifra no supera los 2.000.
Según explicó Mariano García, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a EL ESPAÑOL, estos datos son coherentes a la geología del país. "Italia es un país con mucha sismicidad y la zona donde se ha producido el terremoto es particularmente activa. Es un sistema de fallas que es el que ha formado la propia cadena montañosa de Los Apeninos", comenta.
Esta zona atraviesa la bota va hacia los dos lados de la península y por ello son frecuentes los terremotos, que según García "no suelen ser devastadores pero sí superar la magnitud 6, por lo que tienen gran capacidad de producir daños y víctimas".
Esto es algo que sucede casi siempre a partir de la magnitud 5. "Otra característica diferenciadora de los terremotos de este área es que, al contrario que en otros lugares, no se suele dar un terremoto principal seguido por réplicas menores, sino varios de magnitud importante seguidos", reitera el experto del CSIC. Los de Italia se han registrado a unos pocos kilómetros de Amatrice, la localidad que fue prácticamente devastada el pasado verano por otro terremoto, y comenzaron con un seísmo de magnitud 5,7 seguido por réplicas de entre 5,6 y 4,1 según datos del United States Geological Service. "Esto potencia el daño, porque puede que una estructura se vea dañada por el primer terremoto, pero el siguiente haga que directamente se colapse".
Los terremotos no matan
"Hay que dejar claro que los terremotos no matan, lo hacen los edificios o las estructuras", añade García.
¿Por qué entonces hay tantos edificios sin estar preparados? "Italia tiene sismólogos e ingenieros excelentes y una normativa de construcción muy buena que se renueva con mucha regularidad", explica el investigador del CSIC. El problema es que esta normativa es para la construcción de nuevos edificios, no se contempla para los ya existentes. "Esto se trata de un problema generalizado, que además de las normativas para nueva construcción hay que hacerlas para el refuerzo de edificios anteriores".
El objetivo de todo esto no es ni siquiera evitar que edificios históricos sufran daños, sino que no se derrumben y caigan sobre la gente pese a haber sufrido daños estructurales y que finalmente haya que demolerlos. "Sí que hay zonas de Italia donde se han reforzado los edificios ya construidos, como en la provincia de Udine, donde se ven casas con una cruz metálica en la fachada para sujetar la estructura".
La torre de San Agustín en Amatrice, del siglo XIII y famosa por haber resistido a los terremotos del verano de 2016, no ha logrado sobrevivir a esta última remesa de temblores en la zona.