Hasta última hora de la tarde de la jornada previa, los comisarios de carrera del Tour de Francia deliberaron si mantener o no el fin de etapa en la cima del Mont Ventoux debido a las inclemencias meteorológicas: rachas de viento de incluso 100 kilómetros por hora. Finalmente se optó por que la etapa terminara en Chalet Reynard, unos siete kilómetros antes y con casi 500 metros de desnivel menos.
Las etapas de alta montaña son, sin duda, la parte más bella de las carreras ciclistas: aquellas en las que se decide el podio y donde los auténticos héroes de este deporte se sobreponen a la adversidad diferenciándose de los ciclistas meramente humanos (o, en algunos casos, de los menos dopados).
Antaño, los modelos climáticos no eran tan precisos porque se trataban de modelos de circulación general (GCM, en inglés) y no tenían en cuenta las variaciones regionales de, por ejemplo, una u otra zona del Mediterráneo. Ahora en cambio, las simulaciones pueden realizarse para regiones más pequeñas teniendo en cuenta peculiaridades específicas de la zona como vientos, nubes o precipitaciones.
Así, al analizar áreas alpinas con los modelos GCM, se estimaba que en el futuro las precipitaciones estivales en zonas altas como el Mont Ventoux se reducirían notablemente debido al cambio climático. "Sin embargo, los modelos regionales simulan un incremento en las precipitaciones sobre las elevaciones alpinas que no aparece en las simulaciones globales", indica Filippo Giorgi, científico atmosférico en el Centro Internacional de Física Teórica de Trieste y autor principal de un estudio que aparece esta semana en Nature Geosciences.
"Hace un par de días vi que el Tour atravesaba un evento meteorológico bastante 'extremo', y creo que la previsión para los próximos días también sugiere que habrá tormentas bastante fuertes sobre los Alpes", dice Giorgi, "pero, por supuesto, no podemos atribuirlas al cambio climático". Para el físico italiano, la mayoría de proyecciones climáticas y algunos estudios observacionales apuntan a un incremento en la intensidad de lluvias sobre la región alpina debido al cambio climático, "lo que podría suponer un problema para los propios Alpes".
"Por supuesto, siempre hay incertidumbres, pero nuestras conclusiones están basadas en múltiples factores", dice Giorgi. Por ejemplo, los modelos regionales o los propios mecanismos físicos de la convección, efecto que aumentaría debido a una mayor temperatura y humedad en lugares altos. "La principal diferencia con estudios previos es la representación en alta resolución de modelos regionales de los Alpes; por supuesto que hay cosas que pueden cambiar cuando la ciencia mejore, pero creemos que nuestras conclusiones son bastante robustas".
Los resultados de estos científicos -también participan en el estudio la Universidad de Zurich o el Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas francés- también señalan un incremento en la ocurrencia de eventos de extrema precipitación a lo largo de la cordillera alpina, lo que augurará unas etapas de montaña bastante entretenidas en los próximos años. Si es que se acaban celebrando.