María José Mas, neuropediatra: "Un escolar de Japón supera en cociente intelectual al europeo, pero no tiene su creatividad"
"Un escolar de Japón supera en cociente intelectual al europeo, pero no tiene su creatividad" / "No podemos pensar que la pantalla va a frenar el desarrollo intelectual porque nuestro acceso al conocimiento haya sido la escritura manual" / "No he encontrado ningún estudio que demuestre fehacientemente que el uso de la pantalla empeora el aprendizaje de la lectoescritura" / "Si tus padres no te están hablando, no te están educando emocionalmente".
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En el debate entre apocalípticos e integrados sobre los efectos de las pantallas en la educación, la neuropediatra y divulgadora María José Mas Salgado rehúye el tremendismo: "La idea de prohibirlas es absurda". Impulsora de la especialidad en el Hospital Universitario de Tarragona Joan XXIII, en el Pius Hospital de Valls y la Xarxa Sanitaria i Social de Santa Tecla, la también autora de La aventura de tu cerebro y El cerebro en su laberinto invita a poner el foco en cómo la tecnología está interfiriendo en los estímulos neurocognitivos que los adultos debemos a los niños.
¿Los niños que han crecido expuestos a los dispositivos desde bebés tienen una morfología del cerebro diferente a la de generaciones anteriores?
La gran ventaja del Homo sapiens es la enorme adaptabilidad de nuestro cerebro. Cuando nacemos, está sin acabar, lo que permite la plasticidad y que el entorno cultural determine muchísimo las capacidades que desarrollaremos. Si nos trasplantan a otro entorno, seremos menos eficientes, pero lograremos nuevas habilidades. Un estudio con adultos de 20 años que habían jugado mucho a Pokémon de pequeños estudió las regiones cerebrales que decodifican las señales visuales. Se vio que, además de la capacidad para reconocer una cara, tenían una capacidad única para reconocer formas a partir de siluetas abstractas, como se hace en el juego.
¿Esto no implica déficits por otra parte, como un menor desarrollo de las capacidades de interpretación de textos y de razonamiento lógico?
Sí, eso es cierto. Pero yo no estoy en absoluto en contra del uso de pantallas en la educación. Es injusto hacer una comparación cuando los planes docentes han cambiado constantemente en España en los últimos decenios, no se puede plantear científicamente. El problema no son las pantallas sino el contenido.
Pero los propios educadores están planteando el debate sobre los efectos potencialmente contraproducentes de la pantalla en la educación.
Todo parte del boom de la pantalla táctil. ¡Si siguiéramos con la blackberry, no estaríamos en esta situación! Los nuevos programas están diseñados para la máxima facilidad de manejo. Hoy en día, nos vemos a nadie por la calle que no esté mirando un teléfono. Y si ha sido así en los últimos 20 años, ¿por qué pensamos que va a cambiar? El problema está en que los docentes y médicos de mi edad no tenemos la misma capacidad adaptativa ante esta rapidísima evolución tecnológica.
¿Cuáles serían entonces estos contenidos mediados por la tecnología que habría que potenciar en la escuela?
En mi opinión tendríamos que educar en el pensamiento crítico. Fíjese que, si miramos a la historia, nos encontramos con que Sócrates estaba en contra de escribir libros. Su mayéutica es una forma de conocimiento filosófico que te dice que no debes de fijar tu pensamiento en un papel, sino que debes de confrontarlo con otro y argumentarlo. A partir de ahí, todos los avances tecnológicos han sido vistos como una amenaza para la generación anterior. Se dijo que la imprenta iba a vulgarizar el conocimiento. Que la radio iba a matar la lectura.
Sin embargo, las redes prescinden cada vez más del lenguaje. Los blogs eran argumentativos. Pasamos a mensajes cortos. Ahora son vídeos breves.
Efectivamente. Pero como hemos dicho, el cerebro destaca por su adaptabilidad. Si yo no practico las capacidades que tengo de serie, se atrofian. Pero la comunicación humana es muy rica. El vocabulario es muy importante y hay que fomentarlo, pero quizás en esta generación no sea la lectura lo que haya que fomentar. Yo no quiero que la gente deje de leer, al contrario. Pero no podemos pensar que porque nuestra forma de acceder al conocimiento haya sido la escritura manual, lo contrario va a frenar el desarrollo intelectual o la capacidad analítica. Lo mismo podría haberse dicho de la escritura cuneiforme en tabillas o del pergamino.
¿El pensamiento crítico, por lo tanto, es la habilidad básica para discernir la desinformación independientemente del medio?
Claro. Y ha sido así desde la aparición de la imprenta: para lo primero que se utilizó fue para distribuir panfletos. Siempre ha habido personas que no analizan lo que les ponen delante y que son fáciles de manipular. Pero la posibilidad de agilizar la comunicación con mensajes inmediatos no la interrumpe ni la convierte en peor.
Con lo que sí se puede comparar es con países más restrictivos con los dispositivos: escolarmente, España está por detrás de Asia.
Las comparativas de cociente intelectual entre naciones se hacen desde hace décadas, y ya lo veíamos desde el 2000: la diferencia entre estudiantes japoneses y europeos es brutal. Se vio que la capacidad intelectual media de un japonés equivalía a la capacidad superior de un europeo. ¿Por qué? Porque dan muchísimo valor al estudio, pasan casi 24 horas estudiando. Y como hemos explicado, cuanto más tiempo practicas una capacidad, siempre que sea de forma correcta, más la desarrollas.
¿Y no sería beneficioso que nuestro sistema se pareciera un poco más al suyo?
¿Para qué? ¿Por qué motivo nos tendríamos que parecer a ellos? Desde el momento en el que hemos desarrollado tecnología con funciones matemáticas avanzadas, ¿por qué tendría que saber hacer una raíz cuadrada de forma manual? Ni siquiera los matemáticos o los ingenieros tienen que hacerlo en su trabajo diario. No estoy segura de querer que los niños occidentales sean como los niños orientales, no sé si realmente ellos tienen la creatividad que tienen los nuestros. Me da la impresión de que Occidente innova y Oriente copia.
¿No habría por tanto una ganancia general de bienestar o desarrollo con un sistema que compitiera por elevar el C.I., como sostienen otros?
Como todo en la vida, hay que tener capacidad de mesura. Ni todo tiene que ser pantalla ni hay que prohibirlas. Yo siempre lo explico de esta manera: el problema no es que un niño pequeño use una pantalla, es que la tengan sus padres y no le hablen. Me preocupa mucho más el vínculo emocional que se pierde que el conocimiento lógico-racional a esa edad. Hay estudios que demuestran que si los niños se sientan con su madre o su padre y una tablet, y si se les explica lo que ven como si fuera un cuento, se produce un crecimiento exponencial del lenguaje. El problema es ponerles vídeos de música y colores, y desentenderse.
¿No hemos provocado una paradoja? Los niños nos ven siempre con el móvil, una cornucopia de vídeos y juegos, pero luego a ellos se lo prohibimos.
Estoy totalmente de acuerdo. Por eso lo importante no es tanto la pantalla en sí, sino como educo en su uso. ¡Y puede que los adultos tampoco la estemos usando bien si preferimos ver un vídeo a hablar con ellos!
¿Es cierto que el bajo desarrollo del lenguaje, especialmente en el campo emocional, se correlaciona con más trastornos psicológicos y neurológicos?
Efectivamente, la falta de lenguaje es un gran problema, lo sabemos desde los años 70. Su desarrollo está muy condicionado por la exposición que tienes antes de los tres años. Y si tus padres no te están hablando, no te están educando emocionalmente. Hay que mejorar la interacción de los padres con los hijos pequeños: es muy importante desarrollar el lenguaje como método expresivo de las emociones.
¿Por ese motivo es tan pernicioso darles el móvil cuando están nerviosos o coléricos? ¿Les impide aprender a gestionarse?
Exacto, es como darle una piruleta o un globo. Ahora, insisto: yo no he encontrado ningún estudio que demuestre fehacientemente que el uso de la pantalla empeora el aprendizaje de la lectoescritura. Todo evoluciona, incluso la escritura a mano, y la interacción real con el niño antes de los tres años es muy importante, pero igual que usamos cuentos podemos usar una pantalla.
La neuropediatra Rocío Calvo lo expresaba de un modo muy tierno: dejar de sonreír a bebés en los carritos les está privando de estímulos neurológicos.
¡Ella y yo hemos hablado precisamente de este ejemplo! El problema no es que el niño use la pantalla, es que el padre vaya leyendo el móvil mientras pasean por la calle. ¿Para qué tienes un hijo si no tienes ganas de interactuar con él? Ahora vemos niños que van con ojos hambrientos, buscando alguien que le sonría porque su madre no le hace caso. Para lo demás, no es que haya que dejar de saber sumar, pero incluso para hacer cálculos de cabeza para dividir una cuenta hay aplicaciones que te lo hacen.
No obstante, capacidades como leer o calcular se relacionan con una mayor reserva cognitiva y una neuroprotección a largo plazo.
Esto es correcto. Pero también podremos encontrar estudios que relacionan el desarrollo de la reserva neuronal con los juegos sociales, de mesa, incluso con los juegos en línea. No se trata de prohibir una cosa e imponer solo la otra, es absurdo. De pequeña me prohibían ver la tele de dos rombos, e intentaba verla toda costa. ¡Aunque luego igual me arrepentía! [ríe]. La neuroprotección también se adquiere con la interacción social, y esto puede consistir en interactuar con alguien de otro país en un juego online.