En 1971 el informe de un caso llamó la atención de los médicos de la época. Se trataba de una mujer de 38 años con cáncer de mama metastásico. Su tumor, como ocurre con frecuencia, había llegado a afectar a los huesos y amenazaba con ser fatal. La paciente había desarrollado alcoholismo, por lo que sus médicos interrumpieron la quimioterapia para tratar su adicción.
Una década después, la mujer murió tras caer por una ventana en estado de embriaguez, pero su autopsia reveló algo inesperado: las metástasis óseas habían mejorado, dejando apenas unos pocos focos de células cancerosas.
El fármaco usado en aquel momento se llamaba disulfiram, más conocido en su marca comercial como Antabus, y se usa desde hace 60 años como remedio contra el alcoholismo. Aquellos que lo toman se sienten "enfermos" cuando prueban el alcohol, lo que termina por ayudarles a mantenerse sobrios. Sin embargo, según han ido apuntando los estudios que vinieron tras este viejo caso, el disulfiram podría tener un gran potencial para tratar el cáncer.
Mata las células tumorales
Un nuevo trabajo publicado en Nature ha sido capaz de descubrir cómo el disulfiram es capaz de acabar con células cancerosas mediante el bloqueo de una molécula esencial en el proceso de "limpieza celular", cuando las células del organismo mueren y deben ser retiradas. Los individuos que toman este fármaco de forma continua tienen así un menor riesgo de muerte por cáncer según el nuevo trabajo.
Ya en 1970, estudios llevados a cabo con animales demostraron que el disulfiram era capaz de matar células cancerosas y ralentizar el crecimiento tumoral. Posteriormente, en 1993, se publicó un pequeño ensayo clínico que demostró que este fármaco aumentaba la supervivencia de mujeres con cáncer de mama.
Desde este último trabajo, el fármaco no ha recibido demasiada atención por parte de los investigadores debido a cómo actúa sobre los individuos alcohólicos. Esto puede cambiar tras el último estudio publicado por un equipo de investigadores de Dinamarca, República Checa y Estados Unidos con datos de más de 240.000 individuos diagnosticados con cáncer entre el año 2000 y 2013.
De todos los pacientes investigados, hasta 3.000 de ellos recibían tratamiento con disulfiram por otras causas. Y la tasa de muerte de estos últimos fue hasta un 34% más baja en aquellos 1.777 que continuaron con el tratamiento junto a los fármacos contra el cáncer, en comparación con aquellos que acabaron dejándolo por posibles incompatibilidades con la quimioterapia. El fármaco demostró potencial contra diferentes tumores, desde próstata y mama hasta cáncer de colon, y mejoró la supervivencia en todos los cánceres en general.
Cómo actúa el disulfiram contra el cáncer
Por otro lado, los investigadores también han confirmado que este fármaco retrasa el crecimiento del cáncer de mama en ratones, sobre todo si se combina con suplementos de cobre. En este caso, demostraron que cuando el disulfiram se rompe y se transforma en un metabolito llamado ditiocarb, es capaz de unirse al metal y bloquear a las células cancerosas.
Si bien es cierto que esta función ya la realizan algunos fármacos contra el cáncer aprobados y otros en desarrollo, el disulfiram parece bloquear tan solo un complejo específico del carcinoma, lo que lo haría más eficaz según los responsables del estudio.
Por otro lado, se sabe que el medicamento no afecta a las células sanas aunque se tome durante años. Esto tendría cierta explicación, ya que parece que las células tumorales poseen hasta 10 veces más cobre que las normales, aunque la causa por la que se produce esto se desconoce.
Finalmente, los investigadores hacen hincapié en el hecho de que el disulfiram no es una cura contra el cáncer al uso, sino que se trataría más bien de un tratamiento colaborador, cuyo objetivo sería alargar la esperanza de vida de aquellos pacientes que ya sufren metástasis tumorales, como se demostró en otro pequeño ensayo clínico con pacientes que sufrían cáncer de pulmón.