La capacidad de regeneración de Lobezno, la ecolocalización de Daredevil o la fuerza de Hulk rompen las barreras de lo que, según la ciencia, podemos hacer los humanos. Te contamos cuáles son los límites que pulverizan estos superhéroes y qué adaptaciones tendría que sufrir su cuerpo (en la vida real) para que pudieran tener estos poderes.
La velocidad de The Flash
Nacido en un cómic en 1940 y protagonista ahora de una serie de televisión, The Flash posee el poder de la supervelocidad, tiene unos reflejos sobrehumanos, una fuerza inusitada y, además, viola varios principios de la física. Aunque según los estudios científicos el cuerpo humano sería capaz de correr como mucho a unos 40 kilómetros por hora y, según los investigadores, lo máximo que podrían soportar nuestras piernas sin romperse serían los 69 kilómetros por hora, The Flash pulveriza esos registros.
Además, para que pueda ver algo mientras corre (a un velocidad tan alta que su figura se difumina), su cerebro tendría que procesar la información mucho más rápido de lo que es capaz cualquier humano. Su órgano pensante tendría que ir suficientemente deprisa como para, por ejemplo, ver cada fotograma de una película por separado o todo el proceso de aleteo de un colibrí.
La ecolocalización de Daredevil
Desde su nacimiento en 1964, Daredevil se ha movido por las páginas de los cómic y ahora también en una serie de televisión, gracias a una suerte de ecolocalización que, combinada con el resto de sentidos superdesarrollados, sustituyen su falta de visión y le otorgan una percepción increíble. Y aunque los sentidos de Daredevil son bastante mejores de lo que es humanamente posible, las personas también pueden desarrollar una especie de ecolocalización que les permite saber dónde están los objetos gracias a las ondas sonoras (aunque no al nivel de un superhéroe).
El poder regenerativo de Lobezno
Presente en los cómics desde 1974, Lobezno ha sido encarnado por Hugh Jackman en un buen número de entregas cinematográficas. En el universo de Marvel, este mutante posee poderes regenerativos que hacen que se recupere increíblemente rápido de cualquier herida, por mortal que sea, además de ser inmune a cualquier enfermedad existente en la Tierra (y algunas extraterrestres). Una vez más, y aunque las heridas que se producen en los humanos se pueden llegar a curar por sí solas si no revisten excesiva gravedad, la capacidad de Lobezno rompe las barreras de la ciencia y se acerca más a la de animales como la salamandra que pueden regenerar partes del cuerpo perdidas.
Los poderes de Superman
Aunque hay quien ha hecho sus cálculos, por el momento la habilidad voladora de Superman no puede ser explicada por la ciencia. Está claro qué límite humano desafía: a no ser que estemos equipados de algún tipo de artefacto o montados en un avión, el hombre no puede volar. Sin embargo, lo que sí que han intentado explicar los científicos ha sido ese misterio que ha hecho reír a los fans del superhéroe durante años: ¿cómo pueden no darse cuenta de que Superman es Clark Kent si lo único que cambia son su ropa y sus gafas?
La ciencia le echa un capote a los creadores del cómic: aunque lo de sus más allegados no tiene perdón, según la ciencia unas gafas pueden ser un disfraz decente para aquellos que no forman parte de nuestro círculo cercano. También se podría pensar que los habitantes de Metrópolis sufren un extraño caso de prosopagnosia (incapacidad para reconocer a la gente por su cara) que solo se manifiesta cuando ven a Kent.
La piel protectora de Luke Cage
En la versión de Luke Cage presentada por Netflix, este superhéroe posee una piel que no se ve afectada por las balas. Para ello, y según los cálculos hechos por aficionados de la ciencia y de la ciencia ficción, su piel tendría que estar hecha de un material más resistente que el diamante. Como, por desgracia, la piel de una persona no puede resistir el impacto de uno de estos proyectiles, para frenar una bala su piel tendría que tener la resistencia de un compuesto como el kevlar. Esto podría suceder si algún científico (en la ficción) la hubiera modificado con moléculas de este material.
Las telarañas de Spiderman
Aunque en la versión más reciente de Spiderman Parker se fabricaba unos lanzadores de telarañas, tanto en el cómic como en las películas protagonizadas por Toby Maguire era la picadura de una araña radiactiva lo que hacía que Parker desarrollara unos nuevos órganos en las muñecas que le permitían lanzar la tela con la que se desplazaba por la ciudad de Nueva York. Y aunque pueda sonar un poco descabellado, la realidad es que ya hay una generación de cabras modificadas genéticamente que producen seda de araña.
La increíble fuerza de Hulk
Creado por Stan Lee y Jack Kirby, Hulk se dio a conocer en el primer número de su propio cómic, The Incredible Hulk, publicado en mayo de 1962. Su alter ego es el doctor Bruce Banner, un genio científico que, debido a la exposición a la radiación gamma, se transforma en Hulk cuando su corazón late a cierta velocidad. Y aunque la exposición excesiva a los rayos gamma puede producir consecuencias muy negativas para la salud, convertirse en Hulk no es uno de los resultados posibles en la vida real. Sin embargo, el biólogo de Stanford Sebastian Alvarado, amante de este superhéroe, ofrece una posible respuesta (científica) a la transformación de Banner recurriendo a la epigenética.
"Hay que imaginar los genes que se corresponden con el normal y apacible Bruce Banner, y todos los genes que participan en el ser rabioso que es Hulk, y hay que imaginar a cada uno de ellos teniendo un interruptor", afirma. "Una modificación epigenética podría activar todos los interruptores que convierten a Banner en Banner y a Hulk en Hulk. Y lo bueno es que sería reversible", argumenta el científico. Además, también se anima a dar una explicación de su color verde: "La transformación de Banner en Hulk es increíblemente traumática para su cuerpo, y quizá su piel verde sea el resultado de un moretón que se extiende por todo el cuerpo", aventura Alvarado, que ha fundado una empresa que asesora a guionistas, escritores y directores para que sus películas fantásticas tengan rigor científico.
Los poderes del Capitán América
Reinventado en numerosas ocasiones desde su primera aparición en Captain America Comics #1 en marzo de 1941, el Capitán América es un supersoldado que aumenta su físico y mejorar sus tejidos cerebrales hasta alcanzar una estatura e inteligencia sorprendentes gracias a un suero especial que le proporciona el Gobierno. Además, le hace inmune a gases venenosos, enfermedades de todo tipo y le permite recuperarse a una velocidad asombrosa de cualquier herida. Sin embargo, en el mundo real no existe una poción mágica capaz de otorgar este tipo de capacidades a un posible justiciero.
Lo que sí ha hecho la ciencia ha sido identificar los genes relacionados con el incremento de la masa muscular o del transporte de oxígeno en sangre. “Tenemos herramientas de edición genética —como las nucleasas con dedos de zinc o la tecnología CRISPR/Cas9— que podrían, teóricamente, permitirnos localizar y enchufar los genes que hacen tus músculos más grandes, que te hacen mejor estratega, increíblemente rápido o que aumentarían tu resistencia”, comenta, siempre hablando de posibles explicaciones científicas al poder de un superhéroe.