Imagen del buque Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía.

Imagen del buque Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía. IEO

Ciencia LA DANA DEL SIGLO

Así será la misión del buque del CSIC que mapeará el Mediterráneo tras la DANA: "No podemos identificar cuerpos"

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El pasado 2 de noviembre, la Guardia Civil halló tres cuerpos sin vida en el parque natural de la Albufera, cercano al Mediterráneo, donde no se descarta que pueda haber cadáveres. Por ello el Gobierno valenciano ha solicitado la llegada del buque oceanográfico Ramón Margalef, prevista para el próximo 9 de noviembre.

Este buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) se estrenó en el año 2011 en El Hierro para obtener la primera imagen del nacimiento de un volcán submarino. Fue precisamente en la costa de Tenerife donde se utilizó una década más tarde el Ángeles Alvariño, una embarcación que pertenece al mismo organismo público de investigación y que contaba —al igual que lo hará el Ramón Margalef— con el robot submarino Liropus 2000.

Este vehículo operado a distancia (ROV, por sus siglas en inglés), que puede ser desplegado para explorar zonas de difícil acceso, fue clave para hallar a 1.000 metros de profundidad el ancla a la que estaba atada una bolsa con el cadáver de Olivia Gimeno, una de las dos niñas asesinadas por su padre, Tomás Gimeno. Como explica a EL ESPAÑOL Pablo Carrera, responsable de flota del IEO-CSIC y miembro del equipo de investigadores a bordo del Ramón Margalef, los ROVs, como el Liropus 2000, "no localizan cadáveres, sino objetos asociados".

Estos tienen que ser sobre todo de fuertes densidades, como pueden ser metales. De no ser así, es muy difícil de detectar. "Nosotros no podemos identificar cuerpos", incide. "Lo que vamos a hacer es mirar la información base para que a partir de ahí se puedan tomar las acciones que se consideren oportunas".

11 investigadores a bordo

El buque, que se encontraba en Málaga, ya ha partido en dirección a Alicante. Tras llevar a cabo el pertrechado necesario para conocer esta campaña, se trasladarán a la costa de Valencia. Tienen previsto "por prudencia" que la salida se produzca durante la tarde del viernes. Aunque en el momento en el que tengan listo el barco, ya podrían "zarpar y empezar a trabajar".

Que se haya solicitado el Ramón Margalef y no otra embarcación (el Ángeles Alvariño, de hecho, es "externamente idéntico") responde a varios motivos. Por un lado, es un buque regional, que tiene una eslora de 46 metros, con una capacidad para albergar a 11 investigadores a bordo., con experiencia en operaciones de emergencia, análisis de datos batimétrios, rastreo de objetos y uso del ROV.

De este último estararán encargadas tres personas, "para que nada falle en el uso del Liropues 2000". Los geólogos, por su parte, se dedicarán a procesar en tiempo real las señales que reciban de las ondas. También conformarán el equipo especialistas en hidrología. Estos llevarán a cabo la caracterización de la columna de agua, con la que obtener un mapeo más exacto.

Imagen de cómo ha llegado la DANA al mar Mediterráneo.

Imagen de cómo ha llegado la DANA al mar Mediterráneo. Jaume Gascó

Este año se ha instalado en el buque un equipamiento electrónico que permite realizar un mapeado de alta precisión y de alta resolución. "Es de lo mejor que hay para hacer cualquier estudio de batimetría", presume Carrera. La finalidad no es otra que la de conseguir "un buen mapeado", así como un inventario de todos los objetos que estén relacionados posiblemente con la DANA. 

La verificación de los objetos se realiza gracias al ROV, que cuenta con una cámara acústica y otra "más convencional". "Con lo cual tendríamos un mapeado con bastante precisión de todo el área que pudo haber sido afectada por la DANA. Y a partir de ahí, lo pondríamos a disposición de los diferentes equipos que están trabajando".

En las campañas científicas que ya han realizado han sido capaces de detectar con el Liropus 2000 "cualquier anomalía". Normalmente, "suelen ser objetos grandes, como puede ser un coche". Este ROV alcanza los 2.000 metros de profundidad. Aunque en esta ocasión lo configurarán hasta los 300 metros. Para ello tendrían que alejarse unos 30 kilómetros. "Ahí entendemos que cualquier efecto de la DANA es prácticamente nulo como para centrarnos en los ambientes costeros".

Duración de la campaña

El responsable de flota del IEO-CSIC sospecha que la única dificultad con la que se pueden encontrar, desde el punto de vista técnico, es fijar el tiempo que les puede llevar. Calculan que para el estudio batimétrico tardarán unos seis o siete días. Pero con el mapeado tienen más dudas.

Y es que en función de los objetos que se vayan encontrando, tendrán que realizar inmersiones con el ROV, para certificar lo que hay en el fondo. Esto será "lo que determine la duración" de una campaña que, sin duda, será excepcional. Cerca del 80% de las que llevan a cabo tienen una finalidad puramente investigadora.

Carrera entiende que no hay nadie que pueda estar preparado para una misión de este tipo. A todos les ha cogido "de nuevas". Y al ser "un fenómeno totalmente extraordinario", no cree que alguien haya visto un desastre natural de estas magnitudes. "No hay nada que se le haya parecido", concluye.