¿Se imaginan que el lugar más frío del planeta registra la ola de calor más intensa jamás vista? Eso es lo que ha pasado en nuestro planeta. Concretamente en la Antártida, una región formada casi completamente por hielo, que solo cuenta con entre 1.000 y 5.000 habitantes de forma temporal y que tiene una superficie de 13,66 millones de kilómetros cuadrados.
Sin embargo, si por algo es conocida la Antártida es por ser la región más fría del planeta, con una situación que se mantiene de manera permanente por debajo de los 0 grados y que es objetivo de estudio constante para muchos científicos. Ha sido precisamente un equipo de expertos con Edward Blanchard-Wrigglesworth al frente el que ha finalizado un análisis que ha dejado un descubrimiento sin precedentes.
Este estudio realizado por este grupo de científicos ha descubierto que en marzo de 2022, las temperaturas de una región cerca de la costa oriental de la Antártida aumentaron 39 grados por encima de lo normal. Estos datos convierten esta ola de calor en la más intensa jamás registrada en cualquier lugar de la Tierra.
¿Se puede producir en la Antártida la ola de calor más fuerte de la historia?
La Antártida no ha registrado, evidentemente, la temperatura más alta de la historia. Sin embargo, los termómetros sí registraron un momento que se encontraba de manera desorbitada por encima de lo esperado. Algo así como si en una ciudad como Madrid se pudieran a superar los 75 u 80 grados, o incluso como si en pleno desierto del Sáhara se alcanzaran los 85 o los 90 grados.
Una auténtica barbaridad que se hace todavía más llamativa al producirse en un continente que se encuentra helado casi todos los días, horas, minutos y segundos del año. De hecho, de manera sorprendente, los científicos que realizaban el estudio llegaron a estar durante esos días en pantalón corto y sin camisa, disfrutando de lo que en la Antártida se puede considerar como calor.
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"Era muy evidente que se trataba de un acontecimiento extraordinario. Encontramos que la anomalía de temperatura, que era de 39 grados, es la más grande jamás medida en cualquier parte del mundo". Así lo explica Edward Blanchard-Wrigglesworth.
Lo habitual es que las temperaturas en marzo, momento en el que se realizó el estudio, sean de 54 grados bajo cero en la costa del Domo C. Sin embargo, el 18 de marzo del año pasado, las temperaturas llegaron a subir hasta los -10 grados. Este registro era incluso más alto que la temperatura registrada durante ese verano. "Eso en sí mismo es bastante increíble".
El equipo de la Universidad de Washington al cargo del estudio se centró en intentar dar respuesta a varias preguntas: cómo y por qué podría haber ocurrido una ola de calor tan inimaginable y en una época del año en la que en la Antártida hay pocas horas de luz. De momento, las respuestas apuntan hacia el calentamiento global, pero sobre todo, hacia la variabilidad natural de esta región tan particular.
¿Qué factores provocaron este fenómeno histórico en la Antártida?
Esta ola de calor arrancó con unos vientos inusuales. En esta región, suele soplar de oeste a este, lo que ayuda a aislar al continente del calor y permanecer más frío por más tiempo. Sin embargo, los vientos serpentearon y permitieron que una masa de aire caliente del sur de Australia se trasladara a la Antártida Oriental en sólo cuatro días: "Probablemente, es la primera vez que al menos esto sucede tan rápido", aseguró Blanchard-Wrigglesworth.
Otros vientos, procedentes del norte, trajeron un exceso de humedad, lo que provocó importantes nevadas, lluvias y deshielo. Otra circunstancia paralela que se produjo durante esta época del año es que la Antártida experimentó el nivel de hielo marino más bajo de su historia. No obstante, el estudio explica también que en las zonas polares, los cambios bruscos y sorprendentes del clima son más habituales que en cualquier otro punto del planeta.
De hecho, ni siquiera las olas de calor que asolan Estados Unidos o Europa son tan anómalas. El hecho de que las mayores anomalías se produzcan a altas latitudes es porque hay más aire frío que eliminar cerca del suelo. La situación normal es que el aire se vuelva más frío en las partes superiores de la atmósfera. Pero algunos lugares, como en latitudes altas con mucha nieve y hielo, hay aire más frío cerca del suelo y aire más cálido en la parte superior, lo que se denomina capa de inversión.
"Eso es lo que vimos en la ola de calor de la Antártida. Estos eventos erosionan esa inversión, te deshaces de ella". Así lo explica la científica Blanchard-Wrigglesworth. Sin embargo, el meteorólogo Jonathan Wille afirmó que no es tan extraño que este tipo de anomalías tan importantes se produzcan en la zona de la Antártida, ya que esta región tiene habitualmente las variaciones de temperatura más altas del mundo.
A pesar de que muchas miradas han apuntado hacia el cambio climático, los expertos han indicado que a través de su estudio realizado mediante modelos informáticos descubrieron que este factor sólo habría aumentado la ola de calor en 2 grados. Y la predicción es que para finales del siglo ese aumento podría ser de entre 5 y 6 grados.
No obstante, Wille considera que el cambio climático sí ha tenido una influencia mayor de la que se cree: "Es posible que el cambio climático haya influido en la dinámica atmosférica, como las anomalías de la convección tropical que condujeron a la ola de calor, pero es muy difícil cuantificar estas cosas". En lo que todos están de acuerdo es que estas olas de calor suponen un peligro enorme para la capa de hielo cada vez más acechada.