Cuando el Sol se agote en unos cinco millones de años, su tamaño será casi 100 veces más que el actual. Además de arder como una estrella gigante, estallará en una enana blanca, con las dimensiones de nuestro planeta, en otros mil millones de años. Todo ello, después de haber absorbido tanto a la Tierra como al resto de planetas.
Muchos planetas de otros sistemas solares se enfrentan a un destino similar a medida que sus estrellas anfitrionas envejecen. Aunque hay algunos que parecen 'inmunes' ante estas expansiones, como es el caso del planeta gigante Halla, que orbita en torno a la estrella gigante roja Baekdu, situada a 520 años luz de la Tierra.
Un equipo de astrónomos descubrió que Baekdu estaba quemando helio en su núcleo, lo que indica que ya se había expandido hasta convertirse en una estrella gigante roja en una ocasión anterior. Sin embargo, el planeta Halla ha sido capaz de sobrevivir a esta muerte, tal y como se ha revelado este miércoles en un artículo publicado en la revista Nature.
"La expansión de una estrella tiene consecuencias catastróficas para el planeta, la estrella o incluso ambos. El hecho de que Halla haya logrado sobrevivir en las inmediaciones de una estrella gigante que, de otro modo, lo habría engullido, pone de relieve que el planeta es un superviviente extraordinario", destaca el astrónomo del Instituto de Astronomía (IfA, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Hawai Daniel Huber, y uno de los autores del estudio.
Cómo ha sido posible
El planeta Halla fue descubierto en 2015 por un equipo de astrónomos de Corea del Sur tras utilizar el método de la velocidad radial, que mide el movimiento periódico de una estrella debido al giro gravitacional del planeta en órbita. Al comprobar que la estrella debió de ser en algún momento más grande que la propia órbita del planeta, el equipo del IfA realizó observaciones adicionales entre 2021 y 2022 utilizando el espectrómeto del Observatorio Keck.
Los nuevos hallazgos confirmaron que la órbita se había mantenido estable durante más de una década y que los cambios de velocidad radial tenían que deberse a un planeta. "El descubrimiento mostró la existencia del planeta, pero nos dejó con la duda razonable de cómo sobrevivió realmente el planeta", se preguntó Huber.
Halla tiene características similares a Júpiter, puestos que ambos son planetas cálidos. Además, se encuentra a la mitad de distancia a la que está la Tierra del Sol, unos 150 millones de kilómetros.
Una de las posibles teorías es que, en realidad, este planeta nunca corrió el peligro de ser engullido. Y es que desde el equipo que lidera el astrónomo de la IfA y autor principal del estudio Marc Honcreen creen que tal vez Baekdu podría haber sido dos estrellas en su origen. Así, la fusión de estas dos estrellas podría haber impedido que una de ellas se expandiera lo suficiente como para engullir el planeta.
Otra posibilidad es que Halla sea un planeta tan reciente que no estuviera presenta en la desaparición de Baekdu. Según los astrónomos, es posible incluso que la violenta colisión entre las dos estrellas produjera una nube de gas a partir de la cual se formó el planeta. Es decir, que el planeta Halla podría ser un planeta de "segunda generación".
"La mayoría de las estrellas se encuentran en sistemas binarios, pero aún no comprendemos del todo cómo pueden formarse planetas a su alrededor. Por tanto, es plausible que existan más planetas alrededor de estrellas muy evolucionadas gracias a las interacciones binarias", explicó Hon.