El Hospital Imed de Valencia ha realizado una peculiar intervención. Consistió en extirpar a un paciente un tumor de grandes dimensiones en el hueco poplíteo (tras la rodilla). Resultó ser de un kilo, y contaba con el reto añadido de que el paciente, "por motivos religiosos", exigió realizar la operación sin transfusiones de sangre.
El riesgo extra por este condicionante llevó previamente a dos hospitales, uno público y otro privado, a descartar esta cirugía. Así lo explica a EL ESPAÑOL Rafael Giménez, director médico de Hospital Imed Valencia.
Imed sí decidió asumirla, y realizarla la intervención -con un coste extra para el paciente- con la participación de dos traumatólogos y una cirujana vascular. Todo con el objetivo de minimizar la pérdida de sangre mediante varias técnicas.
[Extirpan el 90% del tumor cerebral del pequeño Oliver tras una operación de 10 horas]
El caso, según expone Giménez, se lo planteó al centro hospitalario la correduría de seguros Gescobert, "especializada en operaciones sin sangre". Se trataba de un asegurado de Axa.
Además de "por motivos religiosos" -el paciente en cuestión solicita no precisar en este artículo su creencia- la demanda de este servicio está en auge entre quienes pueden costearlo con el propósito de evitar hipotéticos contagios mediante transfusiones.
El hombre así lo exigía, pero el tumor en cuestión era muy grande y "abrazaba la vena y la arteria", según relata Paula Blanes, la cirujana vascular que intervino en la operación junto al traumatólogo Ramón Catalá.
La operación, debido al tamaño del tumor, exigía cortar muchos vasos sanguíneos. Por ello resultó determinante la intervención de la cirujana vascular, que asumió el sellado de los mismos mientras los traumatólogos se centraban en extirpar.
Además de esta técnica para minimizar el sangrado y, en consecuencia, la posible necesidad de una transfusión, el equipo recurrió a otras como "realizar una incisión extra para controlar la arteria". "Esto nos permitía 'cerrar el grifo' de la sangre si fuera necesario", expone Blanes.
Los profesionales, según añade Giménez, recurrieron además a la dilución de la sangre del paciente, para "reducir la cantidad de glóbulos rojos que se pierden en el sangrado", y practicaron una "cirugía más fina y precisa" con el propósito de derramar la menor cantidad posible.
La peculiaridad de la intervención requiere más trabajo, "pero al intervenir más profesionales fue una operación muy ágil". "Duró alrededor de tres horas, fue muy fluida. Trabajando en equipo se acortan los tiempos quirúrgicos", estima Blanes.
Hospital "multidisciplinar"
Tanto Giménez como Blanes subrayan que la intervención fue posible en Imed Valencia "por el perfil del hospital, que apuesta por los equipos multidisciplinares".
"A la sanidad privada se le cuelga muchas veces la etiqueta de que realiza las intervenciones sencillas, pero en nuestro caso, pese a que somos un hospital muy joven, contamos con equipos consolidados y coordinados, y eso nos permite afrontar retos como este", detalla el director médico.
Blanes apunta al respecto que "el trabajo en equipo requiere confianza entre los profesionales que participan, y esto no siempre se produce". Según Giménez, Imed cuenta con esta coordinación frente a centros médicos "que funcionan más bien como un espacio a disposición de especialistas que actúan de forma individual".