Mejorar el sistema de sanidad nos beneficia a todos y, por eso, todo lo que sea invertir en este ámbito supone una buena noticia. En esa línea, hace pocas semanas que el Ministerio de Sanidad aprobó una partida presupuestaria de 796 millones de euros destinados íntegramente a la renovación de los equipos tecnológicos sanitarios. El Plan de Inversiones de Alta Tecnología (INVEAT), contemplado para los próximos dos años, ha previsto una inversión de al menos 400 millones de euros a lo largo de 2021.
Era una noticia que el sector sanitario llevaba mucho tiempo esperando, ya que organizaciones especializadas como Fenin (Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria) llevaban años señalando la necesidad de actualizar el parque tecnológico sanitario español, que en muchos casos denotaba una situación de obsolescencia, ya que una elevada proporción de los equipos cuenta, a día de hoy, con más de 10 años de antigüedad, contradiciendo las recomendaciones internacionales.
Tras el anuncio del plan de inversiones y pensando en el contexto actual, la secretaria general de Fenin, Margarita Alfonsel, señaló que era necesario "abordar la renovación de los equipos instalados en los centros sanitarios de cara a mejorar la calidad y salud de los pacientes y poder disponer de diagnósticos más precisos que ayuden a los profesionales a implantar mejores tratamientos".
A través del INVEAT se acometerá la renovación del 100% de los equipos tecnológicos seleccionados que cuentan con 12 años o más (585 en toda España). Además, se efectuará la compra de 262 equipos nuevos, lo que elevará un 17% la tasa media de estos equipos sanitarios por cada 100.000 habitantes. El principal propósito, según el Ministerio de Sanidad, es "preparar al SNS para prevenir y afrontar amenazas sanitarias globales".
El problema de la obsolescencia
Esta inversión prevista da respuesta a una demanda que varias organizaciones llevan tiempo reclamando , entre ellas Fenin. La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria lleva recogiendo datos desde 2009 sobre la situación de los equipos sanitarios y en su último informe, Perfil Tecnológico Hospitalario, se pone de manifiesto la urgente necesidad de renovar el equipamiento tecnológico. El motivo principal es el alto nivel de obsolescencia que se detecta en los equipos que, además, se da en cotas similares en los hospitales públicos y privados de España.
El informe analiza el estado de 13 familias tecnológicas sanitarias (TAC, PET, resonancia magnética, mamógrafo, ecógrafo, radiología…) y concluye que "España mantiene el deterioro del equipamiento sanitario hospitalario con niveles de obsolescencia que, en algunas modalidades, lo sitúan en el penúltimo lugar de los países de la Unión Europea".
Esta fotografía del ecosistema de la tecnología sanitaria amparada por los datos señala, adicionalmente, dos áreas para las que esta inversión del Gobierno tendrá una mayor relevancia, si cabe. Se trata de las unidades quirúrgicas y las de cuidados de pacientes críticos (el 67% de los equipos de soporte vital tienen más de 10 años, cuando las recomendaciones internacionales advierten que no debería superar el 10%). Ambas, denuncian desde Fenin, se acercan a día de hoy "a una situación inadmisible", ya que más del 50% de los equipos instalados superan ya la década. El informe indica que la no-inversión de los últimos años ha provocado que, en muchas regiones, los equipos obsoletos superen más de 5 veces el máximo recomendado, lo que debería empezar a mejorar una vez se comience a aplicar este plan de inversiones.
Además del soplo de optimismo en el horizonte que supone esta renovación del material, también hay otras notas positivas, como por ejemplo en el ámbito de la oncología radioterápica. La iniciativa de algunas regiones y la donación de 320 millones de euros por parte de la Fundación Amancio Ortega ha supuesto la incorporación de 300 equipos nuevos distribuidos en todas las comunidades autónomas, la mayoría destinados a sustituir equipos obsoletos.
Necesidad de un plan a largo plazo
Las grandes asociaciones del sector sanitario coinciden en que la obsolescencia de los equipos sanitarios pudo atribuirse a la crisis económica de 2008 -que impidió realizar una gran inversión en la última década- pero que la situación actual ya no tiene tal justificación. Y la pandemia del coronavirus, que también ha supuesto un duro golpe en la economía del país, ha vuelto a poner de relieve la importancia de contar con un sistema sanitario moderno para garantizar la mejor atención a los pacientes.
Tener a disposición del personal médico equipos renovados y tecnológicamente actualizados a las posibilidades del presente influye directa y positivamente en la precisión de los diagnósticos y la eficacia de los tratamientos ya que son capaces de aportar más información, algo especialmente relevante en las técnicas de diagnóstico por imagen. "Las tecnologías de diagnóstico, monitorización, tratamiento y soporte a la vida, entre otros han demostrado su eficacia para mejorar los procesos clínicos, especialmente la calidad diagnóstica y terapéutica y aumentar la seguridad de pacientes y profesionales", señala el estudio.
Pero contar con instrumentos más modernos también tiene otras implicaciones menos evidentes. Por ejemplo, en la seguridad de los pacientes, ya que los equipos más actuales son capaces de emitir menos radiaciones.
Y la situación no solo se da en estos equipamientos, sino en muchos otros ámbitos tecnológicos (como los sistemas de información clínica, la esterilización, los equipos de nefrología, oftalmología, dializadores, ultrasonidos y un sinnúmero de tecnologías medicas o las recetas electrónicas), igualmente relevantes para el buen funcionamiento de los hospitales y que presentan similares niveles de obsolescencia.
Estos motivos justifican sobradamente la creación de "un plan estructural específico que aborde la situación, con presupuestos finalistas y con las garantías de que se involucren los Ministerios de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y Hacienda y Función Pública y todas las Comunidades Autónomas", declara Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin. Además, la Federaciónrecomienda también el diseño de un 'mapa tecnológico' que permita a cada una de las autonomías gestionar en el medio y largo plazo la inversión y el mantenimiento de todos los equipamientos sanitarios: "que permita conocer con exactitud dónde, cómo, y cuándo es preciso invertir, y así evitar volver a los actuales niveles de obsolescencia".
Las propuestas de Fenin para combatir en los próximos años la obsolescencia de los equipos sanitarios se basan sobre todo en una gestión y mantenimiento más eficiente, a partir del cálculo de obsolescencia en base a criterios internacionales (según las cuales la vida útil de los equipos no debería superar los 12 años), una inversión continuada, y la actualización tecnológica que permita integrar nuevas funcionalidades a los equipos.