Cuando este miércoles, a media tarde, el Ministerio de Sanidad informe de los datos diarios que arroja el recuento de la epidemia en España habrá, repentinamente, un salto en la cifra de muertos y de casos. Del mismo modo, aparecerá con toda probabilidad un total más bajo de ingresos hospitalarios y en UCI. Y, como ya ocurrió entre finales de mayo y principios de junio, las cifras volverán a causar sorpresa y a levantar polémica.
Sin embargo, Sanidad cree que España es uno de los países de Europa que presenta unas cifras de mayor calidad, gracias a su desglose por Comunidades Autónomas, edad, sexo... Y por eso se ha decidido a realizar una nueva depuración de los mismos, como en aquellas fechas en las que "desaparecieron" hasta 2.000 fallecidos de la contabilidad oficial y, durante dos semanas, se apuntaban uno o ningún muerto diarios, pese a que la cifra total cambiaba en muchos más.
Según el nuevo criterio que aplicará el departamento de Salvador Illa, a partir de este 4 de noviembre volverán a recontarse como fallecidos por la Covid los casos "sospechosos" que en su momento se eliminaron.
Entonces, el ministro y el director del Centro de Control y Alertas de Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, defendieron que "la contabilización sigue los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés)".
Y sin embargo, la OMS sí dictaba que era preciso incluir en la cifra de fallecidos a los casos "sospechosos". Éstos eran definidos como aquéllos a los que no se les pudiera haber confirmado que padecían la enfermedad antes de su muerte, pero que presentaban "síntomas claramente compatibles" con la misma.
Sólo "recomendaciones"
Y es precisamente la insistencia del ECDC en que España entregue informes más completos, depurados y personalizados la que motiva este nuevo vuelco en los datos.
La realidad es que durante los meses más duros de la primera ola, con los centros hospitalarios y la atención primaria absolutamente desbordados, los sanitarios no daban abasto para practicar test a todos los "sospechosos". Además, no había test suficientes para hacer pruebas.
Así, muchas personas mayores murieron sin la prueba realizada, y Sanidad -mando único durante la primera alarma- dio orden de que no se realizaran autopsias, para evitar contagios (y ganar tiempo).
Desde mediados de mayo, cuando se congeló la contabilización y se empezaron a aplicar cambios en los cuadros de recuento, el departamento de Illa decidió sacar de los datos oficiales a los "sospechosos". Este periódico informó de que la OMS seguía reclamando a las autoridades de cada país que siguieran incluyéndolos, pero Illa dijo que se cumplía con Europa y Simón alegó que los criterios de la OMS se habían convertido en meras "recomendaciones", como muestra este vídeo.
Tal y como admitió el propio Simón en aquella rueda de prensa del pasado 8 de junio, la petición de este organismo internacional dejó de ser tenida en cuenta en España. "La OMS no es la que impone los sistemas de vigilancia en Europa, no es su misión". Aunque, pese a obviar a corto plazo las recomendaciones de la OMS, Simón reconoció que en algún momento Sanidad debería "ajustar el recuento de fallecidos".
"Tendremos que corregir"
"Esto nos pone en una situación en la que todos los países vamos a tener que hacer correcciones de los datos en un momento determinado para poder hacer comparaciones entre nosotros", apostilló. Y eso es lo que, por fin, se ha hecho.
Y se hará con efecto retroactivo, con lo que cambiará toda la serie histórica desde el inicio de la pandemia. Así, habrá variaciones en las cuatro unidades clave de medición de la incidencia de la Covid: número de contagios, ingresos acumulados, ocupación de UCI y total de fallecidos.
El ECDC ha presionado mucho a España para que arregle sus estadísticas. Y, más allá de que la estrategia de diagnóstico no es la misma en todos los países de la Unión Europea, a partir de ahora el organismo europeo ya no tendrá que bucear en las webs de Sanidad, el Instituto Carlos III (ICIII) y otras para cruzar datos.
Desde este miércoles, los informes españoles ya estarán depurados y serán homogéneos con los criterios europeos. Tras un gran esfuerzo de los técnicos de Salud Pública, España quiere ponerse al nivel de los países con mejor calidad en sus datos.
El exceso de mortalidad
Eso significará que Sanidad volverá a contabilizar a aquellos "sospechosos" que sacó de sus estadísticas a finales de mayo. Y atenderá los criterios marcados por la OMS vigentes entonces, cuando a todos los países les ocurría lo mismo: la falta de conocimiento del patógeno, la presión hospitalaria, los pocos test disponibles y la imposibilidad de hacer tantas autopsias en buenas condiciones conducía a que muchas de las víctimas del virus fallecieran sin un diagnóstico por PCR positivo.
En Sanidad se entiende que este nuevo cambio de criterios provocará ruido mediátco e incluso político.
Del mismo modo que la desaparición de 2.000 muertos a finales de mayo, que alimentó los argumentos de los grupos políticos que dudaban de la veracidad de los datos, al no coincidir con los del MoMo del ICIII ni los del INE, que ya indican un exceso de mortalidad en 2020 de más de 58.000 personas respecto a las esperadas. Un dato muy superior a la cifra oficial de fallecidos por Covid hasta este martes, que contabilizaba 36.495 muertes desde el inicio de la crisis [vea aquí el informe].
Fichas personalizadas
Ahora, en Sanidad se han rellenado fichas personalizadas por cada caso, con su fecha de inicio de síntomas, la de diagnóstico y la de notificación. Con toda la evolución de su contagio, su eventual ingreso en planta o en UCI y la resolución del caso hasta el alta o la defunción.
En todo ese proceso, se recuperan los criterios vigentes del momento: así, se considerarán casos Covid contabilizables, a fecha de hoy, los confirmados por PCR o antígenos. Pero se admitirán los que, a falta notificación fehaciente, presentaban una sospecha clínica muy alta, independientemente de que no se le hiciera la prueba diagnóstica que hoy se considera válida para un caso.
El CCAES es consciente de que, entre marzo y mayo, algunos casos se ingresaron sin tener prueba de Covid positivo y por eso no constaban en las estadísticas. Y que a otros les ocurrió justo lo contrario: se los catalogó como coronavirus por la compatibilidad de sus síntomas y luego se descartó la enfermedad.
Pero ahora la calidad de la información ya es suficiente como para homologarla con las exigencias de la OMS y el ECDC. Así, esperan que los cambios de estos casos antiguos, si los hay, sean pequeños y no influyan en la serie.