Hay marcas de alimentos que, más allá de su función evidente, nos hacen sentir acompañados, casi como una parte de la familia, por haber estado a nuestro lado en los instantes más especiales. Este sentimiento es un motivo más de celebración en el 50 aniversario de Pascual, una empresa que celebra su primer medio siglo de vida en su mejor momento, pero con una mirada nostálgica hacia el pasado y con las miras puestas en el futuro. Un viaje emocionante a través de una historia que muchos hemos compartido… y saboreado.
Medio siglo después de que Pascual comenzara a dar sus primeros pasos, la marca ha celebrado su aniversario con un evento en el que el recuerdo de aquellos momentos fue la primera estación de un particular viaje a través del tiempo en el que se repasaban todos los hitos de la compañía. En un evento para 800 invitados, y con la conducción del actor José Corbacho, hasta tres generaciones de la familia Pascual han ilustrado con su experiencia cada uno de los episodios que han hecho de la empresa lo que es hoy a todos los niveles.
Cuesta imaginar que una compañía cuyos productos se venden actualmente en 70 países fuera en sus inicios un negocio familiar con apenas un puñado de empleados, en lo que constituía "una locura", según Pilar, hija del fundador. No obstante, aquella aventura en la que Tomás Pascual puso todo su tesón acabó transformando una pequeña cooperativa láctea en quiebra en una empresa de referencia mundial en cuanto a calidad e innovación.
Uno de los argumentos que explican este salto cualitativo en la forma de producir y vender leche fue la puesta en funcionamiento en España de la primera línea de producción de leche UHT, uperisada o de larga duración, envasada en tetrabrik aséptico.
De aquellos tiempos se mantienen la vocación de ofrecer un producto cercano y saludable, y las instalaciones originales, en la localidad burgalesa de Aranda de Duero. Muy transformadas, eso sí: la factoría ha ido ampliándose a medida que el catálogo de productos y las necesidades de la actividad se ampliaban.
Como entonces, Pascual es un polarizador de empleo en la zona, como explica, orgullosa, Pilar Pascual: “Mi padre era un empresario ejemplar, autoexigente, con gran sentido del deber, un inigualable vendedor, y comprometido con su tierra, su empresa, su familia y sus trabajadores”.
En esta gran fiesta de aniversario, el presidente de la compañía, Tomás Pascual, quiso agradecer "a todos los que de un modo u otro pertenecemos a Pascual" su papel para alcanzar el liderazgo en productos de alimentación y bebidas: "Pascual existe por y gracias a cada uno de vosotros", aseguró. Entre ellos, proveedores, ganaderos, empleados, accionistas pero, por supuesto, a todos los consumidores que han depositado su confianza en sus productos.
Y es que uno de los pilares de la empresa desde su fundación es el colocar a la persona en el centro de su actividad para cumplir el objetivo que, según Sonia Pascual, es el de tener "valores, un propósito claro y aportar a la sociedad algo relevante". Y para ello, continúa, "hay que escuchar a las personas, hacerlas partícipes y actuar en consecuencia, con coherencia y consistencia en toda la cadena de valor".
Tal pretensión va mucho más allá de ser una mera de declaración de intenciones. De hecho, Pascual es el único fabricante que posee el certificado Bienestar Animal AENOR Conform en sus 348 granjas proveedoras de leche, lo que significa que el 100% de Leche Pascual es de Bienestar Animal.
Velar por la sostenibilidad en la producción y por el confort de los animales es una parte. Pero en la actualidad, y dada la amplitud del porfolio de la compañía, con más de 200 productos, es impensable mantener su posición de liderazgo sin un compromiso con la innovación que permita a a la firma adaptarse al dinamismo del mundo actual y a una sociedad cada vez más exigente.
Se trata, en definitiva, de mantener la misma apuesta por la calidad del fundador de tal modo que, en la medida en la que la tecnología y la ciencia lo ha hecho posible, alcanzara todos los aspectos de la producción. Es por ello que Pascual es una empresa pionera a la hora de introducir soluciones para presentar el mejor producto posible de la manera más eficiente: desde las mencionadas líneas UHT al envasado en tetrabrik, la introducción de tanques en frío en las ganaderías o el cuidado por la salud, la alimentación y el confort de las vacas… la historia de la compañía se nutre de estos hitos disruptivos en la industria de los que hoy sería impensable prescindir.
Si nos dieran la opción de pensar en anuncios televisivos con música pegadiza o personajes míticos, puede que muchos coincidieran en acordarse de la utilidad de tener siempre a mano a un primo como "el de Zumosol", al que conocimos a principios de los 90. Pero la relación de Calidad Pascual con la publicidad viene de lejos y, sea en forma de spot, de cartelería o de publirreportaje, su presencia nos ha permitido percibirlos de una manera más cercana al tiempo que nos ha emocionado, conocer algún 'truco para la vida' o tararear algunas de sus melodías.
En este evento de celebración, concebido como un viaje en el tiempo, también hubo un espacio para el futuro. Imaginar qué viene y, estar preparado, es una responsabilidad de toda gran empresa. Para Pascual, ese será el momento de la tercera generación de la saga familiar al frente de la firma. Y aunque sea savia nueva, la idea es clara: "Mantener la empresa viva y hacerla crecer, como hicieron nuestros padres y como queremos que hagan nuestros hijos", explican.
Está claro que en ese esquema familiar hay retos, como los de responder a los cambios que traen los tiempos. Pero los nietos de don Tomás Pascual tienen claro qué es lo que debe mantenerse intacto: "Debemos seguir teniendo un propósito, una visión, un objetivo social, unos valores. Debemos seguir siendo sostenibles y rentables", explican. Y todo para que, dentro de otros 50 años, podemos sentir a Pascual como algo tan próximo como hoy.