Podemos medir la longitud de algo, su volumen o su peso con relativa facilidad. No obstante, cuando hablamos de inteligencia, la cosa se complica ya que no se trata de algo físico sino más bien subjetivo. Es necesario elaborar mecanismos y técnicas que nos permitan observar dicho atributo y obtener una puntuación a partir de la cual poder trabajar. En el caso de la capacidad cognitiva, se emplea el cociente intelectual (CI).
Se entiende como inteligencia aquella capacidad o conjunto de capacidades a través de las cuales somos capaces de adaptarnos correctamente y de la forma más eficiente al entorno. De manera que, gracias a ella, somos capaces de analizar, interpretar y juzgar la información correctamente, elaborar estrategias, ajustar nuestro comportamiento según nuestras metas y recursos y resolver problemas, entre otras cosas.
Aunque la inteligencia es difícil de delimitar en ciertos aspectos, como por ejemplo, si es modificable o no, se trata de una de las aptitudes más valorada en todo el mundo. Debido a su utilidad a la hora de permitirnos adaptarnos de manera eficiente y a la diferencia que existe entre unos y otros, surgió la necesidad de valorar la capacidad intelectual. Esto nos permite, entre otras cosas, adaptar los programas educativos a las capacidades de los alumnos.
Qué es el cociente intelectual
El cociente intelectual es una medida de la inteligencia. Se obtiene calculando la edad aproximada a la que la mayor parte de sujetos es capaz de resolver un determinado problema y se relaciona con la edad real del sujeto. El resultado obtenido de esta operación es lo que se determina cociente intelectual. Pero el número en sí solo es significativo en comparación con la media de la población de origen. Por ello, cuando hablamos de cociente intelectual estamos comparando nuestro rendimiento con el de individuos de nuestra edad.
Existen diferentes técnicas de medición del CI en función de las características del sujeto, el objetivo de dicha medición, su edad o si se pretende evaluar un aspecto concreto o la inteligencia a nivel general. Una de las pruebas más conocidas son las escalas de Wechsler. Dependiendo de si la prueba va destinada a adultos o niños, existen varias escalas de Wechsler: El Wechsler Adult Intelligence Scale o WAIS en el caso de los sujetos adultos y el Wechsler Intelligence Scale for Children o WISC en el caso de los niños. Esta prueba puede medir el cociente intelectual total (memoria), el cociente intelectual verbal (comprensión) y el cociente intelectual manipulativo (aspectos perceptivos y organizativos) por separado. Además, mide la velocidad de procesamiento, comprensión verbal, razonamiento perceptual y memoria de trabajo.
Las puntuación obtenidas en diferentes pruebas de inteligencia han de estandarizarse y pasarse a un tipo de distribución que permita observar en qué relación las propias capacidades se ajustan a la media poblacional. Se considera que un valor de 100 o valores aproximados a este estarían en la media, con más de la mitad de la población de la misma edad teniendo puntuaciones semejantes. Por encima de esta medida hablaríamos de una capacidad superior y, por debajo, estaríamos ante unas capacidades intelectuales inferiores.
Hay que tener en cuenta que existe un rango en el que las diferentes capacidades pueden oscilar. Para ello, se aplica la desviación estándar. En caso de la inteligencia, la media rondaría los 100 puntos y contaría con una desviación típica de 15. Esto quiere decir que las personas con un cociente intelectual entre 85 y 115 seguirían teniendo una capacidad intelectual dentro de la media.
Discapacidad intelectual
Se considera que los sujetos con un CI por debajo de 70 padecen discapacidad intelectual. En función del cociente intelectual manifestado, dicha discapacidad será de mayor o menor gravedad. Si se encuentra entre 70 y 50, se considera leve; y entre 50 y 35, la discapacidad sería moderada y requeriría una supervisión educativa especial. Por debajo de 35, indicaría la existencia de una discapacidad intelectual grave, dependiendo de supervisión y se considerarían legalmente incapacitados. Por debajo de 20 se considera la existencia de discapacidad intelectual profunda, que generalmente se da con daños neurológicos que limitan en gran medida la actuación e interacción con el medio.
Superdotación intelectual
En cuanto a los individuos que se encuentra por encima de 130, reciben el nombre de superdotados. La superdotación intelectual es una habilidad innata que no puede ser conseguida mediante el esfuerzo. No solo es necesario un cociente intelectual superior al valor comentado, sino que sus individuos deben destacar en otros aspectos como la creatividad. Los sujetos con un CI entre una y dos desviaciones típicas por debajo de la media, se considera inteligencia borderline.
Críticas al cociente intelectual
El uso de esta medida ha sido desde siempre muy criticado. En primer lugar, debido a que generaliza la inteligencia como una capacidad general, es decir, da a entender que existen varios tipos de inteligencia. Otro motivo es que se centra en habilidades muy concretas y se olvida de otras también importantes como la inteligencia musical. Un tercer aspecto igualmente importante, es que no tiene en cuenta que pueden existir sesgos culturales en los instrumentos de medida empleados. A pesar de que tratan de ser lo más objetivos posibles, hay preguntas que solo son capaces de responder personas de un tipo nivel social.