¿No te has fijado nunca? Solo cuando comparamos un país con otro, o una región del globo con otra, es cuando caemos en la cuenta de que las proporciones mundialmente aceptadas de los mapas del mundo no son del todo acertadas. Por ejemplo, si África tiene más de 30 millones de kilómetros cuadrados y América del Norte apenas sobrepasa los 26 millones de kilómetros cuadrados, ¿por qué al representarlas gráficamente son prácticamente iguales, e incluso puede dar la sensación de que es mayor la extensión de Estados Unidos y Canadá?
Se trata de uno de los problemas que presenta el mapamundi más popular, al que se conoce como Mercator. Fue creado 450 años atrás y su perspectiva hace que Groenlandia parezca gigante, junto con Rusia, mientras que el continente africano aparece sumamente reducido. Para tratar de evitar que esto ocurra, muchos cartógrafos han puesto su empeño para conseguir enmendar estos errores. Ahora, el cartógrafo estadounidense Tom Patterson, que lleva muchos años trabajando en la creación de un mapamundi que refleje de forma más realista y fehaciente la realidad, parece haber dado con una solución más ecuánime y con más atractivo visual que otras que se habían presentado antes.
Tras varios años de trabajo, Patterson, junto a sus colaboradores Bojan Šavrič y Bernhard Jenny, ha presentado un mapamundi que resuelve distintos problemas que existían hasta la fecha. "Buscamos proyecciones alternativas [...] pero no pudimos encontrar ninguna que cumpliera con todos nuestros criterios estéticos. De ahí nació la idea de crear una nueva proyección que tendría más atractivo visual". Y así fue como surgió la proyección Equal Earth.
La evolución del Gall-Peters
No solo se trata de que esta nueva representación gráfica de los continentes y los planetas tenga que resolver las problemáticas que planteaba la versión Mercator, es que otras que han surgido en respuesta a esta también presentaban ciertas deficiencias. En 2017, las escuelas de Boston la dejaron de lado y comenzaron a utilizar mapas de pared de Gall-Peters. Este mapamundi refleja la proyección geográfica que James Gall describió por primera vez en 1855 y es equivalente, de forma que que conserva la proporción entre las áreas de las distintas zonas de la Tierra, algo que las anteriores proyecciones no incluían.
Sin embargo, tenía un pequeño problema: no era atractivo estéticamente. De hecho, es bastante horrendo. De ahí que uno de los propósitos de Tom Patterson, Bojan Šavrič y Bernhard Jenny fuera crear otro con más atractivo visual. Y parecen haber dado con la solución que andaban buscando.
Para poder realizar la proyección Equal Earth, estos investigadores se basaron en el mapa de proyección de Robinson, que fue diseñado por Arthur H. Robinson en 1963. El acierto de este mapa llevó a que la National Geographic Society lo adoptase en 1988. El geógrafo y cartógrafo estadounidense optó por representar los meridianos curvados, evitando así los extremos, al tiempo que conseguía que los polos tuvieran líneas en lugar de reducirlos a simples puntos. Pero Patterson y sus socios han ido más allá.
Según apuntan los propios creadores de la proyección Equal Earth, su tamaño es mayor al de la proyección de Robinson. Por su parte, mantienen los lados curvos de la proyección, para así mantener que la Tierra es esférica, al tiempo que los paralelos están diseñados para que permitan una comparación más rápida de los puntos del norte y del sur respecto al Ecuador. Así es como el nuevo mapamundi presentado por Patterson y sus socios representa de forma más precisa las áreas relativas, de manera que esta proyección pseudocilíndrica, pese a presentar una gran similitud con la de Robinson, conserva el área.
Los primeros resultados
Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, lo cierto es que Patterson, Šavrič y Jenny ya han comenzado a recoger los frutos de su trabajo. La primera en interesarse y en dar validez a su proyección ha sido la NASA, que ha utilizado el mapamundi diseñado por estos investigadores para reflejar las temperaturas de las distintas regiones del mundo. Pero todavía queda mucho por hacer. Todavía restan unos meses de trabajo para que esta nueva proyección se incorpore a los distintos ‘softwares’ que utilizan los cartógrafos y para que se extienda esta nueva versión gráfica del mundo.
Y pese a que no solemos recurrir al mapamundi con demasiada frecuencia, a partir de ahora a buen seguro que lo miramos con otros ojos. Quién sabe, puede que más pronto que tarde desechemos los viejos mapas que otorgaban menos territorio a África y mucho más a Groenlandia o Rusia, y la representación de los distintos territorios sea más ecuánime. Quizá solo es cuestión de tiempo que se haga justicia.