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Su flamante triunfo en Supervivientes 2024 ha vuelto a catapultar a Pedro García Aguado hacia la primera línea mediática de nuestro país. El que fuera medallista olímpico y presentador de éxito se encuentra inmerso en una nueva etapa en su vida en la que compagina la televisión con su faceta de conferenciante.

"Me encantaría volver a hacer un formato como el de Hermano Mayor", reconoce en una entrevista en exclusiva con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León. Tras protagonizar una charla sobre la salud mental en la infancia en Valladolid, el mítico García Aguado abre la puerta ahora a regresar al formato que le llevó al éxito.

No esconde sus ganas de "seguir ayudando desde la televisión", pero admite que con la "situación social" de ahora "quizás no se podrían emitir algunas de las imágenes que en Hermano Mayor salían porque tenían su componente violento".

No obstante, destaca que fue un programa que "trascendió mucho más allá de los casos que salían en la tele y socialmente ayudó a mucha gente". Un recuerdo que ahora no descartaría recuperar dentro del contexto que se vive casi una década después.

Su paso por Supervivientes 2024 le hizo "interrumpir todo el ciclo de conferencias" que venía desarrollando, donde imparte charlas para guiar a las familias en la educación de los más pequeños en casa. También tiene en marcha otros proyectos de los que hablaremos más adelante.

Tras convertirse en el protagonista absoluto del espacio de supervivencia entre famosos al ganar esta edición, Pedro García Aguado ha retomado su agenda con "una o dos conferencias al día".

"Hago una doble jornada. Por la mañana voy a los institutos y luego me dedico a los padres y madres por las tardes", explica y apunta que desde que arrancó el mes de septiembre "no he parado".

El medallista olímpico señala que se encuentra en un "momento bueno" después de "mucho tiempo" trabajando para "tener este nombre y autoridad dentro del mundo educativo, en lo que se refiere a las familias".

Además, también se muestra "muy feliz" en el tema empresarial, ya que son muchas las compañías las que le contratan. "Antes las hablaba solo de waterpolo y los valores del deporte extrapolables a la empresa y ahora también del trabajo en equipo, la supervivencia y los roles dentro de un colectivo", añade.

Un valor añadido que ha "extraído de Supervivientes" y que le ha dotado de una "capacidad para parar de vez en cuando" tras darse cuenta de la concepción que tenemos de "una vida ajetreada que llevamos de inmediatez y estrés". "Eso me lo traigo de allí, de estar muchas horas en la playa, sentado, mirando al mar y dejando pasar el hambre", relata.

Recientemente, reflexionó sobre su estancia en Supervivientes, donde había aprendido a que se "puede vivir con muy poco". En este sentido, recalca que con "muy poco no diría que se puede ser feliz, pero se puede estar cómodo y bien".

"La palabra clave sería la aceptación. Esto es lo que tengo y de esa manera se vive mucho mejor", subraya el televisivo Pedro García Aguado. El reality de Telecinco también le ha hecho enfrentarse a duros momentos.

Para él, el más destacado es "gestionar los estados de ánimo" que genera el hambre. "No entendía mi tristeza, mi enfado, incluso la rabia y el nerviosismo", recuerda. Una situación que también le traía "pensamientos negativos" como que le estaba pasando algo a su familia mientras él estaba allí.

"Lo más importante es saber gestionar los estados de ánimo que te provoca el hambre. Me di cuenta de que jugaba muy malas pasadas", señala con rotundidad.

Pedro superó en su día un problema de adicción, especialmente con el alcohol, en su etapa como deportista de élite en waterpolo. Una vivencia que le ha ayudado a comprender todo lo que le sucedía durante su participación en Supervivientes.

"Me ayudó mucho el apoyo psicológico que tenemos entre los concursantes y ese apoyo me recordó a muchas de las estrategias que yo utilicé para el proceso de recuperación de la adicción. Tenía mucho que ver con la lectura buena de eso que me estaba pasando", reafirma.

Pedro buscó alejarse del estado de ánimo para "darle una explicación". Por ejemplo, recuerda que en su época de adicciones relacionó el "enfado, la tristeza y algunos estados de ánimo con las ganas de consumir".

"Aquí asocié todo al hambre. Y así aprendía a relativizar mucho y a no darle importancia a las cosas que pasaban", cuenta. Una estrategia que le ha llevado a no entrar "casi en conflicto con nadie" y a mirar "mucho más hacia mí que a hacia los demás".

"Me preguntaba qué parte de responsabilidad tenía yo en aquello que estaba pasando o qué podía hacer yo para cambiar aquello, no tanto lo que hacían los demás", reitera.

Desde lo más alto

La faceta televisiva de Pedro García Aguado permitió conocer su historia. Un ejemplo de superación de un deportista de élite que cayó en las garras de las adicciones, especialmente en el alcohol.

En contra de lo que se ha vendido siempre, con la falsa creencia de que Pedro cayó de la cumbre deportiva a la nada, el presentador subraya que él decidió "desde lo más alto ponerme en recuperación".

"Tenía una vida exitosa, lo que se llama un adicto funcional". "Había desarrollado una dependencia, pero no tenía una pauta de consumo diaria. Consumía de cuando en cuando", recuerda el medallista olímpico.

Pedro destaca que llegó "a la cima" y fue ahí donde decidió cambiar su vida porque "no estaba bien". Optó por ingresar en un centro de recuperación y todavía recuerda que fue algo "raro", ya que "normalmente la gente lo pierde todo y en mi caso todavía no llegué a ese paso cuando tomé la decisión".

"Si no tomo esa decisión hubiera acabado tirado en un parque, un manicomio o la cárcel. El psiquiatra me dijo: 'Sé el final que tiene un adicto, no has llegado, pero vas de camino'".

Logró recuperarse y escribió un libro, que fue publicado en 2008. Lo tituló Mañana lo dejo y esto fue lo que acabó abriéndole las puertas de lo que luego se convertiría en el germen de su figura, Hermano Mayor.

"Les gustó (a la productora) mi historia y cómo confrontaba con los chavales. Estaba trabajando como terapeuta y monitor en el centro donde había estado y en 2009 me dijeron que querían que presentase el programa", apunta.

En total, participó en siete temporadas, hasta que finalmente su salida se acabó dando en 2015 por unas circunstancias familiares.

"Hermano Mayor le debo mucho. Me conectó con la capacidad que tengo para ayudar a otros. También mucha motivación para seguir sobrio. Si yo me encuentro bien puede que siga ayudando a mucha gente", admite.

En total, fueron más de 100 familias las que pasaron por sus manos, de los que mantiene contacto todavía con alguno de los jóvenes. Entre ellas, Dakota, a la cual tiene "mucho cariño".

2015

En 2015, tras la séptima temporada y después recaer en su hermana el cuidado de su madre enferma de cáncer de pulmón, decidió poner punto final a su etapa televisiva en este programa.

"Mi hermana me tiró de las orejas y me dijo que cuándo iba a parar. La cadena me dijo que iban a empezar una nueva temporada y les dije que iba a estar con mi madre. Fue lo mejor que hice en aquel momento y en agosto falleció", relata.

Pedro pudo acompañar a su madre en sus últimos meses de vida y "poner muchas cosas que todavía no estaban en su sitio". Una decisión de la que, aún a día de hoy, no se arrepiente.

En la actualidad, Pedro compagina sus apariciones en Límite 48 horas, una de las galas de Gran Hermano en Telecinco, y los fines de semana en el programa Fiesta de Enma García, con diversos proyectos educativos.

Colabora en centros terapéuticos para la recuperación de adicciones que sigue los métodos que él mismo utilizó durante su recuperación. También tiene un centro con otro socio en Barcelona para ayudar a gente que no puede ingresarse o no quiere y lo hacen ambulatoriamente.

Todo mientras imparte conferencias por toda España y colabora en los programas de televisión mencionados. "Estoy con muy buena relación con Mediaset, aunque no me cierro puertas a nadie", recalca.

También impulsa un proyecto de ayuda a jóvenes, Inner Experiencie, que tiene que ver con el desarrollo personal y el autoconocimiento a través de los talentos, valores y emociones.

Por último, lidera desde hace 5 años el proyecto FES (Formación, Educación y Sensibilización), con el que ayuda a prevenir las adicciones tecnológicas. "Es muy difícil pensar que un aparato externo puede provocarte una dependencia, pero lo hace", zanja.