En Villaviudas, un pequeño pueblo del Cerrato palentino, reside una artista de pies a cabeza dedicada a la creación de muñecos realistas. Hablamos de Silvia Gutiérrez, una mujer natural de Cantabria, que hace diez años se dio cuenta de que "necesitaba un cambio en su vida" y decidió regresar a sus raíces, al pueblo de su padre, para centrarse en una de sus mayores pasiones, la creación de unos muñecos de vinilo dotados de unas características tan reales que parecen ser auténticos bebés.
Lleva desde 2007 haciendo de su pasión su profesión. Navegando por una página web decidió pujar por una muñeca y cuando la recibió, la "maravilló". Entonces dijo: "tengo que aprender a hacer esto", así que se puso a investigar, vio que en Barcelona daban un curso de una semana y para allá que se fue: "Hice mi primer muñeco allí y empecé a hacer más en casa. Entonces, mis amistades y mi familia empezaron a pedirme que les hiciese uno y así empecé", ha confesado en una entrevista para EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Lo cierto es que se convirtió en una de las primeras 'rebonistas' de España y, aunque no tiene tienda física ni online, a día de hoy sigue teniendo bastantes encargos. Si bien es cierto que este no es su único trabajo, pues ella siempre se ha dedicado al mundo de la estética y actualmente trata de compaginar, en la medida de lo posible, ambas profesiones.
Volviendo a sus originales y llamativas creaciones, Silvia ha confesado que lo que define a sus piezas es que son "únicas y exclusivas". Tanto es así, que ni si quiera ella misma es capaz de hacer dos iguales.
De ellas destaca que cuando las ves y las coges sientes que son bebés reales, "porque tanto en peso como en movilidad representan a un bebé recién nacido". Lo mismo ocurre con sus características. Y es que a sus muñecos no les falta ni un solo detalle. Tienen uñas, venas, rojeces e incluso pelo natural, que ella misma injerta con mucha paciencia.
Concretamente, ella se encarga de la segunda fase del proceso. "La primera la hace una escultora, esa escultora manda a las fábricas hacer su escultura en vinilo y luego nosotras vamos dando vida a los muñecos", ha explicado.
A juzgar por el resultado final de sus muñecos, puede parecer que cada uno de ellos llevan meses de trabajo. Pero no. Aunque resulte increíble, lo cierto es que Silvia dedica "unos 20 días" a cada una de sus creaciones, las cuales tienen un precio medio de a partir de 300 euros.
No obstante, el tiempo es superior cuando se trata de una réplica. Porque sí, Silvia también hace réplicas de niños reales: "Pido varias fotos del bebé y luego, dentro de las fotos que me mandan, escojo el kit que más se parezca a ese niño para hacerlo lo más real posible. Luego los detalles se los doy yo. Hay casos en los que sí se consigue un gran parecido, pero exacto al 100% es muy complicado. Hacerlo saldría por una millonada", ha revelado.
Llegados a este punto, hay quien pueda pensar que, al tratarse de muñecos, estos están dirigidos a los niños. Pero nada más lejos de la realidad. Según ha desvelado la artesana 'rebonista', para ella el público objetivo de este tipo de creaciones va desde los coleccionistas "hasta gente que le apasionen los niños y los muñecos". "No es un producto muy recomendado para niños, a no ser de que ronden los 12 años, que ya son un poco más responsables. Porque tú le das a una niña de tres años un muñeco de estos y lo primero que va a hacer es cogerlo de los pelos. Son muñecos delicados y tienen sus cuidados", ha aclarado.
La cántabra afincada en la provincia de Palencia nunca se ha llegado a plantear hasta dónde le gustaría llegar en este mundo. Tal y como ha confesado, es más de vivir el día a día, pero si algo tiene claro es que hacer bebés realmente le apasiona. "Lo mejor de esta profesión es la satisfacción que me aporta a la hora de ver cómo una pieza en blanco va cobrando vida a base de capas de pintura, la ternura que producen los muñecos y también la cara de satisfacción que veo en la gente cuando los coge. Además, me relaja y me transmiten mucha paz", ha añadido.
Sin duda, obras de arte que dan sensación de realidad y que convierten a Silvia en un auténtico as del 'rebonismo'.