Inés Sastre es una de las 'top models' españolas más conocidas a nivel internacional. Todos saben quién es, pero muy pocos conocen realmente su historia.
La vida de Inés Sastre está llena de detalles y curiosidades que apenas han trascendido o que, si lo han hecho, no todos recuerdan. Tanto es así, que incluso a día de hoy hay quien se sigue sorprendido al enterarse de que la también actriz nació en Valladolid. Les ocurre porque lo cierto es que la pucelana creció entre Madrid y París, aunque sí ha realizado alguna visita puntual a su ciudad natal.
Inés vino al mundo un 21 de noviembre de 1973 en Valaldolid y en el seno de una buena familia formada por su padre, Eduardo Sastre; su madre, Candelas Moratón, editora del catálogo de pintura del Museo del Prado; y su hermana Candelas. Pero sus padres se divorciaron cuando ella era bien pequeña y pronto se mudó a la capital, siendo allí donde compaginó sus estudios en un colegio de monjas español-francés con sus primeros pinitos delante de las cámaras.
Fue a los 12 años cuando su vida dio un cambio radical en dirección al estrellato. Ocurrió a raíz de su participación en un anuncio de McDonald´s a través del cual cautivó al director Carlos Saura, quien le ofreció un papel en su película, 'El Dorado'. En aquel momento ella jamás hubiera imaginado lo que el destino tenía preparado para ella.
Tres años después, sin llegar a dejar la interpretación, llegó su incursión en el mundo de la moda de la mano de un contrato con una prestigiosa agencia de modelos con la que empezó a desarrollar un futuro prometedor en el sector plagado de éxitos.
Pronto se mudó a París para cursar sus estudios de Filología francesa, al mismo tiempo que atendía a sus compromisos profesionales como actriz y modelo. Los años fueron pasando, pero la vida de Inés seguía más o menos igual, aunque es cierto que el cine pasó a un segundo plano y se centró, fundamentalmente, en su carrera como modelo.
Así, empezó a trabajar con importantes firmas y a lucirse por las pasarelas desfilando para los mejores diseñadores, y en ocasiones puntuales, cuando parecía que el cine ya había pasado a mejor vida, Sastre volvía a sorprender con papeles en destacadas producciones en las que trabajó con actores de la talla de Gérard Depardieu, Christopher Lambert, Andy García o Bill Murray, y que también le ayudaron a darse a conocer en muchos países del mundo.
Inés seguía en París y, aunque no paraba de copar las portadas de las revistas, muchos le perdieron la pista. La modelo fue volviéndose más reservada hasta convertirse en la discreción personificada. Sin embargo, sus redes sociales sí han permitido ir conociendo detalles importantes de su vida más personal a lo largo de estos años.
Tal y como se ha comentado en más de una ocasión, en el currículum amoroso de Inés Sastre podrían figurar nombres como los del actor francés Gregory Raznik, el presentador Jean Luc Delarure, el músico Gabriel Grégorie, el empresario británico Nick Carter y hasta Luis Alfonso de Borbón y Nicolás Vallejo-Nágera, quienes se dice que fueron sus amores de juventud.
Sea como fuere, lo que sí se puede confirmar es su matrimonio con el italiano Alex Corrías, con quien tuvo a su primer y único hijo antes de la llegada de su separación. Este es Diego, el verdadero amor de Inés Sastre y el principal motor de su vida.
El joven acaba de cumplir 17 años y lo ha hecho en España, donde madre e hijo han fijado su lugar de residencia después de que la modelo haya estado tres décadas viviendo en París, interrumpidas por una breve estancia en Londres motivada por su relación con el padre de su hijo.
Es él quien consume la mayor parte del tiempo de la vallisoletana, dado que, aunque sigue colaborando con marcas, hace mucho que no desfila de manera continuada y más desde la última vez en la que puso a prueba sus dotes interpretativas.
Por lo general, su tiempo de ocio sabemos que lo suele dedicar a sus verdaderas pasiones, entre las que se encuentran las exposiciones de cultura, los viajes, el golf y ahora también los animales, en concreto, su perro Zou, una mascota que llegó a pertenecer a la Policía Nacional y con la que a Inés le encanta salir a pasear.
Hoy, la cotizada modelo, considerada como una de las grandes estrellas internacionales de las décadas de los 80 y los 90, vive en Madrid alejada de los focos, pero cada vez que puede se escapa a su casa de Sotogrande, el que parece haber convertido en su refugio particular y también en el de su hijo.