El salmantino Jero Hernández ya es una de las caras más populares de los concursos televisivos. Quizá muchos lo conozcan por su participación en Pasapalabra donde empezó por casualidad tras apuntarse al casting sin muchas expectativas. Sólo duró un programa y, de ahí, pasó a Saber y Ganar donde hizo una grandísima actuación que le llevó a ser uno de los concursantes más importantes.
Se convirtió en el undécimo concursante el alcanzar los 100 programas en uno de los concursos televisivos con más historia. Su paso por Pasapalabra también ha sido muy significativo ya que alcanzó los 121 programas y, en su segundo paso durante el 2019, otros 121. Su última vez en este concurso fue, recientemente, en el Duelo de Campeones donde compitió por llevarse el bote pero no lo pudo lograr. Sin embargo, para él no haberse hecho con el premio no significa “perder sino haber ganado otras cosas”, tal y como afirmó en una entrevista a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León.
Una vez abandonó este programa, no tenía muy claro si estaría de nuevo en televisión. Aunque sí que continuaría con el que hasta ahora es su trabajo como jefe de Sección de Protocolo en la Universidad de Salamanca. Ahora se puede confirmar que no abandona estos programas donde mezclan la inteligencia con el entretenimiento y regresa a sus orígenes.
El objetivo marcado es llegar a esos 200 programas. Una cifra que tan sólo han logrado cinco personas hasta el momento: Víctor Castro, Victoria Folgueira, Óscar Díaz, David Díaz y Manolo Romero. “Es uno de nuestros concursantes centenarios. Él intentará llegar a los 200 programas”, afirmaba Jordi Hurtado en la presentación. Aunque para él “cada tarde es un premio”.
Ahora, tras hacer historia en Pasapalabra, aunque sin lograr llevarse el bote, tiene un nuevo reto por delante en Saber y Ganar. ¿Volverá el concursante a sentar un precedente en la historia de este programa televisivo? ¿Se convertirá en el más longevo del concurso? ¿Alcanzará el récord de los 200 programas? Para todas estas incógnitas sólo hace falta tiempo y que el salmantino saque lo mejor de sí mismo cada tarde.