La plaza del Cuartel Viejo, situada en el corazón de la ciudad de Zamora, es un testigo silencioso de la rica historia militar de la ciudad. En 1736 se proyectó la construcción de un cuartel de infantería, conocido como el Cuartel Viejo, que fue el principal recinto castrense de la ciudad hasta 1927.
El lugar elegido para un destacamento militar como este no fue fruto del azar. Y es que Zamora siempre fue un punto estratégico a causa de su cercanía con la frontera de Portugal. Este cuartel de infantería se construyó para alojar a las tropas que defenderían la frontera de las hostilidades con el país luso en el siglo XVIII durante la guerra de sucesión española entre Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Austria.
Este conflicto bélico europeo tuvo lugar entre 1701 y 1714, que se originó por la disputa sobre quién debía heredar el trono español tras la muerte del rey Carlos II. La contienda involucró a las principales potencias europeas de la época, dividiéndolas en dos coaliciones: la Gran Alianza, encabezada por Gran Bretaña, los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano Germánico, que apoyaban al archiduque Carlos de Austria como heredero; y la Francia de Luis XIV, que respaldaba al nieto de Carlos II, Felipe de Anjou.
La guerra se libró en múltiples frentes, incluyendo la Península Ibérica, Italia y los Países Bajos. En 1713, se firmó el Tratado de Utrecht, que estableció las condiciones de paz y reconfiguró el equilibrio de poder en Europa. El acuerdo reconoció a Felipe V como rey de España, pero impuso restricciones a la unión de las coronas francesa y española para evitar la consolidación de un imperio demasiado poderoso. El tratado también otorgó territorios a las potencias vencedoras, marcando el ascenso de Gran Bretaña como una potencia naval y colonial significativa.
Zamora, un punto estratégico internacional
Un conflicto que afectaba directamente a la provincia de Zamora por sus más de cien kilómetros de frontera con Portugal. Estas disputas se iniciaron oficialmente en 1704, aunque los preparativos bélicos ya habían comenzado dos años antes. Zamora tuvo especial importancia en esta guerra porque es la forma de que los aliados de los
Austrias podían acceder al interior de Castilla. Por este motivo, la provincia se convirtió en un territorio clave por un constante movimiento de tropas de un lado a otro de la frontera portuguesa durante todas las ofensivas que hubo en la guerra.
El cuartel, diseñado para alojar a mil hombres, se construyó en un lugar llamado ‘El Palomar’, que dio su segundo nombre al cuartel. Y es que originalmente, se planeó construirlo cerca de la iglesia de Santo Tomé, pero el prior de la iglesia de Santa María de la Horta se negó en rotundo a tal hecho para evitar la demolición de veintiocho casas para la construcción del cuartel, que dejaría a su parroquia sin feligreses. Así que, finalmente, se decidió cambiar la ubicación y respetar las viviendas de estos vecinos.
En la misma época del siglo XVIII, también se construyó un polvorín extramuros. Anteriormente, el almacén de pólvora estaba situado en la fortaleza que se encontraba en la Muralla que rodea la ciudad, más concretamente en el lugar que hoy conocemos como el inicio de la cuesta de San Sebastián en la ronda de la Feria.
El Cuartel Viejo se terminó en 1739, bajo el gobierno del Mariscal de Campo Felipe Manuel Hurtado de Mendoza, Marqués de Gauna. Delante de la fachada principal se dejó la plaza que hoy conocemos como la plaza del Cuartel Viejo. Así, durante el siglo XIX, este espacio castrense albergó importantes unidades de formación como la Academia de Matemáticas, los Colegios Militares para distinguidos y la Academia Especial de Sargentos.
Sin embargo, a finales de ese siglo, en 1899, el Ministerio de la Guerra, ante la necesidad de realizar costosas reformas en el Cuartel Viejo, consultó al Ayuntamiento de Zamora sobre la posibilidad de construir un nuevo cuartel. Así nació el Cuartel Viriato, construido en un terreno de 40.873 metros cuadrados cedido por el Ayuntamiento en las afueras de la ciudad.
El divulgador Balbino Lozano aún recuerda que durante el primer tercio del siglo XX aún podía verse a los soldados haciendo guardia en las puertas de aquel cuartel, que estaba junto al primitivo 'Cine de Los Luises'. Este edificio luego se convirtió en una ampliación del Colegio Corazón de María, que finalmente fue trasladado a las afueras, en la carretera de Almaraz.
El Cuartel Viejo fue finalmente demolido en 1979 para dar paso a un complejo de viviendas que hoy preside la plaza conocido como el Conjunto Viriato. Aunque no queda ningún resto visible de la edificación original, es posible que aún existan bajo tierra las antiguas canalizaciones.
Hoy en día, la popular plaza del Cuartel Viejo es un recordatorio constante de un pasado que ha dejado una huella indeleble en la identidad de la ciudad de Zamora. Aunque el servicio militar obligatorio haya desaparecido y los acuartelamientos ya no sean una parte cotidiana de la vida en Zamora, la plaza sigue siendo un lugar de encuentro para los habitantes de la ciudad, con un concurrido parque infantil y varios bares.