Llámalo casualidad o destino. Pero lo que está claro es que Nerea García Fradejas, de 11 años, estaba destinada a formar parte de la Semana Santa. La pequeña zamorana tiene una historia plagada de coincidencias que le han ido llevando a fraguar su fervor por la Pasión, que el próximo Jueves Santo podrá, por fin, materializar participando por primera vez en una procesión, concretamente, en la de la Cofradía de la Santa Vera Cruz (Disciplina y Penitencia).
Con solo tres añitos, Nerea pudo ver sus primeras procesiones. Pero la que más le impactó desde el primer momento fue la del Jueves Santo por la tarde. "Siempre ha sido mi favorita, tanto por los pasos como por los medallones y el hábito que llevan, son muy bonitos", explica tímidamente a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
A pesar de su corta edad, esta joven zamorana tiene clara su devoción, no solo por la Semana Santa, sino por la vida de Jesús. Por ello, confiesa que su paso favorito de la Vera Cruz es la 'Última Cena', ya que "representa la última comida que tuvo Jesús y fue uno de los últimos instantes que pudo estar con sus discípulos". Nerea estudia en el Sagrado Corazón de Jesús - Amor de Dios en Zamora, y allí sigue con gran interés las clases de religión y le gusta saber más de la vida de Jesús.
Inspirada por una visita muy especial
A la pequeña Nerea siempre le había rondado el gusanillo de la Semana Santa. De hecho, es curioso ver como en su habitación cuelgan carteles de la Pasión zamorana e incluso dibujos alabando lo mucho que le gusta la Semana Santa. Algo insólito en su casa, ya que, a diferencia de lo que suele ocurrir con otros jóvenes a los que se les inculca esta tradición religiosa casi desde la cuna, el caso de los padres de Nerea es distinto. Ninguno de los dos pertenece a una cofradía y no han salido nunca en procesión. Va a ser la primera de la familia.
Pero la pequeña lleva desde sus tres años insistiendo en que quiere salir en procesión. Y ya el punto de inflexión fue una visita muy especial. El pasado mes de septiembre, Nerea, una amiga y su padre acudieron al Museo de Semana Santa de Zamora en una de sus últimas visitas guiadas antes de su demolición. Un momento que la pequeña vivió con gran intensidad, porque pudo ver todos los pasos de cerca y aprender las historias y origen de todos ellos. Los artistas que las crearon, su antigüedad, su tradición y lo que cada una representa.
Y quiso el destino que allí se encontraran con la presidenta de la Junta Pro-Semana Santa de Zamora, Isabel García. La pequeña pudo preguntarle a Isabel si podía apuntarse a la Vera Cruz y qué tenía que hacer para ello. La presidenta de la Junta Pro-Semana Santa despejó todas sus dudas y ese fue el momento en el que Nerea decidió que en 2023 saldría en su primera procesión.
Pero no acaba aquí la cosa. Y es que también ha tenido un poquito que ver un buen amigo de la familia, el fotógrafo zamorano Óscar Antón. Ha sido él quien ha ayudado a los papás de Nerea a formalizar todos los pasos en la Cofradía y con quien Nerea procesionará el próximo Jueves Santo. Un padrino de lujo, sin duda.
Cogiendo carrerilla
Con el paso de los días, Nerea reconoce que se va poniendo cada día un poco más nerviosa. Pero sobre todo lo que tiene son "muchas ganas de procesionar y continuar en próximos años". Se ve animada y con fuerzas de completar el largo recorrido de la Vera Cruz, que comienza a las 16.30 horas y acaba casi a las 22 horas. "Me gusta mucho así que aguantaré", dice convencida.
Y, además, tiene especial ilusión por vivir un recorrido muy especial este año, ya que por primera vez, la Cofradía de la Vera Cruz no terminará en el Museo de Semana Santa sino en la Iglesia de San Andrés. A Nerea no le molesta no poder terminar en el Museo porque está convencida de que las obras van a ser algo muy positivo. "Creo que lo van a adornar muy bonito y nos explicaron que van a ampliar donde renuevan los pasos y que van a entrar más pasos, así que está bien", explica.
Así que con toda esta energía que le da ser una ferviente seguidora de la Pasión zamorana, incluso antes de vivir una por primera vez, Nerea se ve con ganas de apuntarse a otras hermandades. "Me gustaría salir con La Soledad y La Esperanza", explica, y añade que es porque "tengo varias amigas que salen en sus procesiones y, además son dos vírgenes muy bonitas, que me gustan mucho".
Precisamente esas dos procesiones son las que, históricamente, estaban más destinadas a las mujeres en Zamora. Pero a Nerea no le importa eso. De hecho, se alegra mucho de que hombres y mujeres puedan entrar ya por igual en todas las hermandades de Zamora. "Es avanzar en la sociedad, yo entiendo que una mujer puede ir igual que un hombre por la calle anunciando su devoción a Jesús", relata la pequeña nazarena.
Casi como Madrid
La Semana Santa de Zamora es una de las más importantes de nuestro país y, en esos días, las calles de la capital son un auténtico hervidero. Algo que también gusta a Nerea, que le da la sensación de que "estamos casi como en Madrid". A la pequeña le alegra la visita de tanta gente a la ciudad y les recomienda que "tengan fe en Jesús y si van a una procesión sientan su historia".
Y es que la pequeña, como creyente, ve la Semana Santa completamente unida a la creencia religiosa. Nerea sabe que hay cofrades que no son practicantes, pero ella cree que quienes procesionen en una cofradía "tienen que empezar a creer en Jesús y conocer su historia".
Aunque no todo es religión y Semana Santa para Nerea. La pequeña también es bailarina y alumna de la Escuela Escena de la capital zamorana. A Nerea le encanta bailar y participar en las actuaciones que esta popular escuela de baile organiza en la ciudad. "Actuar es una forma de expresarse con el baile, me gusta mucho y me pongo muy contenta cuando la gente acude a ver lo que hemos estado preparando y trabajando mucho", explica.
Ante esta desbordante ilusión y devoción de Nerea solo queda desearle que viva su primera procesión con mucho cariño en su recién estrenado hábito púrpura, seña de identidad de la Vera Cruz.