La acusación de asesinato que pesa sobre Bernardo Montoya está apartada temporalmente, según la desvelado el abogado defensor, Miguel Rivera a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva. La reiteración de la inocencia del único acusado por el terrible crimen contra la joven zamorana Laura Luelmo y las continuas acusaciones a la expareja de Montoya Josefa han provocado que, de los tres delitos de los que se acusa a este exconvicto, el cargo por asesinato "esté orillado" en este momento.
Así ha finalizado la sesión de hoy de este juicio para resolver el caso del secuestro, violación y muerte de la profesora de 26 años, en El Campillo (Huelva) el pasado 12 de diciembre de 2018. Una veintena de testigos, en su mayor parte agentes de la Guardia Civil y la voluntaria de Cruz Roja que encontró la ropa de la joven en el paraje de Las Mimbreras, han prestado declaración a lo largo de la mañana. Casi todos ellos participaron en la búsqueda de la joven zamorana, que se prolongó desde el 13 al 17 de diciembre de 2018, y que se culminó con la aparición del cadáver entre unas jaras y desnudo de cintura para abajo.
Bernardo Montoya ha accedido a la Audiencia Provincial gritando "soy inocente" ante los medios de comunicación allí congregados. El único acusado reiteraba ayer su segunda confesión de los hechos, donde solo se inculpa de ocultar el cuerpo de Laura, pero acusa directamente a su expareja de haber matado a la joven en un ataque de celos. Además, vuelve a negar la agresión sexual a la joven, pese a que los forenses del caso han aportado pruebas donde se relevela la presencia de ADN en el cadáver de la joven y evidentes signos de haber sido violada. Una inconcluencia más, que se suma al hecho de que Josefa y él no se veían desde cinco años y que la compra que Laura Luelmo realizaba momentos antes de su desaparición (unos huevos, unas botellas de agua y una bolsa de patatas fritas) aparecían en el propio domicilio de la calle Córdoba de Bernardo Montoya.
Un juicio a puerta cerrada para "no incrementar" el daño a la víctima
El magistrado presidente del tribunal del jurado del juicio por el crimen de Laura Luelmo ha expuesto en un auto los motivos de la declaración de las sesiones judiciales a puerta cerrada. Este justifica que se ha priorizado "el derecho de la víctima a no ver incrementados los padecimientos inherentes a la pérdida sufrida, con el daño moral derivado de la exposición pública de una serie de hechos que serán objeto de examen en el desarrollo del juicio".
En el auto el magistrado presidente apela a varios artículos de la Constitución y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que "consagran el derecho de la publicidad de las actuaciones como garantía de transparencia y para fortalecer la confianza de los ciudadanos en los tribunales". No obstante, remarca que en este supuesto concurre "un interés digno de protección" como es "la preservación de la intimidad y dignidad de las víctimas, tanto directas como indirectas".
Asimismo, recuerda que la familia de la profesora zamorana presentaron al tribunal un escrito en octubre donde exponían que "el tratamiento mediático dado al caso en las etapas procesales anteriores ya les ha generado una tremenda perturbación" que han vivido como "una grave intromisión" a su intimidad y que les ha llevado a "revivir lo sucedido sin descanso, agravándose el lógico sufrimiento consecuente a una pérdida de esta magnitud".
Además, el auto indica que la naturaleza y objeto de las pruebas a practicar y el debate a desarrollar implican que "una difusión de los mismos puede tener un impacto indeseable en los derechos fundamentales de quienes se insertan en el procedimiento como víctimas".