Con "miedo" y preocupación. Así viven algunos de los mutualistas de Castilla y León la, de momento, previsible disolución de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) tras el divorcio entre el Gobierno de España y las aseguradoras privadas.
Es el caso de la vallisoletana Rebeca Gómez Martín, funcionaria desde 2003 en el cuerpo de Maestros, superviviente de un cáncer de mama y actual paciente oncológica en Muface. "No es un privilegio, es una asistencia sanitaria digna", defiende ante la postura de quienes prefieren la absorción de los funcionarios en la Seguridad Social.
La inclusión de los funcionarios del Estado en la Seguridad Social sobrevuela desde hace unas semanas después de que aseguradoras y Gobierno no llegasen a un acuerdo para el concierto sanitario que presta el servicio. Esto coloca todo ante la posibilidad de tener que absorber la sanidad pública 1,5 millones de personas en España.
En Castilla y León son cerca de 110.000 mutualistas, de los que entre 75.000 y 85.000 pasarían de nuevas al régimen de la Seguridad Social. Todo a partir del 31 de enero de 2025, fecha a partir de la que las aseguradoras de Muface han advertido que dejarán de prestar servicio a los funcionarios.
Unas cifras que desde la Consejería ya han dejado caer que serán difíciles de asimilar para garantizar el buen funcionamiento del sistema público sanitario. Una de esas pacientes sería Rebeca, cuyo caso fue desvelado por CSIF Castilla y León. Hoy en EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León hemos querido charlar con ella.
Aunque ella lleva asociada al mutualismo administrativo desde que es maestra, así como su hijo como beneficiario, su periplo médico comenzó hace tres años, cuando ella tenía todavía 42.
"En una mamografía que me hicieron, aunque en la Seguridad Social hasta los 45 no me la habrían hecho y seguramente no estaría hablando aquí contigo, me detectaron un cáncer bastante agresivo", recuerda.
El tumor ya había alcanzado los ganglios y no ha llegado a tener metástasis, la fase más avanzada de un cáncer, "por poco". La premura en el diagnóstico y el posterior tratamiento de quimioterapia acabaron por salvarle la vida, después también de una operación y radioterapia.
Rebeca logró superar el cáncer y ahora vive en el postratamiento, que consiste en una medicación concreta que le durará, como mínimo, cinco años, aunque es prorrogable otros cinco y apunta a que ella, al ser joven, todo el tiempo de su "vida activa de ovarios" va a tener que estar tomándosela.
"Hasta que tenga la menopausia de forma natural. Ahora me la inducen con un inyectable mensual que además necesita un visado, no es una medicación que consigues fácilmente", añade esta maestra vallisoletana.
Una disolución de Muface le genera "miedo". No han recibido ni información ni ningún tipo de comunicación oficial por algún órgano competente. Lo único que saben es que Adeslas, en su caso la aseguradora en la que está, les ha indicado que a partir del 31 de diciembre les dejará de prestar servicio.
"No sé si voy a poder renovar el informe para poder seguir con la medicación y si no sigo con ella el cáncer se puede volver a reactivar", avisa. Mientras tanto, la aseguradora solo dirige palabras de que su "intención es seguir, pero no hay acuerdo y no pueden con esa situación". "No nos dan ningún tipo de solución", lamenta.
Rebeca reconoce plantearse la posibilidad de ser asegurada por lo privado, pero se teme que "no lo harían por todo lo que tengo acumulado". Mientras tanto, su siguiente cita del seguimiento sería para abril de 2025, ya fuera del plazo, por lo que tratará de adelantarla a enero y "por lo menos hablar con el oncólogo a ver si me puede dar algún tipo de solución".
Con la incertidumbre de no saber si por la Seguridad Social podrá recibir la "medicación adecuada", Rebeca se plantea todavía la posibilidad de acudir a las consultas de forma privada, aunque tiene que ver su "economía a ver si puedo pagarlo".
Ahora bien, desconoce también si por esta vía las recetas que necesitaría se las podría dar la compañía y duda de que "ni siquiera en esa situación me lo soluciona". "Yo si ahora paso a la Seguridad Social tendría que tener un médico que me haga la receta", aclara.
Ante esta situación, Rebeca se siente "desvalida" y se pregunta "qué va a pasar", mientras que denuncia que "esto tendría que estar previsto si no pensaban renovarlo". "Estamos un poco abandonados", critica.
Rebeca advierte de que el sistema sanitario público "ya está colapsado" y la absorción de los mutualistas haría que lo estuviera "peor". "Muchas cosas están derivándolas a la privada porque no pueden con ello. Si me derivan a mí estaré en las mismas, pero realmente estoy saliendo más cara al Gobierno que ahora. Es incongruente", matiza.
La maestra vallisoletana incide en que el mutualismo administrativo es "algo que no hemos decidido" y desecha la creencia de que sea un "privilegio". Además, avisa de que es algo que "repercute en toda la sociedad".
"No se da cuenta la gente de que si vamos todos a la Seguridad Social se va a colapsar y la asistencia sanitaria va a ser mala para nosotros y para ellos también. Hay que luchar un poco para que persista porque vamos a salir beneficiados todos", sentencia.