Desesperación, desolación y hasta lágrimas. Los trabajadores de Bimbo vuelven a verse en la calle tras la promesa de un plan de reindustrialización que no se asemeja en nada a lo que habían anunciado.
El plan lo hay, la empresa también -se llama Martínez Marcos-, pero ¿qué hay de la letra pequeña? Esas líneas del contrato que casi nadie lee y tienden a ser las más importantes. Más en estas situaciones donde pasas de tenerlo todo a nada en cuestión de minutos.
La empresa familiar vallisoletana aparecía como una especie de salvavidas hace unas semanas tras la caída del imperio de los donuts. 160 personas se quedaban en la calle, con sus familias y proyectos de vida bajo el brazo, y una pequeña luz asomaba, aunque muy sigilosa, para dar un poco de aliento.
La ilusión ha durado poco. Demasiado poco. Este jueves, 28 de noviembre, los dueños de Martínez Marcos, que ocupará estas instalaciones -ubicadas en el Polígono San Cristóbal-, se reunían con el Comité de Empresa para informar sobre los puestos que estarán disponibles una vez que Bimbo cierre sus puertas.
Lo que parecía ser un salvavidas ha terminado por ahogarles aún más. 30 conductores de camión, 14 puestos para el taller -desde mantenimiento a chapa y pintura o limpieza de cisternas- y seis de administrativo.
"Nos han vendido una reindustrialización que no es", asegura Eva Fernández, una de las empleadas, en declaraciones a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León. El enfado, la ira y la desesperación se han apoderado de ellos al tener que volver a preguntarse: ¿Y ahora qué?
Los puestos que les ofrecen necesitan "cualificación o una Formación Profesional en automoción". Algo que, por ahora, no tienen. "La publicidad que hace Bimbo para ellos no es así. Quieren que pasemos de hacer donuts a conducir camiones", asegura.
Y es que, para los puestos de conductor de camión, necesitas el carné, lo que llevaría "9 meses para sacarlo y dinero perdido". Además, explica: "No nos vamos a Medina por no estar en la carretera y jugarnos la vida, como para ser camionero con 50 años. No lo vemos".
Lo que está claro es que esto no era lo que prometieron, o al menos lo que los trabajadores habían entendido. Porque ninguno está conforme con lo que se les ofrece y el malestar es general.
Lo único que ven factible son los trabajos de administración, que tan solo son seis, y "estarán ocupados por quienes han venido desempeñando estas funciones". Por lo demás, dudas, incertidumbre y, nuevamente, "en lucha por vernos sin nada".
Fernández comprende las necesidades de la nueva empresa, pero lamenta que son oficios "muy específicos" para los que no están cualificados y que, en ningún caso, están satisfechos.
"Me dicen que si me saco el carné de camión me cogen. Claro, aquí y en cualquier lado. Lo que ofrecen no es una ganga. El sentir es malo. Había gente llorando porque esto no fue lo que se nos había comentado", asegura.
Un jarro de agua fría para la gran mayoría de los trabajadores que se ve nuevamente en la calle y sin poder optar a unos puestos para los que se necesita un conocimiento del sector.
Medina del Campo, un destino temporal
La planta de Bimbo de Medina del Campo era una de las opciones que parecía más viable para los trabajadores. Pero las condiciones no son demasiado atractivas como para hacer más de 100 kilómetros cada día.
Les ofrecen 3.600 euros durante tres meses, lo que equivale a una media de 1.200 al mes. Para la gasolina, la ayuda mensual que les dan es de 291 euros, una cifra que "no cubre el gasto total porque es mucho más".
En el caso de Eva, por ejemplo, tiene un coche con 23 años: "No estoy en situación de ir. Luego tienes que hacer revisiones, cambiar ruedas. Es un gasto a mayores".
Algunos han elegido esta opción, durante seis meses, par poder acceder a la posterior indemnización. En total, son 38 quienes han apostado por esta solución, pero no ha sido del agrado de nadie.
Prejubilaciones o buscar trabajo
Una historia que, para algunos, ha tenido un final más dulce. Los mayores de 55 años, que llevaban muchos años en la empresa, han podido acceder a la prejubilación. Una suerte que no han tenido quienes llevaban poco tiempo.
Para el resto, los que se quedan en el limbo, será la empresa LHH quien se encargue de ayudarles a actualizar sus currículums o mandarles alguna oferta que pueda cuadrar con sus perfiles.
Según informan desde el Comité de Empresa de CCOO, hay seis personas que han solicitado el traslado fuera de la Comunidad: cuatro a Puente Genil (Córdoba), una al PAI de Guadalajara y otra a Solares (Cantabria).
Una empresa familiar
Martínez Marcos es una empresa familiar de Valladolid que fue fundada por Eladio Martínez Marcos en 1963. Cuenta con sede en Valladolid, en la carretera Burgos- Portugal y tiene implantación a nivel nacional en Madrid, Tarragona, Bilbao, Sevilla, Valencia y Málaga.
Una empresa que se dedica al transporte a granel en España y, para ello, cuenta con una flota de más de 200 camiones, especializados en el tratamiento de distintos productos.
Además, cuentan con cinco estaciones de lavado de cisternas. Ofrecen también un servicio de lavado y vaporizado del interior de cisternas y también lavado del exterior de camiones.
Un cambio de paradigma que los trabajadores no se esperaban y que tendrán que esperar para ver qué sucede con su futuro.