Era el pasado martes, 29 de octubre, Valencia y otros puntos de Castilla-La Mancha, así como zonas de Aragón, se vieron afectados por una brutal Depresión Aislada en Niveles Altos, lo que conocemos como DANA, que ha dejado ya en nuestro país más de 200 muertos.
Han sido los pueblos cercanos a la capital de la Comunidad Valenciana los más afectados, en cuanto a fallecidos y daños materiales que han propiciado la movilización de voluntarios que buscan aportar su granito de arena para subsanar, en el menor tiempo posible, una tragedia sin precedentes.
Con el paso de las horas disminuye la probabilidad de encontrar a posibles supervivientes y desaparecidos pero las condiciones se convierten, con el transcurrir de los minutos, en cada vez más extremas ante la proliferación de bacterias y virus que se vuelve más fuerte con el paso de los días provocando un riesgo de salud pública.
Los expertos están pidiendo la máxima precaución a todos los voluntarios que están desplazándose hasta las zonas afectadas y recomiendan el uso de mascarillas y guantes para evitar infecciones.
“Los efectos en las calles siguen siendo palpables. Se avanza muy lentamente y hay gente que todavía no puede salir de casa. Los roedores aparecen y deberían controlarse de alguna manera porque son vectores de muchas enfermedades”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Eva Herrero García.
La vallisoletana, residente en Arroyo de la Encomienda, es enfermera y trabaja en la ciudad del Pisuerga, concretamente en el Hospital Universitario Río Hortega y lanza un mensaje de aviso ante lo que puede pasar si no se toman las precauciones necesarias.
“Desde mi punto de vista, las enfermedades más peligrosas que pueden aparecer son las gastrointestinales, por falta de agua potable y falta de medios para la higiene y la eliminación de aguas fecales”, apunta nuestra entrevistada.
Ante esto, recomienda “beber agua solo embotellada” y “tener o procurar mantener las manos y ropas limpias en la medida que sea posible”. Además, asegura que “el barro es agua estancada y un caldo de cultivo para virus, bacterias e insectos”.
La profesional sanitaria apunta que es conveniente enviar “sobre todo productos de higiene personal, medicamentos, productos de limpieza y materiales para poder limpiar las calles cuanto antes” y evitar estos riesgos.
“Junto al ejército deberían actuar también sanitarios para las personas que lo necesiten. La situación es muy complicada y, de no actuar con rapidez, podría empeorar la situación y aparecer enfermedades más graves”, finaliza.
La más preocupante sería la Leptospirosis, una enfermedad zoonótica provocada por la bacteria Leptospira que se transmite en suelos y aguas contaminadas, que son el caldo perfecto para contraer dicha enfermedad.
Una infección por Leptospirosis se puede manifestar en un promedio de 10 días y su sintomatología puede incluir dolor de cabeza y muscular, fiebre, náuseas, vómitos, diarrea y, también, tos seca.